VILA-REAL. El Villarreal afronta la jornada número 16 de LaLiga ante el Levante UD, en casa de los granotas, que atraviesan un momento muy delicado tras su retorno a Primera, al ser colistas de la competición.
Los de Marcelino también buscan pasar página de lo sucedido en Champions: después de lograr el peor registro europeo del club, los "groguets" siguen por el sendero de la nueva historia liguera, una que entrega más alegrías que Europa.

- Etta Eyong, exjugador del Villarreal, actual del Levante UD.
- Foto: AFP7 / Europa Press.
La directiva despide a Julián Calero, el técnico del ascenso levantino, tras lograr solo 9 puntos de 48
Los granotas pasan por un momento muy delicado en la competición. Desde la jornada 12, el equipo se encuentra en posiciones de descenso, concretamente en la penúltima plaza de LaLiga. Para terminar de tambalear la situación, tras la destitución de Julián Calero, el club sigue sin encontrar entrenador, por lo que el técnico continúa siendo el interino Álvaro del Moral, quien se estrenó con derrota por 2-0 ante Osasuna, cayendo de manera definitiva en la última posición en la jornada anterior (15).
Los resultados deportivos no son del agrado de nadie en Valencia: seis derrotas seguidas y tan solo dos puntos en los últimos nueve encuentros presentan a un Levante necesitado de un cambio radical para salvar la permanencia.
La peligrosidad de este equipo reside en ese sentimiento tan arraigado de permanecer en Primera. El Levante siempre demuestra tener agallas, goza de personalidad y de carácter a la hora de jugar y lo intenta por todas las vías posibles.
Además, para este partido podrán contar con Etta Eyong, que fue jugador del Villarreal hasta inicios de esta temporada y que, por contrato, no podría jugar ante el Submarino a no ser que el Levante abonara los 100.000 euros. No está del todo confirmado, pero el entrenador levantino ha aclarado su disponibilidad.

El Villarreal, iluminado en Liga pero maldito en Europa
Es cuestión de semanas que todo el mundo pase página de la temporada fuera de las fronteras nacionales de este Villarreal. Aunque al "groguet" le puede costar un poco más, los jugadores, en su condición de profesionales, se ven obligados y también tienen la capacidad de hacerlo, de poner el foco en el siguiente partido, sin remordimientos ni espacio para la prolongación del luto.
Lo bueno y lo malo de este oficio. Lo que está claro es que no hay mucho tiempo para digerir los sabores amargos que dejan las derrotas, sin importar la manera en la que se producen.
Pero, poniendo un punto y aparte, el Villarreal se encuentra en un estado de forma excelente en la Primera División española. Seis victorias seguidas, ocupando el tercer lugar y con una jornada menos que sus compañeros de arriba, no son un techo suficientemente alto para Marcelino: "Queremos buscar la séptima victoria consecutiva en liga".
Esa es la mentalidad que quiere transmitir el entrenador a sus jugadores, a quienes recuerda que no tienen "que reaccionar de nada" y que son "competiciones diferentes", dando a entender que lo sucedido en Champions no debería manchar lo logrado en España.
Aun así, los once sobre el terreno de juego y los sustitutos del banquillo están hechos de hueso, carne y emociones, por lo que el asturiano sabe que hay que recuperarse "en el aspecto mental".
Sin espacio para relajaciones, el Levante solo tiene un camino hacia la permanencia, que pasa por imponerse al Villarreal, y, por otro lado, el Submarino entiende que la mejor manera de dejar atrás el mal trago vivido es con una nueva victoria que le ayude a allanar el terreno hacia otra oportunidad copera.