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La creciente deuda de EEUU y el 'Acuerdo de Mar-a-Lago': ¿una reestructuración radical del sistema monetario internacional?

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En abril de 2025, la deuda nacional de Estados Unidos supera los 36 billones de dólares, un nivel que muchos analistas consideran insostenible. El renombrado inversionista y fundador de Bridgewater, Ray Dalio, ha advertido que los crecientes problemas de deuda podrían conducir a "acontecimientos impactantes" a nivel global. En paralelo, surge un debate en torno a un supuesto 'Acuerdo de Mar-a-Lago', una propuesta teórica vinculada a la segunda administración del presidente Donald Trump, que pretende reformar el sistema monetario internacional para aliviar el déficit comercial estadounidense y reducir la carga de la deuda.

El problema de la deuda estadounidense

Ray Dalio ha señalado reiteradamente que EEUU se enfrenta a un problema estructural de oferta y demanda en el mercado de deuda. La necesidad de emitir bonos del Tesoro para financiar el gasto gubernamental excede la capacidad y el interés de los compradores globales. Dalio advierte que esta situación podría derivar en medidas drásticas, tales como:

  • Una reestructuración de la deuda nacional.
  • La imposición de aranceles agresivos para mejorar la balanza comercial.
  • La presión sobre socios internacionales para adquirir deuda estadounidense.

Según el economista, la historia sugiere que estas crisis conducen a cambios inesperados en el sistema financiero global, citando episodios como la crisis de deuda de los años 30 y el colapso del sistema de Bretton Woods en 1971. Además, resalta que el actual nivel de endeudamiento obliga a la Reserva Federal a mantener tasas de interés elevadas para atraer compradores de bonos, lo que impacta negativamente en el crecimiento económico.

El problema se agrava debido a los compromisos fiscales de EEUU, como el gasto en defensa, seguridad social y programas de asistencia, que continúan aumentando sin un plan claro de reducción del déficit. Los mercados financieros han comenzado a reaccionar con volatilidad ante la incertidumbre sobre la sostenibilidad de esta situación, y algunos analistas advierten sobre el riesgo de una crisis de confianza en el dólar estadounidense.

En este contexto, ha surgido la idea de un 'Acuerdo de Mar-a-Lago, una propuesta teórica impulsada por asesores y economistas cercanos a Trump, como Stephen Miran, Zoltan Pozsar y Scott Bessent. Su premisa central es transformar el sistema monetario global para favorecer los intereses de EEUU, similar al denominado Plaza Accord de 1985, que devaluó el dólar para corregir desequilibrios comerciales.

Las principales medidas que se discuten dentro de esta teoría incluyen:

  1. Intercambio de Deuda: Convertir la deuda externa en bonos a 100 años sin cupón, reduciendo la carga de intereses.
  2. Aranceles y Presión Comercial: Aplicación de aranceles para forzar la cooperación de socios económicos, como se ha visto con las nuevas tarifas impuestas el 2 de abril.
  3. Fondo Soberano: Creación de un fondo que invertiría en activos estratégicos, posiblemente respaldado por la revalorización del oro de Fort Knox y de la Reserva Federal.
  4. Uso de Criptomonedas y Activos Digitales: Se especula sobre la posibilidad de incluir Bitcoin en el fondo soberano, utilizando activos incautados por el Departamento de Justicia.
  5. Revisión de Acuerdos de Seguridad: EEUU podría condicionar su protección militar a ciertos aliados, exigiendo mayores contribuciones a la OTAN o permitiendo ajustes en el sistema financiero global a su favor.

Como observan nuestros lectores, aunque oficialmente se niega la existencia de dicho acuerdo, vemos que algunos de sus postulados o se han puesto en marcha o están a punto de plantearse.

El 'Acuerdo de Mar-a-Lago' guarda similitudes con el Plaza Accord de 1985, cuando EEUU, Japón, Alemania Occidental, Francia y el Reino Unido pactaron devaluar el dólar para reducir el déficit comercial estadounidense. No obstante, hay diferencias clave. Mientras que el Plaza Accord fue una cooperación multilateral, el 'Acuerdo de Mar-a-Lago' parece basarse en una estrategia unilateral de los norteamericanos, que podría generar fricciones con aliados y rivales.

El Plaza Accord ayudó a corregir desequilibrios comerciales, pero también llevó a problemas en Japón, cuya economía entró en un período de estancamiento prolongado tras la apreciación del yen. Algunos expertos advierten que una estrategia similar hoy podría tener consecuencias imprevistas y afectar la estabilidad global.

Riesgos e implicaciones globales

Si bien la estrategia podría proporcionar un alivio temporal a la economía estadounidense, también conlleva riesgos significativos:

  • Inflación y tasas de interés: La devaluación del dólar podría generar presiones inflacionarias y elevar los costos de financiamiento.
  • Conflictos comerciales: La aplicación de aranceles podría provocar represalias de otros países, afectando el comercio global.
  • Resistencia internacional: Actores como China y la Unión Europea podrían oponerse a una reforma abrupta del sistema monetario, lo que podría fragmentar la economía global.
  • Incertidumbre en los mercados: Los inversionistas podrían perder confianza en los bonos del Tesoro, aumentando la volatilidad financiera.
  • Reducción del poder adquisitivo: Un dólar débil podría encarecer las importaciones, afectando a consumidores y empresas estadounidenses.

El 'Acuerdo de Mar-a-Lago' es una propuesta teórica que, de materializarse, representaría un cambio radical en la economía mundial. Su potencial para aliviar la deuda estadounidense y fortalecer su sector manufacturero es innegable, pero también podría generar inestabilidad financiera global. Mientras la administración Trump evalúa sus opciones, el mundo observa con atención, consciente de que cualquier movimiento en esta dirección podría redefinir las reglas del juego económico internacional.

El desenlace dependerá de la aceptación o resistencia de la comunidad internacional. Si EEUU logra implementar su estrategia sin mayores conflictos, podría consolidar su posición económica. No obstante, si los países afectados reaccionan con contramedidas agresivas, el mundo podría entrar en una nueva era de proteccionismo y fragmentación económica. En este escenario, las decisiones que se tomen en los próximos meses serán determinantes para el futuro del sistema financiero global.

Antonio Castelo es analista de iBroker

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