CASTELLÓ. El Castellón ha premiado el buen hacer de Pablo Hernández al frente del equipo con su continuidad hasta final de temporada. De esta forma, el técnico que llegó del filial como interino, obtiene un lugar de forma estable tras ocho jornadas de provisionalidad.

"Tras el revuelo formado en la mañana del 12 de noviembre, el CD Castellón quiere confirmar la continuidad de Pablo Hernández como entrenador del primer equipo hasta el final de la temporada 2025/2026", ha emitido el club en su comunicado, saliendo así al paso de los rumores que situaban al castellonense fuera del equipo.

Los efectos de la llegada de Pablo Hernández al conjunto orellut han tenido continuidad en cuanto a rendimiento. Y es que los albinegros no se han limitado a una reacción fugaz tras el cese de Johan Plat, sino que le han dado prolongación con el paso del tiempo.

Así, tras dos meses dirigiendo al equipo, el ex futbolista internacional registra una puntuación que situaría al Castellón en cuarta posición en Segunda División si se incluyeran solamente los resultados registrados desde el relevo en el banquillo orellut. 

Hernández ha dirigido al conjunto de la Plana en ocho partidos, sumando cuatro victorias, dos empates y dos derrotas. Este balance equivale a 14 puntos, solo tres menos que el líder de esa clasificación parcial, el Almería, y dos menos que el segundo, el Córdoba. El recién descendido Las Palmas es tercero, con 15 puntos.  

Y eso que el Castellón ha dado la impresión de haber sumado menos puntos de los que merecía, con el recuerdo de los arbitrajes polémicos sufridos frente a Albacete y Burgos, que le privaron de la posibilidad de engordar más su cosecha.

Todo esto, junto a la sequía goleadora de tres partidos sufrida entre las jornadas 9 y 11, no ha sido un impedimento para que el Castellón haya dado un salto en la clasificación, pasando del puesto 20 que ocupaba cuando Plat fue relevado de sus funciones, al 12 que registra actualmente. 

Mejoría defensiva

Con Pablo Hernández al frente, el Castellón ha corregido la falta de contundencia en su área que tanto le penalizaba. Los errores de grueso calibre que cometía en parcela propia se han reducido a la mínima expresión, de modo que en los ocho partidos dirigidos por el castellonense, los orelluts solo han recibido cinco goles. 

El punto más débil del conjunto albinegro ha pasado a ser, en pocas jornadas, en un punto fuerte con el que se ha cimentado el salto competitivo del equipo. Así las cosas, el Castellón no ha encajado más de un gol en ningún partido dirigido por Hernández y ha mantenido la portería a cero en tres ocasiones.

El cambio de tendencia ha coincidido con una variación en el dibujo táctico del equipo, con un segundo pivote en un sistema 4-2-3-1 que se ha mostrado exitoso en términos de fiabilidad y consistencia.

También han ayudado las novedades que ha establecido el técnico en el once y el buen funcionamiento que, por lo general, le han dado los cambios en las segundas partes. 

Con esta transformación, el Castellón ha obtenido rendimiento en forma de puntos y ahora respira mejor en la clasificación.

La continuidad de Hernández pone fin a la incertidumbre que durante dos meses generó su provisionalidad al frente del banquillo del Castellón.