VILA-REAL. El Villarreal va a acabar el 2025 con un sabor de boca agridulce tras acumular, por primera vez en la presente temporada, tres derrotas consecutivas —Copenhague, Racing de Santander y Barcelona— que le han dejado con vida en solo una de las tres competiciones que afrontaba este curso.
Aún así, pese a las malas actuaciones —ya habituales en el caso de la Copa— de los amarillos en Champions y Copa del Rey, el balance general de 2025 debe ser positivo. El equipo en LaLiga ha mostrado una solvencia y una regularidad que no solo le ha permitido volver a la Liga de campeones, sino que también le ha servido para demostrar ser un equipo competitivo, con identidad y que sabe perfectamente a lo que juega.
De hecho, si computamos la puntuación en Liga del año natural 2025, el Villarreal sería tercero con 75 puntos, únicamente por detrás de los transatlánticos FC Barcelona (96) y Real Madrid (86).
Rumbo a la Champions: el asalto al Villamarín, el testarazo de Etta Eyong y la remontada de Montjuic
El submarino no arrancó el año con buen pie. En su primer partido, Take Kubo, tras una gran acción individual, anotó para la Real Sociedad el único tanto que subiría esa noche al electrónico. Desde entonces, la cara del equipo mejoró, obteniendo resultados abultados y contundentes como el 4-0 al Mallorca —con cuatro goles en ocho minutos— o el 5-1 al Real Valladolid.
El primer golpe sobre la mesa en la lucha por clasificar a la Liga de Campeones llegó en abril, cuando el Villarreal visitó al Betis en un duelo directo por esa zona Champions. Ayoze Pérez —que volvía al Villamarín muy criticado por su salida— dió tres puntos de oro a su equipo con una asistencia a Thierno Barry y un gol que sirvieron para remontar el tanto inicial de Aitor Ruibal y alejarse en la tabla de los andaluces.
- Ayoze Pérez celebra su gol en el Benito Villamarín junto a Yeremy Pino
Solo un mes después, en mayo, llegaría otro de los mejores momentos del conjunto amarillo en 2025. El Villarreal visitaba el estadio del Girona a sabiendas de que una victoria dejaba muy encarrilada su clasificación para la máxima competición europea. Tras un 89 minutos muy trabados en los que no pasaron muchas cosas, Etta Eyong —que en ese momento apenas había disputado dos minutos en primera división— anotaría con un testarazo a los cuatro minutos de entrar al campo el gol de la victoria.
Para certificar matemáticamente la clasificación europea, el conjunto castellonense se dió el lujo de vencer en su estadio a todo un FC Barcelona. En un partido loco donde se produjeron dos remontadas, Ayoze, Comesaña y Buchanan serían los encargados de dar el triunfo a los suyos y cerrar la clasificación para que, tres años después, volviese a sonar la sinfonía de la Champions en La Cerámica.
Un mercado de fichajes histórico
Con la temporada 24/25 ya finalizada, era momento de hacer balance y confeccionar una plantilla larga y de garantías para afrontar el reto de la Champions. En el apartado de las salidas se produjeron hasta nueve movimientos, entre los que destacan el de Álex Baena al Atlético de Madrid (42 millones), Yeremy Pino al Crystal Palace (30 millones) y Thierno Barry al Everton (30 millones). En total, el submarino ingresó más de 100 millones de euros en ventas.
En cuanto a las incorporaciones, el club no escatimaría en gastos. El delantero georgiano George Mikautadze se convertiría, tras una inversión de 30 millones de euros, en el fichaje más caro de la historia del club. A él se le sumarían Renato Veiga (25 millones), Alberto Moleiro (16 millones), Santiago Mouriño (10 millones), Tajon Buchanan (9 millones), Tani Oluwaseyi (8 millones), Arnau Tenas (2,5 millones), Manor Solomon (cesión) y Rafa Marín (cesión).
- Oluwaseyi, Solomon, Arnau Tenas y Mikautadze en su presentación oficial
Arranca la 25/26: Gran rendimiento en Liga, pésimo en Champions
Con 35 puntos de 48 disputados, los de Marcelino se tomarán las uvas en cuarta posición con dos partidos menos que el pelotón cabeza, formado por Barcelona, Real Madrid y Atlético. Un rendimiento récord a estas alturas en la competición doméstica que maquilla el que se ha ofrecido en Liga de Campeones, donde únicamente se ha sumado un punto de 18 posibles.
Las derrotas ante Pafos y Copenhague, rivales a priori de inferior nivel, han dejado ver las costuras de un equipo al que, si le cedes la iniciativa total del juego, le cuesta un mundo atacar defensas pobladas en bloques bajos. Esto, sumado a errores individuales muy evitables como el de Luiz Junior ante el Tottenham o el de Dani Parejo frente a la Juventus, han terminado de condenar a una plantilla sin apenas experiencia en la competición.
La maldición de la Copa
Otro año más, la Copa del Rey vuelve a ser un castigo para el equipo de la Plana Baixa. Tras superar al Ciudad de Lucena y al Atlético Antoniano —donde Arnau Tenas tuvo que salvar a los suyos en la tanda de penaltis— el Villarreal ha vuelto a caer un año más en las primeras rondas ante un equipo de inferior categoría.
En un partido en el que errores puntuales dieron una ventaja de dos goles al Racing de Santander, el Villarreal remó sin éxito para intentar igualar un partido que finalmente acabaría 2-1 y con el Villarreal volviendo a ridiculizarse en la competición del KO.
- Marcelino García Toral consuela a Pape Gueye tras la derrota ante el Copenhague
Objetivo 2026: clasificar a la Liga de Campeones por segundo año consecutivo
Con una única competición para lo que resta de temporada, el objetivo prioritario del Villarreal debe ser afianzar la clasificación directa a la Champions League. En caso de lograrlo, sería la primera vez en la historia que el club disputa dos años consecutivos la máxima competición continental, un hito que consolidaria al proyecto de los Roig como uno de los más solventes de España.
