CASTELLÓ. La buena dinámica de resultados del Castellón en las últimas semanas ha coincidido con el protagonismo creciente de Israel Suero, jugador que está reviviendo los tiempos de esplendor de la pasada temporada y que ha sido decisivo en la racha positiva del conjunto de la Plana.
El centrocampista madrileño ha pasado del ostracismo de las seis primeras jornadas a las órdenes de Pablo Hernández a la brillantez de las tres últimas, en las que el Castellón ha sumado siete puntos de nueve posibles.
En el partido más reciente, frente a la Real Sociedad B, coronó su buena actuación marcando uno de los cinco goles con los que su equipo se llevó los tres puntos. Fue su segundo tanto de la temporada después de ver puerta desde el punto de penalti frente al Ceuta, el último rival de Johan Plat como entrenador orellut.
En aquella ocasión, Suero había entrado al terreno de juego como revulsivo, mientras que el pasado sábado jugó de inicio en un once muy ofensivo que consiguió rematar 23 veces.
El máximo goleador albinegro la pasada temporada se hizo un lugar en el once de Pablo Hernández después de su gran actuación ante el Málaga entrando desde el banquillo, en un partido en el que participó en la remontada final aportando una asistencia en uno de los dos goles que lograron los orelluts en el descuento y que sirvieron para voltear el polémico 0-1 con el que se adelantaron los jugadores de su ya ex técnico Sergio Pellicer.
Dos titularidades consecutivas
A raíz de aquel encuentro, Suero jugó desde el comienzo en las dos siguientes jornadas, ante Burgos y Real Sociedad B. El madrileño respondió aportando calidad y profundidad a la zona de creación del Castellón.
Su presencia en la formación inicial coincidió con la baja de Brian Cipenga, convocado por su selección, lo que obligó al técnico a buscar alternativas en la distrubución ofensiva.
Suero fue el elegido para integrar, frente al Burgos, un sistema en el que Álex Calatrava pasaba a jugar en banda derecha, con Awer Mabil en el otro costado. Ante la Real Sociedad B, la fórmula fue más ofensiva al acumular un mayor número de jugadores en área rival, lo que tuvo consecuencias de cara a puerta.
En esa oda al fútbol de ataque, Suero ha respondido positivamente, como ya lo hizo en tiempos de Dick Schreuder. Ahora busca asentarse en un equipo que quiere seguir creciendo en juego y resultados.