VILA-REAL (EFE). El Villarreal y el Sevilla han empatado a dos goles en La Cerámica, en un duelo apasionante en la lucha por las plazas de Liga de Campeones, en el que los sevillanos han sido superiores y aunque no han podido ganar, han frenado a un rival directo que venía de ganar tres partidos consecutivos en la reanudación de la Liga. La nota emotiva del encuentro ha sido el regreso a los terrenos de juego del capitán del Villarreal, Bruno Soriano, tras más de tres años ausente en el campo por diferentes lesiones.

El Sevilla saltó al césped de La Cerámica con las ideas muy claras, ahogando la salida del Villarreal y buscando el dominio del balón. Con mucho esfuerzo el Villarreal fue nivelando el choque y a los 18 minutos se adelantó en el marcador. Un gran pase de Gerard fue cabeceado a bocajarro por Anguissa, Vaclik consiguió despejar con apuros pero el rechace cayó en poder de Paco Alcácer, que no perdonó.

El gol aturdió al Sevilla. Con un juego horizontal y sin mordiente, tan solo las subidas de Jules Koundé por la banda derecha crearon cierta inquietud en la zaga local, muy cómoda. Tan cómoda estaba que cuando Escudero recibió un balón más allá de la frontal no salió nadie a marcarle, por lo que el lateral se acomodó a placer y soltó un colocado disparo para empatar el encuentro y acabar con la imbatibilidad del Villarreal desde que se reanudó el campeonato.

Apenas quedaban cinco minutos para llegar al descanso, pero en la última acción del primer tiempo, un saque de esquina de Cazorla lo cabeceó cómodamente el central Pau Torres para dar ventaja a los suyos.

A Julen Lopetegui no le terminó de gustar el rendimiento de los suyos y realizó un triple cambio al descanso dando entrada a Navas, Munir y Ocampos. Y la jugada le salió bien. El Sevilla la arrebató el balón al Villarreal y fue el equipo que dominó a un Submarino que fue perdiendo fuelle en ataque.