VALÈNCIA. El Valencia naufragó este lunes ante Las Palmas en Mestalla (2-3) y sumó la décimo primera derrota en sus últimos diecisiete partidos de Liga, unos números que condenan al equipo a ser el colista de la Primera División y que propician que este Valencia enlace la segunda peor racha de su historia en Liga, sólo mejor que el curso 1985-86, cuando bajó a Segunda.

El equipo de Rubén Baraja acumula sólo seis puntos de Liga de los primeros treinta, aunque la dinámica llega desde la jornada 31 de la pasada campaña. En ese tramo final, el Valencia cayó en cinco de los siete últimos partidos de Primera y empató los otros dos, por lo que ahora mismo sólo suma un triunfo en los últimos diecisiete partidos.

Esos siete partidos sin triunfo se enlazaron a los cinco primeros de la presente temporada, doce encuentros sin conocer la victoria hasta que el Valencia venció al Girona (2-0) en el único triunfo liguero del equipo desde abril.

Así, en estos momentos, el club de Mestalla acumula sólo una victoria, cinco empates y once derrotas en sus diecisiete últimos compromisos ligueros, una racha sólo superada, de manera negativa, en la única temporada en la que el Valencia descendió a Segunda.

En aquella ocasión, el equipo, dirigido en los primeros trece partidos por Óscar Rubén Valdez y los ocho siguientes por Alfredo Di Stéfano, sólo logró una victoria en veintiún partidos consecutivos (además de siete empates y trece derrotas), una racha que se alargó desde el 7 de noviembre de 1985 hasta marzo de 1986, cuando el conjunto valenciano reaccionó tarde y ya no pudo salvar la categoría.

A pesar de que en esta ocasión esta mala dinámica se divide en dos temporadas, el Valencia está ahora mismo en la vigésima posición de la Primera División, la última de la tabla, a pesar de que no es el peor inicio de su historia, ya que fue en la 1957-58, cuando una terrible riada que sacudió la ciudad durante el mes de octubre obligó al Valencia a jugar fuera de Mestalla seis partidos consecutivos.

Eso sí, este Valencia es, ahora mismo, el peor en números anotadores de la historia, con tan solo siete tantos en las primeras diez jornadas, unos números idénticos a los de la campaña 1969-70 y la 2018-19.