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El sector defensa en Europa: un imán para los inversores en un escenario de transformaciones

  • Mark Rutte.
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El Sector de la Defensa en Europa se encuentra en un momento de máxima actualidad, atrayendo la atención de inversores globales en un contexto de profundas transformaciones geopolíticas y económicas.

La proximidad de la cumbre de la OTAN, programada para los días 24 y 25 de junio de 2025, ha intensificado el interés, especialmente con la confirmada presencia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Su insistencia en que los países miembros incrementen su gasto en defensa hasta el 5% del PIB ha generado un impulso sin precedentes en los presupuestos de defensa europeos.

La OTAN ha sido un pilar de la seguridad europea desde su fundación, pero las recientes tensiones geopolíticas, incluyendo conflictos en Europa del Este y la creciente competencia global con potencias como China y Rusia, han subrayado la necesidad de una mayor autonomía estratégica. La exigencia de Trump de alcanzar un gasto del 5% del PIB en defensa, superior al objetivo actual del 2%, ha puesto a los países europeos en una carrera para reforzar sus capacidades militares. Según datos de la OTAN, en 2024, solo 23 de los 32 países miembros cumplían con el objetivo del 2%, lo que indica que el nuevo umbral propuesto representa un desafío significativo.

Alemania, como líder económico de la UE, ha tomado la delantera con un aumento sustancial de su presupuesto de defensa, incluyendo un fondo especial de 100.000 millones de euros anunciado en 2022 y renovado en 2024. Otros países, como Polonia y los Estados bálticos, también han incrementado significativamente sus inversiones, mientras que naciones como Francia e Italia enfrentan tensiones presupuestarias debido a sus niveles de endeudamiento.

En marzo de 2025, la Comisión Europea presentó el ambicioso Plan ReArm Europe/Readiness 2030, un marco estratégico diseñado para movilizar más de 800.000 millones de euros hasta 2030. Este plan busca fortalecer la base industrial de defensa europea y reducir la dependencia de proveedores externos, especialmente de Estados Unidos. Las principales medidas incluyen:

  • · Flexibilidad fiscal: Se propone relajar las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento para permitir mayores inversiones en defensa sin penalizar los déficits nacionales.
  • · Instrumento SAFE: Un fondo de 150.000 millones de euros para financiar adquisiciones conjuntas de equipos militares, promoviendo economías de escala.
  • · Redirección de fondos de cohesión: Algunos recursos tradicionalmente destinados a la cohesión regional podrían reorientarse hacia proyectos de defensa.
  • · Apoyo del Banco Europeo de Inversiones (BEI): El BEI ampliará su financiación para iniciativas de seguridad y defensa, incluyendo proyectos de innovación tecnológica.
  • Movilización de capital privado: Incentivos para que los inversores privados participen en el desarrollo de tecnologías de defensa, como ciberseguridad y robótica.

El Plan, que se debatirá en el Consejo Europeo posterior a la cumbre de la OTAN, enfrenta retos significativos, incluyendo la burocracia de la UE y la necesidad de coordinación entre los 27 Estados miembros. Sin embargo, su enfoque en adquisiciones conjuntas y la priorización de equipos fabricados en Europa podría transformar la industria de defensa del continente.

Oportunidades de inversión en el sector defensa

El creciente interés en el sector de la defensa se refleja en el rendimiento del índice STOXX Europe Aerospace & Defense, que ha superado ampliamente al STOXX 600 en los últimos 18 meses. Compañías como Rheinmetall, Saab y Leonardo (a las cuáles nos hemos referido en anteriores ocasiones) han experimentado revalorizaciones significativas, impulsadas por contratos gubernamentales y expectativas de crecimiento en beneficios.

Por ejemplo, Rheinmetall, fabricante de vehículos blindados y sistemas de artillería, será próximamente incluido en el EuroSTOXX 50, reemplazando a la firma de lujo Kering, lo que evidencia el cambio de enfoque de los inversores hacia sectores estratégicos.

Sin embargo, las altas valoraciones de los grandes actores del sector han llevado a los analistas a explorar oportunidades en segmentos emergentes. Empresas tecnológicas especializadas en ciberseguridad, inteligencia artificial, robótica y visión nocturna están atrayendo un interés creciente. Por ejemplo, compañías como Thales, que desarrolla sistemas de radar y ciberseguridad, y Hensoldt, especializada en sensores y electrónica de defensa, están bien posicionadas para beneficiarse de la modernización militar.

Además, sectores adyacentes como la logística, la infraestructura y la química están emergiendo como beneficiarios indirectos. Empresas que suministran materiales avanzados, como composites para vehículos militares, o soluciones logísticas para cadenas de suministro de defensa, también presentan un potencial de crecimiento significativo.

Desafíos y sostenibilidad fiscal

A pesar de las oportunidades, el Plan ReArm enfrenta obstáculos significativos. La implementación de un programa de esta magnitud requiere superar la burocracia de la UE y garantizar una gobernanza efectiva. Algunos analistas sugieren la introducción de subvenciones directas y estructuras de gobernanza más robustas para acelerar los resultados.

La sostenibilidad fiscal es otra preocupación clave, especialmente para países como Francia, Italia y España, que enfrentan altos niveles de deuda pública. La cláusula de escape del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, activada temporalmente durante la pandemia, podría extenderse para aliviar las tensiones presupuestarias, pero su uso prolongado podría generar tensiones con los países del norte de Europa, más fiscalmente conservadores.

Además, la colaboración transatlántica con Estados Unidos sigue siendo crucial. Aunque el Plan ReArm busca reducir la dependencia de proveedores estadounidenses, la interoperabilidad con los sistemas de la OTAN sigue siendo una prioridad. Empresas como Lockheed Martin y Boeing, aunque no europeas, podrían beneficiarse indirectamente de los contratos conjuntos.

Perspectivas futuras y recomendaciones para inversores

Para los inversores, la clave estará en identificar empresas con un alto potencial de crecimiento en segmentos emergentes, como la ciberseguridad, la inteligencia artificial y la robótica. También es importante diversificar las carteras hacia sectores adyacentes que puedan beneficiarse indirectamente del aumento del gasto militar.

Los riesgos, como la volatilidad de los mercados y las tensiones fiscales, no deben subestimarse. Sin embargo, el compromiso de la UE con el Plan ReArm y la presión de la OTAN para aumentar el gasto en defensa sugieren que el sector seguirá siendo un imán para los inversores en los próximos años.

Para los inversores, este escenario ofrece un panorama de crecimiento, pero requiere un enfoque estratégico para capitalizar las oportunidades en un entorno complejo y dinámico.

 

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