CASTELLÓ. El Ayuntamiento de Onda sigue trabajando en su estrategia de Smart City para facilitar el día a día a los ciudadanos, ser más eficiente y útil en el desarrollo sostenible de la ciudad. Así, el gobierno municipal ha llevado a cabo un taller participativo, conformado por técnicos, expertos y empresas del sector tecnológico y turístico, para definir nuevas actuaciones inteligentes de cara al horizonte 2050.
La actividad, impulsada por la compañía especializada Bable, se ha desarrollado a través de cuatro mesas temáticas: turismo, para fomentar su crecimiento; movilidad, para promover la sostenibilidad; energía, para reducir el impacto del cambio climático; y ambiente y calidad de vida, para una gestión ambiental de calidad. Entre las principales ideas surgidas, destacan la necesidad de mejorar la movilidad sostenible desde el casco urbano a las áreas industriales, la apuesta por energías limpias que favorezcan la descarbonización, el desarrollo turístico y comercial a través de la colaboración público – privada o el aumento de zonas verdes y espacios dedicados a la infancia.
El teniente de alcalde Óscar Valero ha sido el encargado de dar la bienvenida a los participantes y ha resaltado que “en este taller vamos a imaginar el futuro y darle forma. Vamos a pensar y reflexionar sobre la ciudad que queremos para nosotros y las generaciones venideras. Y vamos a comprobar cómo la tecnología y la innovación nos pueden facilitar el día a día y sumar calidad de vida a los ondenses”.
Onda Smart City
Onda Smart City es un proyecto ambicioso impulsado por el Ayuntamiento y cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) en la ejecución y desarrollo de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado. Entre los puntos más reseñables de la iniciativa se encuentra la instalación de sensores que previenen los incendios forestales; la motorización ambiental de zonas verdes; la medición del nivel de tráfico; un localizador inteligente de aparcamientos; o el riego inteligente en parques que permite el ahorro de agua y energía de hasta un 30 %, además de permitir la gestión en remoto de la infraestructura municipal de riego, lo que facilita una mejor conservación de la vegetación.
