CASTELLÓ. Los campings de la provincia de Castellón vuelven a confirmar que el turismo internacional es el principal motor de su actividad y el elemento decisivo para combatir la estacionalidad. Según los últimos datos de la Encuesta de Ocupación en Campings del Instituto Nacional de Estadística (INE), el mes de octubre se cerró con un aumento moderado del número total de viajeros, mientras que las pernoctaciones retroceden por la reducción de la estancia media. Aun así, los establecimientos del sector vuelven a registrar un buen comportamiento gracias al empuje del visitante extranjero.

En octubre, los campings castellonenses recibieron 7.620 viajeros españoles, un 7,6% más que hace un año, y 17.404 turistas internacionales, lo que supone un incremento del 2,8%. En conjunto, la demanda crece, con el mercado extranjero consolidándose como mayoritario y manteniendo un peso determinante también en temporada baja.

Sin embargo, las pernoctaciones sí reflejan la tendencia a viajes más cortos: las noches de turistas nacionales caen un 23,3%, hasta 25.793, y las de extranjeros disminuyen un 10,2%, hasta 131.265. Pese a este descenso, el volumen de noches de residentes en el extranjero continúa siendo muy elevado y supera con creces al del mercado nacional, confirmando su papel estructural en la actividad del sector.

El extranjero sostiene el invierno, la primavera y el otoño

El análisis del periodo enero–octubre de 2025 muestra dos comportamientos muy diferenciados. El turismo nacional sigue un patrón altamente estacional, con picos muy marcados en julio y agosto. Por el contrario, el turismo internacional mantiene cifras intensas durante casi todo el año y destaca especialmente en invierno y en otoño, los meses clave para garantizar la continuidad del sector.

Mientras que en enero los campings apenas recibieron 2.658 viajeros españoles, los turistas extranjeros superaron los 14.000. Y lo mismo ocurre en febrero y marzo, con registros igualmente elevados. En septiembre y octubre, la curva internacional vuelve a repuntar con fuerza, lo que permite cerrar el bloque final del año con ocupaciones muy sólidas.

Este comportamiento, unido a estancias medias más largas, hace que el visitante internacional aporte un volumen de pernoctaciones muy superior en la mayoría de meses del año.

El 80% de los campings permanece abierto en invierno

La presidenta de la Asociación Provincial de Empresarios de Campings de Castellón, Eva Pastor, confirma esta tendencia y subraya que la provincia es hoy uno de los destinos de referencia para el turismo internacional de larga estancia en invierno. “En la provincia de Castellón, permanece abierto el 80% de los campings durante los meses de invierno, con ocupaciones muy elevadas gracias al turismo extranjero. De hecho, durante el primer trimestre del año muchos establecimientos están al 100% e incluso con lista de espera para parcelas”, señala.

Pastor explica que la evolución del sector ha entrado en una fase de crecimiento más sostenido tras los fuertes incrementos de los años posteriores a la pandemia, y que la clave de esa estabilidad está en el cliente europeo, principalmente jubilados procedentes de Alemania, Países Bajos, Bélgica, Suiza o Reino Unido. “Muchos pasan las Navidades en sus países, pero en enero ya vienen a Castellón para disfrutar de un invierno mucho más suave”, apunta.

Además, destaca que la profesionalización del sector y las inversiones en modernización están permitiendo atraer a un público cada vez más exigente. En el mercado nacional, aunque el comportamiento es más estacional, Pastor reconoce que este puente de diciembre las reservas han aumentado, impulsadas en parte por el bono Recuperem habilitado por la Generalitat para los municipios afectados por la DANA.

En octubre permanecieron abiertos 42 campings en la provincia, que ofrecieron 6.699 parcelas y alcanzaron una ocupación media del 44,6%, generando además 355 empleos directos. Estas cifras confirman que los campings se mantienen como uno de los segmentos turísticos con mejor comportamiento en temporada baja. La conclusión es clara: Castellón ha consolidado un modelo de camping que combina la fortaleza del mercado nacional en verano con el papel esencial del turismo internacional durante el resto del año. Esta dualidad permite suavizar los efectos de la estacionalidad y asegurar actividad, empleo y rentabilidad prácticamente en todos los meses.