CASTELLÓ (EFE). Una experiencia cultural y musical en el marco del mayor festival reggae de Europa y en la que tienen cabida generaciones enteras de familias, de abuelos a nietos, es lo que ofrece el Rototom Sunsplash, que celebra su 30ª edición del 16 al 23 de agosto en Benicàssim y que a la programación musical suma un amplio programa cultural y de ocio y buen ambiente en un entorno seguro.

Esa atmósfera familiar es una seña de identidad del Rototom, en cuya edición del año pasado participaron más de 16.000 menores de 13 años junto a sus familias. “Rototom Sunsplash une generaciones; es frecuente ver a familias al completo, de abuelos a nietos, que vienen al festival para disfrutar de ocho días de música, cultura y buen ambiente”, explica el director de la macrocita reggae, Filippo Giunta. “También grupos de amigos que se conocieron en Rototom y se mantienen, y amplían, verano tras verano”, dice.

Un evento que huye de las aglomeraciones y la facilidad de acceso a menores y de alojamiento en la zona de acampada anexa al recinto -con 9.000 plazas y suministro gratuito de agua-, junto a una amplia oferta gastronómica sin salir del festival, refuerzan el atractivo de la cita para quienes lo visitan con niños. De hecho, los menores de 13 años -junto a los mayores de 65 y personas con discapacidad- pueden disfrutar de los ocho días de festival al precio simbólico -y pago único- de 10 euros por el abono completo, y que se destinan íntegramente a proyectos de organizaciones sociales.

Investigación ciéntifica

En concreto, la cita contribuirá a financiar este 2025 las líneas de investigación científica impulsadas por la ONG local Conquistando Escalones; programas de inclusión de personas con discapacidad a través de la música de A la par (Madrid); y proyectos de apoyo a refugiados palestinos (Human Call, de Líbano) y mujeres migrantes (de la organización valenciana AIPHYC).

Junto a la programación cultural de puertas para adentro, distribuida en áreas temáticas con actividades para todas las edades, Rototom Sunsplash apuesta por el enclave mediterráneo en el que se asienta con diferentes alternativas de ocio para vivir las horas previas a los conciertos en la playa o las montañas del parque natural del Desierto de las Palmas, con múltiples rutas. “El entorno abierto y natural del festival permite combinar las vacaciones familiares con la experiencia cultural del evento”, señalan desde la organización.

Otro de los factores que imprimen atractivo al festival es el entorno acogedor y seguro para personas de cualquier edad. “La filosofía de paz y respeto que promovemos desde Rototom Sunsplash se proyecta también al mismo recinto de conciertos”, añade Giunta. La logística, con espacios personalizados para los distintos perfiles de público y diseñados para evitar aglomeraciones, junto a la facilidad de movimiento y la accesibilidad para carros de bebé o sillas de ruedas, “también suman”, dice.

De carpas a talleres

Sobre un recinto de 100.000 metros cuadrados se extienden, localizadas por el colorido de sus carpas y escenografías, “que nos gusta cuidar y actualizar en cada edición”, indica Giunta, la decena de áreas temáticas que arropan la agenda cultural del festival, complementando la oferta musical de sus siete escenarios. Magicomundo es el corazón del festival para los más pequeños, con más de seis horas de actividad diaria para dar rienda suelta a la creatividad a través del juego o explorar en el emblemático arenero protegido por la sombra del pinar.

El mismo horario de propuestas comparte el espacio Teen Yard para público adolescente y joven, con charlas, debates, cine social y actividades artísticas como la tradicional batalla de promesas. La ciencia, en su versión más divulgativa y divertida, vuelve a aterrizar en el festival de la mano del CERN, uno de los centros internacionales de investigación científica más importantes del mundo.

Los talleres para explorar la creatividad con diferentes materiales, del barro a la madera o la técnica del macramé, llenan las tardes del Mercado Artesano, mientras el público puede disfrutar del arte en la galería al aire libre Social Art Gallery, que llena la zona central del festival y tiene también un fin solidario; o degustar la gastronomía internacional, de Etiopía a Jamaica.

Más de dos hectáreas de camping para familias

La acampada facilita un alojamiento confortable durante el festival gracias a sus 200.000 metros cuadrados de superficie, con capacidad para más de 9.000 personas y conectada con el recinto de conciertos. Además, incorporará como novedad este año el suministro gratuito de agua filtrada a través de varios puntos.

El camping dispone de todos los servicios, desde aseos y duchas a cocinas comunitarias, supermercado, dos cafeterías y restaurantes, parafarmacia, puntos de recarga móvil y consignas. Dentro de la zona de acampada hay áreas reservadas a quienes viajan con niños, más amplias, sombreadas y protegidas del ruido.