CASTELLÓ. Tradicionalmente, se tiende a asociar al videojuego con el entretenimiento. Una máxima que la gran mayoría de las veces se cumple pero que como toda regla tiene su excepción. Y es que alumnos de la Universitat Jaume I han logrado darle a una herramienta de evasión y distracción un sentido educativo, instructivo y cultural. 

Los estudiantes del Grado en Diseño y Desarrollo de Videojuegos han creado seis que permiten conocer el patrimonio y la historia de l'Alcora, Bejís, Montán, Sant Mateu, Vilanova d'Alcolea y Villores. "Esta es una dinámica de trabajo que llevamos implementando varios años. Combinamos tres asignaturas que se dan en un mismo curso (Arte del Videojuego, Ingeniería del Software y Diseño Conceptual de Videojuegos) y simulamos la idea trabajar en base a un encargo realizado por un cliente", cuenta Emilio Sáez, profesor de la última disciplina citada, a Castellón Plaza. 

El Servicio de Actividades Socioculturales de la UJI es quien hace de intermediario entre los alumnos y las poblaciones intersadas en participar en el proyecto. Tras ello, son los distintos municipios quienes plantean sobre qué temática les gustaría que se desarrollase su videojuego y los alumnos los que escogen las propuestas que les resultan más interesantes. 

"Los videojuegos creados son bastante sencillos, no son grandes videojuegos en los que te pasas horas y horas jugando. Son videojuegos pequeños a los que puedes jugar media hora o así y que aprovechan la riqueza cultural de nuestro entorno para hacerlo visible", detalla Sáez. El proceso de creación de los mismos ha llevado a los alumnos en torno a cuatro meses y puede jugarse a algunos en el ordenador y a otros en el teléfono móvil. 

La temática de cada videojuego

El videojuego dedicado a l'Alcora ('L'Alcora. Heredero del oficio') busca mostrar qué pasos se seguían en el siglo XVIII para elaborar la cerámica. La trama transcurre alrededor de la Real Fábrica de Loza Fina y Porcelana del Conde Aranda y el objetivo es llegar a superar los siete pasos para que la condesa te contrate para trabajar en la fábrica. Por otro lado, está el destinado a Bejís ('Ponz. Un viaje a través de la historia'). Su carácter es puramente educativo y narra la vida y los lugares en los que estuvo Antonio Ponz, un personaje ilustre de la ciudad.

Las fuentes del término, las guerras carlistas y los frailes curanderos que vivieron en Montán son los puntos a partir de los cuales se ha creado 'Fontium, camino a la liberación'. El fraile protagonista tiene como misión liberar las fuentes del municipio, que tienen propiedades mágicas, del dominio de los carlistas. En 'Sant Mateu: cor del Maestrat' pueden descubrirse los lugares más emblemáticos de la localidad a través de 22 personajes que resumen su historia. 

El videojuego referido a Vilanova d'Alcolea ('La Llama de Sant Antoni') utiliza las fiestas Sant Antoni como nexo. En él, Antoni (el protagonista) y su novia recorren cada paso y evento de las celebraciones, por lo que el proyecto trata de visibilizar cómo se vive en el pequeño municipio de la Plana Alta un día que es puro misticismo y tradición. Por último, el videojuego titulado 'El Bruixot de Villores' tiene como hilo conductor el día de la 'Santantonà'. En él, cada jugador debe superar seis minijuegos en los que están representados puntos importantes de la festividad.

La utilización de cada uno

Una vez creados, son los propios municipios los que deciden cómo y para qué van a utilizar cada videojuego. En Bejís, por ejemplo, el Ayuntamiento va a utilizarlo para promocionar los actos de conmemoración del 300 aniversario de su nacimiento, que tiene lugar este año. En Sant Mateu van a vincularlos a las visitas socioculturales. 

Gracias a estos videojuegos, los ciudadanos de Castellón cuentan con la oportunidad de acceder de forma más amena y distendida a la historia, el patrimonio y la cultura de seis municipios de su interior. "Al final, puestos a hacer videojuegos con historias, pues qué mejor que recoger las historias de nuestro entorno. No debemos olvidar que el videojuego no deja de ser un producto cultural, un vehículo que cuenta historias", sentencia Sáez.