CASTELLÓ. La incertidumbre en el banquillo del Castellón se mantiene vigente cuando se cumple justo un mes desde que Pablo Hernández fue anunciado como técnico interino en el comunicado de destitución de Johan Plat. El actual preparador dirigió su primer entrenamiento el mismo día en que se oficializó la salida de su antecesor, el 16 de septiembre. Un mes después, sigue al mando del equipo, aunque con el interrogante de saber el tiempo que se mantendrá al frente.

El ex futbolista internacional asumió el cargo de forma provisional a la espera de una resolución más o menos rápida. Pero el tiempo va pasando y las noticias siguen brillando por su ausencia. Así, la temporalidad de Hernández como entrenador del primer equipo orellut ya acumula cuatro partidos, a los que se sumará al menos un quinto. De momento, el balance es casi perfecto, con 10 puntos ganados de 12 posibles.  

El castellonense ya ha empezado a preparar el choque de este domingo frente al Albacete después de dirigir el miércoles el regreso del equipo a los entrenamientos tras dos días de descanso. Nada parece indicar la llegada de un sustituto esta semana y con tan poco tiempo por delante para recibir a los manchegos. Tampoco hay un pronunciamiento del club que respalde la figura de Hernández de cara a una continuidad más estable.  

Cabe recordar que la semana pasada Hernández vaticinó que antes del encuentro frente al Eibar habría noticias sobre su futuro en el banquillo albinegro. Pero el club de la Plana, que hace varias semanas intentó sin éxito el fichaje del alemán Robert Klauss, aún no ha resuelto la incógnita, lo que puede significar que no tenga tan clara la continuidad del entrenador actual.

La destitución de Torrecilla

Hace tres años ya hubo una espera larga tras la destitución de Rubén Torrecilla. Entonces el Castellón nombró como interino al técnico del filial, Alejandro Jiménez, y tardó un mes y un día en resolver el puesto en el banquillo con el fichaje de Albert Rudé.

Durante ese tiempo de espera hubo un parón de Navidad y solo se jugaron dos partidos. Bob Voulgaris trató de fichar a Dick Schreuder, pero éste entrenaba al Zwolle y no quería dejarlo a mitad de temporada. Finalmente incorporó a Albert Rudé, fichaje que, seis meses después, el propio presidente reconoció como un error.

En esta ocasión ya se han jugado cuatro partidos sin que se haya resuelto la duda. Al menos la incertidumbre no está teniendo efectos negativos en los jugadores, que han ofrecido un nivel muy elevado con Pablo Hernández al frente.