CASTELLÓ. Sole Giménez ha asumido el reto de preparar un concierto en acústico para el ciclo ‘Íntims al Castell’ que se podrá ver en Onda este sábado. La cantante, una de las mejores voces de la música española, está precisamente de gira estos meses para celebrar los 40 años que ya acumula en los escenarios. Como ella mismo explica, el concierto será un viaje en el tiempo por canciones que forman parte de nuestra historia y un paseo por diferentes estilos que van desde el pop a la bossa nova o el bolero. Aunque ha preparado un repertorio especial, porque especial es el entorno del castillo donde se encontrará con su público, no faltarán temas en este directo como 'Alma de Bues’, 'Cómo hemos cambiado' o 'Mi pequeño tesoro’.
Además de todos los éxitos grabados con Presuntos Implicados, Sole Giménez ha grabado ocho álbumes en solitario y ha firmado trabajos con Joaquín Sabina, María Dolores Pradera, Joan Manuel Serrat, Víctor Manuel, Herbie Hancock, Milton Nascimento, Armando Manzanero o el Dúo Dinámico, por citar solo algunos. La también presidenta de la Academia de la Música de España llega a Onda, eso sí, con un básico que promete ser una cita íntima con su público más fiel.
— ¿Cómo se prepara el repertorio para un concierto tan peculiar como el del castillo de Onda?
— Estamos en plena gira de celebración del 40 aniversario de mi trayectoria en los escenarios, y dentro de ese repertorio, que es amplio, dependiendo de donde actuamos lo adecuamos y ajustamos. Así, para el castillo de Onda, que es un sitio un poco peculiar, lo que hemos hecho es buscar un conjunto de canciones recogido y muy delicado. A mi me gustaría llamar a la selección de temas escogidos para este sábado, delicatessen.

— ¿Podemos saber alguna cosa más de lo que escucharemos este fin de semana?
— Sí. En estos últimos conciertos que estamos dando lo que hacemos es un recorrido por estas cuatro décadas. Nos detenemos en canciones que yo canté en su día con Presuntos Implicados, entramos luego en la etapa en la que he trabajado en solitario, que son ya 20 años como solista y donde tenemos también bastantes discos publicados, y hacemos ese recorrido combinando mis temas con todas esas canciones que a lo largo del tiempo yo he versionado. Es un repaso muy bonito el que haremos. Y es fácil adivinar algunas de las cosas que se oirán en el concierto. Desde luego, ‘Cómo hemos cambiado’ va a sonar, eso seguro.
— Es que si no la cantas no te dejan bajarte del escenario…
— Por eso, por eso. Lo sé. ‘Cómo hemos cambiado’ va a sonar sí o sí; de lo contrario, no me dejarían bajarme del escenario. Sucede también con otras muchas. De todos modos, seguro que la gente que viene sale contenta del concierto porque sucede siempre. Preparamos repertorios concretos para cada sitio y muy adecuados para cada público, pero hay temas que siempre se incluyen. Por eso digo que quienes vengan a vernos saldrán muy felices porque escucharán los grandes éxitos y también canciones más delicadas, y eso sé que les encanta siempre.
— ¿Mantienes la misma ilusión que cuando empezaste hace 40 años?
— Claro, por Dios. Eso tiene que ser así hasta el día que una se va de aquí. Creo que hay que mantener siempre la ilusión. Hay tantos proyectos por hacer aún… Por ejemplo, ahora mismo estoy inmersa en construir mi nuevo disco y eso es algo que me genera mucha satisfacción. Hace mucho que no trabajo en un álbum con temas míos originales. Estoy muy contenta de poder estar construyendo un nuevo proyecto.
En estos últimos conciertos que estamos dando lo que hacemos es un recorrido por estas cuatro décadas
— ¿O sea que sigues componiendo aunque estés en plena temporada de conciertos?
— Si. Nunca dejo de lado la composición. La cabeza siempre está trabajando en alguna nueva melodía.
— ¿Cómo consigues que acuda a tus conciertos gente joven que ni siquiera ha vivido tu etapa con Presuntos Implicados?
— La verdad es que es algo que sucede, ese sector de público lo tenemos. Esa gente joven viene a los conciertos con sus padres, porque en la mayoría de casos son ellos los que inculcaron el amor a la música a sus hijos. Me hace gracia porque no en pocas ocasiones son los más jóvenes los que animan a sus padres a venir al concierto. Y eso es algo que se ve, que se sabe y que cuando sucede es súper bonito y súper chulo.
— ¿Ha cambiado la forma de dar conciertos desde la aparición de plataformas donde se escucha música en streaming?
— No. La manera de dar conciertos no ha cambiado en los últimos años, esa es la realidad. Los conciertos siguen siendo conciertos como los de antes. Lo que sí que ha cambiado en España es el hecho de que hace 40 años había menos gente preparada, te encontrabas con menos profesionales y los sitios no reunían las condiciones que nos hacían falta. Hoy en día eso no es así. Vas a un lugar en el que tienes que dar un concierto y todo está listo, y eso es algo que facilita mucho nuestra labor. Y además, hay muchas actividades musicales y culturales en muchos sitios, y eso es porque hay construida toda una industria. Mientras que hace 40 años era solo un proyecto, se estaba justamente construyendo esa industria. Y como te digo, eso lo hace todo más llevadero. Solo las carreteras, ya puedo decir que ha cambiado todo mucho… (risas). Y lo dice una que se conoce bien el mapa de carreteras de nuestro país de tanto salir de gira.

— ¿No has parado nunca de girar, Sole?
— He tenido algunos momentos en los que no he girado. Pero cuando eso ha sucedido ha sido solo durante un periodo de tiempo breve, han sido apenas meses.
— ¿Y el cansancio y los años no pasan factura?
— A ratos sí, pero porque estoy hasta las narices de preparar maletas para salir de gira. (Risas) Pero entiendo que es parte de mi trabajo. De todos modos, hay una parte muy buena en lo que hago. Esta semana, justo antes de empezar a prepararlo todo para el concierto de Onda, tocamos en la puerta de la catedral de Murcia, que es un sitio espectacular, y la gente que vino a vernos estuvo encantadísima. Toda la zona de la catedral estaba a reventar y eso es algo que compensa cualquier aspecto malo que pueda haber en mi profesión, como es el hecho de estar un día y otro de aquí para allá.
— ¿Cuál es el papel de la Academia de la Música de España que presides?
— A día de hoy, el papel que hace la academia es poco. Estamos empezando. Solo tiene dos años. Este organismo nace por gente que ve la necesidad imperiosa en la industria musical española de tener una academia que nos represente y nos reúna a todos. Lo sorprendente es que a estás alturas de la vida estamos hablando de un organismo que se constituye en el años 2022, eso es lo verdaderamente fuerte. Creo que la ausencia de una academia fuerte y consolidada ha hecho que el mundo de la música en España haya tenido muchos desencuentros y mucha desunión. Todos los que vivimos de la música y los profesionales de los distintos sectores, que hay muchos, hemos sufrido día a día esa ausencia. Por eso es necesario hacer un gran esfuerzo no solo para unificar sino para hacer entender a todo el mundo que es necesario que la academia esté, nos represente, nos reúna y sea para nosotros un lugar de encuentro. Me parece muy importante. Y en ello estamos, intentando remar a favor siempre.
La Academia de la Música nace por gente que ve la necesidad imperiosa en la industria musical española de tener una academia que nos represente y nos reúna a todos
— Cuando te propusieron el cargo de presidenta, ¿dudaste en algún momento?
— No dudé en involucrarme con el proyecto porque llevo años viendo esa necesidad, y me pareció que había que empujar. Luego vino el hecho de que me nombraron presidenta, que es algo que no entraba dentro de mis cálculos, pero dije que sí por responsabilidad y porque alguien tiene que hacerlo. Yo estaré estos cuatro años haciendo lo máximo que pueda y de la mejor manera posible, porque es necesario. Y eso es algo que se ve cuando nos juntamos los músicos, los compañeros. Hablamos y nos damos cuenta de que todos necesitamos esta academia, pero luego todos son problemas. Y hay que empezar más a ver lo que nos une que lo que nos separa.
— ¿Interfiere esa parte de gestión en tu día a día como cantante?
— Claro que interfiere, porque tengo solo dos manos y el día dura 24 horas, pero de manera altruista estamos todos trabajando por esta necesidad que vemos de tenemos en España y la urgencia de que haya una academia fuerte.