CASTELLÓ. Con más de cincuenta años de trayectoria, Macer es una empresa estrechamente vinculada al sector cerámico y protagonista de muchas de sus transformaciones. Su historia avanza al mismo ritmo que la de la industria: mientras trabaja el presente y proyecta el futuro, parte de su recorrido ya forma patrimonio. Un legado que se ha materializado en publicaciones especializadas, congresos, patentes, modelos de utilidad y ahora también en el Museo del Taulell Manolo Safont de Onda, donde esta cesión contribuye a preservar y compartir una parte esencial del proceso productivo cerámico. En esta ocasión, Macer realiza la cesión en préstamo de una colección de 34 plantillas históricas, piezas fundamentales en la fabricación de relieves cerámicos y esenciales para comprender la evolución tecnológica del molde cerámico en las últimas décadas.
Una colección única: 34 plantillas históricas
La colección cedida está compuesta por 34 plantillas utilizadas para reproducir relieves en baldosas, entre ellas:
- 8 plantillas de grafito, con predominio de motivos florales, geométricos y ornamentales.
- 21 plantillas de cobre, con diseños variados como arabescos, geométricos, florales, cantoneras, marcas “Made in Spain” y logotipos originales de Roca, Tau Cerámica y la extinta Estilos Cerámicos.
- 5 plantillas de kayem, una aleación metálica que permitió mayor durabilidad y precisión, todas caracterizadas por una estética barroca y elaborados motivos arabescos.
¿Qué son las plantillas y por qué son tan importantes?
Las plantillas son réplicas exactas de la baldosa que se desea reproducir. A partir de ellas se genera un negativo, el punzón, que es el que prensa la pieza cerámica transmitiendo el relieve del diseño. Dado que los punzones sufren un elevado desgaste, las plantillas debían fabricarse con materiales resistentes para garantizar la conservación del diseño y permitir su reproducción tantas veces como fuera necesario. Por este motivo, su evolución técnica refleja también la evolución de la industria cerámica.
Contexto histórico y técnico
Según recoge Rafael Galindo en El molde en la fabricación de baldosa cerámica (2002), las primeras plantillas con relieve se realizaban manualmente en grafito, un material fácilmente moldeable y conductor eléctrico, cualidad indispensable para el proceso de transferencia del relieve al punzón mediante erosión por arco voltaico. Estas piezas, fechadas entre 1982 y 1984, solo permitían obtener dos o tres punzones antes de desgastarse.
Más adelante fueron sustituidas por plantillas de cobre, mucho más duraderas, elaboradas por deposición electrolítica o mecanizado. Finalmente, llegaron las plantillas de kayem, obtenidas mediante fundición sobre moldes de escayola, más precisas y resistentes. Como ocurre con toda innovación industrial, estos materiales coexistieron en el tiempo, conviviendo mientras las técnicas más avanzadas se imponían progresivamente, especialmente durante los años 80 e inicios de los 90.
Un testimonio material del progreso cerámico
Las plantillas cedidas por Macer representan un recorrido histórico por la evolución de la industria del azulejo y de la propia empresa. Son piezas que documentan procesos de trabajo casi artesanales, avances tecnológicos determinantes y la estética de toda una época. Con esta cesión, Macer reafirma su compromiso con la preservación del patrimonio cultural e industrial, pero también con la transferencia del conocimiento. Una forma de compartir nuestra historia, nuestra técnica y nuestra evolución con el sector y con las generaciones futuras, enriqueciendo el fondo del Museo del Taulell Manolo Safont y fortaleciendo la memoria colectiva de la industria cerámica.
