CASTELLÓ. La industria azulejera volvió en el mes de julio a su actividad fabril habitual. Así al menos lo indica el Índice de Producción Industrial, publicado por la Conselleria de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo y que recoge que la tasa del séptimo mes de 2020 fue un 0,7% superior a la del mismo periodo del año anterior.
Con ello, el sector cerámico rompió de forma definitiva (al menos hasta el momento) las malas cifras productivas que se daban desde que se inició la pandemia del coronavirus y que, aunque ralentizándose, se habían ido prorrogando en el tiempo. De hecho, en junio la diferencia respecto del año anterior aún fue del 6,7%.
Tanto es así que, en lo que va de ejercicio, la caída productiva del azulejo todavía es del 11%, según las cifras del Portal Estadístico de la Generalitat. Con ello, a la principal industria castellonense todavía le queda por recuperar actividad para alcanzar las previsiones que a principios del verano manejaba la patronal Ascer.
Las fritas y esmaltes, casi igual
Peores son las cifras de la industria hermana del azulejo, la de fritas, esmaltes y colorificios cerámicos. Aunque las esmalteras redujeron en julio la caída productiva hasta el 2,9% (un mes antes el descenso era del 14%) y están cerca de los números del año pasado, su pérdida de actividad acumulada roza el 27% debido al desplome de los meses anteriores. Esto se debe, en parte, a su dependencia externa, ya que el 70% de su producción tiene como destino las fábricas de otras partes del mundo.
