CASTELLÓ. Los Viñedos y Bodega Mayo García han iniciado un innovador proceso de investigación sobre cómo la música en vivo puede influir en la estructura  molecular del vino durante su elaboración, inspirado en los experimentos del japonés Masaru Emoto. Para ello, el saxofonista local Manuel Bernat Castillo está llevando a cabo sus ensayos musicales en la sala de barricas de la bodega, ubicada en una cueva natural con bóvedas  centenarias que datan de 1903.

El espacio, además de ofrecer una acústica excepcional, proporciona al músico la concentración idónea para esta experiencia sensorial y enológica. Por el momento, los ensayos tienen carácter privado, aunque no se descarta abrirlos al público en el futuro mediante audiciones con aforo limitado, dadas las dimensiones reducidas de la  cueva.  

Tercera colaboración

Esta iniciativa no es la primera colaboración entre la bodega y el músico. Ya en 2010  desarrollaron durante tres años un proyecto experimental en el que los ensayos de saxofón se realizaban entre las cepas del viñedo, con el fin de analizar si la música influía en la producción  de la vid. En 2016, la bodega fue aún más allá con el batonage musical: una barrica de roble  francés de 220 litros fue conectada a sensores que transmitían los datos generados por la  música mediante un programa informático, transformando así el tradicional remontado en una  experiencia sonora y científica.  

Manuel Bernat, formado en los conservatorios Mestre Tárrega y Salvador Seguí de Castellón, es actualmente profesor y director artístico de la banda “Amics de la Música” de Figueroles.  También es compositor, autor del pasodoble “Magnanimvs”, dedicado al bodeguero Gabriel Mayo García. Con este proyecto, la Bodega Mayo García reafirma su apuesta por la innovación y la fusión entre arte y ciencia, buscando nuevos caminos en la creación de vinos con alma.