CASTELLÓ. Uno de los proyectos musicales y artísticos más relevante de la primera década del nuevo siglo en español, nació de la conjunción, en su momento llamativa y hoy histórica, de cuatro músicos inquietos, en los márgenes de una industria que luchaba por redefinirse ante la aparición televisiva de los talent shows y la arrolladora piratería. El nombre del proyecto: Bushido, que hace referencia a un código de honor samurái. En aquel experimento estuvo involucrado, además de Enrique Bunbury, Carlos Ann y Shuarma, el cantante con el que conversamos hoy, Morti. El vocalista de bandas como El fantástico hombre bala, Exmundus, Skizoo o InMune, llegará a Castellón para repasar una de las carreras más serpenteantes, valientes y originales de nuestro país. El 5 de diciembre estará actuando junto a House of Dawn y Postum-o en la sala Terra.

El fenómeno de Skizoo y la escena de los dosmiles

Renuncio al sol fue una de esas canciones de metal que se colaron en todas partes a principios de los dosmiles, cuando los sonidos duros tenían presencia en los medios y los jóvenes compraban (cada vez menos) esos trabajos. Skizoo llegó de la mano de Morti y de los guitarristas de Sôber, Antonio Bernardini y Jorge Escobedo, convirtiéndose en uno de los combos más destacados de la escena nacional. El cantante era el mismo que unos años antes había sido parte de Bushido. Morti nunca ha parado de experimentar con diferentes sonidos y registros. Para muchos un cambio tan radical hubiera sido excesivo; para él, solo significaba un paso más en su carrera.

Morti comenzó su trayectoria musical, la profesional, en el combo El fantástico hombre bala, y publicó su primer álbum en 1994, Tierra de cerdos. "El fantástico hombre bala es la consecuencia de otros proyectos anteriores, es la culminación de todo un proceso que se sigue a través de bandas más embrionarias que derivan en El fantástico hombre bala", señala el vocalista.

El apoyo de los medios: un impulso decisivo

El fantástico hombre bala se convirtió rápidamente en un pequeño fenómeno. ¿De dónde salían estos chicos? "Básicamente somos, lógicamente, unos amigos, con cierta emergencia, como se suele hacer con proyectos donde te estás demostrando a ti mismo poder articular algo válido o que tenga cierto sentido para ti. Y a partir de ahí se consolida el grupo con este proceso", comenta. Uno de los pilares fundamentales para que el grupo pudiera desarrollarse fue el apoyo de los medios, que hoy parecen no tener tanta influencia, pero que eran vitales en aquella época. La banda, de la que se dijo que eran los Pearl Jam españoles, tuvo muy buena acogida, sonaban en la radio y hacían muchos conciertos. "Tenemos la suerte de contactar con medios que se interesan por este proyecto y lo ponen un poco en órbita, y ahí es donde yo saco más la cabeza a nivel mediático".

Aunque la banda se disolvió, destino infausto de la mayoría de las agrupaciones, regresaron con un tercer álbum en 2016. "En el 2016 volvimos, después de dejarlo durante un tiempo, nos volvimos a reunir y sacamos un disco en el que se plasmó mucho más la madurez. Es un disco (Al Despertar) con el que yo me reconcilio con el proyecto, porque ya los discos anteriores, como que ya no te acabas de reconocer, ni incluso vocalmente; salvo algunas canciones que todavía siguen aguantando y son las que yo defiendo en directo", reconoce.

Nacimiento de Bushido: una alianza inesperada

Tras el proyecto personal de Exmundus, Morti se embarcó en el experimento musical del que les he hablado al inicio de este artículo: Bushido. "Surge a raíz de la amistad que yo tuve con Enrique Bunbury al compartir el mismo sello discográfico. Nos pusieron en contacto una persona común y se trabó una amistad", recuerda. "Yo fui un poco el nexo que hizo que él pudiese conocer a Carlos Ann y Shuarma, un poco el nexo Barcelona-Zaragoza. A partir de ahí se establece una amistad común entre todos, entre ellos también".

Las cuatro cabezas pensantes de este curioso y revolucionario experimento musical eran excepcionales. Solo cuatro años antes explotó la bomba del disco Azul de Elefantes. Un álbum imprescindible para entender ese primer lustro del dosmil. Y ahí estaba también Shuarma; no obstante, la conexión Barcelona-Zaragoza que señala Morti no se limita a Bushido. "A Enrique yo le insisto mucho para que se fije en las virtudes de Elefantes, que al principio no acababan de arrancar, y es cuando él se interesa por ellos, después de bastantes insistencias por mi parte (se le escucha sonreír). Se entusiasma con el material nuevo, después de un disco que se llama El Hombre Pez (La Col, 1997) y ahí es donde Enrique los produce".

Los cuatro jinetes ya se conocían, era el momento de crear algo juntos, parir un retoño lleno de grandes melodías y sin las ataduras de la comercialidad. "Y a raíz de toda esa conexión y esas afinidades mutuas y compartidas, se propone hacer un proyecto, una aventura musical. Un experimento en el que nos encerrábamos en un espacio concreto (Riudoms, Tarragona) y a ver qué es lo que salía. Pensábamos que solamente saldrían dos canciones anecdóticas, que cada cual publicaría en sus respectivos trabajos. Sorprendentemente salió un disco entero que es Bushido. Incluso Rafael nos copió un tema, Desmejorado, e hizo una particular versión cuando volvió con ese disco, De vuelta, después de su problema de salud".

Para la creación, composición y grabación del disco se necesita tiempo, y eso era algo que tenían muy restringido por sus carreras, así que cuando los astros se alinearon, se fueron a una masía. "En el momento que tuvimos todos un hueco temporal en el que se pudo formalizar y encauzar en esa dirección, encontramos una masía apartada, y ahí fue donde montamos un estudio de grabación, en la zona alta de esa masía. En las habitaciones, por si se nos ocurría algo en sueños, teníamos grabadoras digitales. Fue una experiencia limitada a un tiempo; el tiempo pensamos que también podía agudizar el ingenio y se agudizó. Solo con llegar a casa e instalarnos ya comenzamos a componer y vomitar ideas".

Es más que probable que para el gran público Morti haya sido más conocido por Skizoo, y es más que normal y comprensible. Su impronta en el metal nacional dejó cuatro elepés (el primero de ellos publicado por dos discográficas) y cientos de conciertos en festivales y salas. Skizoo, en cierta medida, fue la continuación, no solo espiritual, de Sôber. "Nace del parón que hacen Sôber, hace que Carlos Escobedo siga una aventura en solitario, con el nombre de Savia, y Antonio y Jorge crean Skizoo; el concepto y el nombre lo tienen, y buscan a la figura que dé entidad al proyecto que se aleja de Sôber, que tiene destellos más metaleros. Es algo que ellos querían experimentar", apunta.

Fueron los guitarristas los que se pusieron en contacto con Morti. "Tenían en mente varios candidatos como vocalistas. Jorge se puso en contacto conmigo, porque yo anteriormente, como él es productor, le había mandado una maqueta mía de Exmundus. Se puso en contacto conmigo a través del conocimiento que tenía de mí por esa maqueta. Así que probamos como un experimento, porque yo no estaba acostumbrado a esa liga, a esos registros".

Un reto personal y una confirmación artística

Recordemos que Morti no provenía del mundo del metal; lo más cercano había sido su estancia en El fantástico hombre bala, donde practicaban un rock más grunge. "Me lo tomé como un reto personal, a ver lo que era capaz de hacer en un proyecto alejado estéticamente de los proyectos anteriores en los que había estado", dice. "Me propuse ver si podía hacer una canción encima de todas esas estructuras que me pasaban, y trabajamos a distancia; ellos me pasaban las ideas y yo me las llevaba a mi estudio, y las devolvía. Era como un toma y daca".

Skizoo publicó el primer sencillo; es cierto que la banda venía precedida del éxito de Sôber, pero podía pasar cualquier cosa. Renuncio al sol fue una carta de presentación impecable. Un disparo certero. "El éxito de Renuncio al sol nos sorprendió a todos, y más a ellos", dice. Skizoo surgía con una idea básica, que Morti siempre defendió. "La premisa era que, a pesar de toda la crudeza, son canciones que puedes defender con una guitarra acústica y eso se agradece, y lo pudimos llevar a cabo en algunos conciertos que hicimos en acústico".

En esto de la música casi siempre sucede lo mismo; podría ser incluso una fórmula matemática: cuando la banda que ha desaparecido y obtuvo una enorme fama regresa, todos los proyectos en vigor desaparecen para volver a esa banda que desapareció, pero que ahora vale oro. Sôber regresaron; Skizoo y Savia se esfumaron. "El proyecto se quedó en standby y ellos regresaron a su banda madre, a Sôber, y yo me dediqué a dar continuidad a mi carrera en solitario. Y luego ya desarrollando, con toda la experiencia adquirida en Skizoo, un proyecto como InMune en el que sigo en activo".

En diferentes giras de Sôber, la banda Skizoo se ha reunido, un momento fantástico para que sus fans vuelvan a disfrutar de ellos, al menos en directo. "En la última gira que hemos hecho, 30 aniversario, Sôber-Skizoo-Savia, comprobamos que esos discos siguen muy vigentes en el alma de muchas personas. Por eso estoy en esta gira, Intemporal Bifronte, que estoy desarrollando ahora. Estoy haciendo un especial homenaje a ese primer álbum (el primer disco de Skizoo) que cumple 20 años, interpretando muchas más canciones de las que hemos hecho estos años", señala.

InMune y el presente creativo de Morti

Como ha mencionado el propio Morti, una vez que se termina Skizoo llega InMune con su primer álbum, Ilumíname. "Fue recoger toda la experiencia adquirida con Skizoo y con el tratamiento de esos sonidos y ese carácter, y llevarlo a un lugar en el que lo que pretendes es hacer buenos temas, pero con un componente que en Skizoo no estaba muy presente, que es la electrónica. Trabajar texturas electrónicas y alejarme un poco de cierto barroquismo, que a veces puede pecar en algunos aspectos Skizoo".

Morti se despide adelantándome que el próximo año habrá más sorpresas.