CASTELLÓ. Pese a contar con una descafeinada puesta en escena, más allá del 'auto aplauso' de la alcaldesa, Amparo Marco, en su intervención, la realidad es que el pleno ordinario de noviembre de Castelló cerró el primer gran tomo de una de las asignaturas pendientes de la ciudad como es la aprobación del Plan General estructural.
Este paso llega tras 20 años de inseguridad jurídica desde que en 2008 el Tribunal Supremo tumbara el (entonces PGOU) del año 2000. Ahora, el siguiente paso es la aprobación definitiva por parte de la comision territorial de Urbanismo que se incluirá en el orden del día del 17 de diciembre y abordar el Plan General Pormenorizado.
Este proceso se acometerá en 2022 y el equipo de gobierno prevé culminarlo antes de que se acabe la legislatura. La aprobación, supone, tal y como manifestó la alcaldesa, "conseguir las inversiones necesarias para salir con más fuerza de la situación que ha generado la pandemia" y pidió un aplauso para los tres partidos que componen el Acord de Fadrell (PSPV, Compromís y Unides Podem).
Marco, además, recriminaba a la oposición que no apoyara la aprobación de este plan y advertía que "el Plan del Partido Popular fue tumbado tres veces por el Supremo y si tal vez en 2008, cuando recibieron el primer fallo en contra, se hubieran puesto a trabajar, nos habríamos ahorrado muchas cosas".
Sin embargo, el portavoz adjunto del Partido Popular, Sergio Toledo, lamentó "el retraso" de la aprobación del PG Estructural que el equipo de gobierno dijo que quería aprobar la legislatura pasada. "Castelló no necesita este plan, necesita uno que aporte crecimiento y que apueste por el futuro" y ha asegurado que "hasta Sagunto, con mucha menos población, tiene cinco veces más suelo industrial que Castelló".
Por su parte, el concejal de Urbanismo, José Luis López, ha destacado que el de Castelló será el primer Plan General de la Comunitat Valenciana que se aprobará con la ley de Ordenación del Territorio, Urbanismo y Paisaje de la Comunitat Valenciana (Lotup) de 2014 y que este planeamiento cuya aprobación definitiva ya está en la recta final "va de futuro y progreso para la ciudad, de garantizar una seguridad jurídica, de hacer una ciudad más sostenible y verde, más igualitaria e inclusiva; una ciudad más amable y humana que mejore la calidad de vida de cuantos amamos, soñamos y nos sentimos parte de un proyecto común".
El segundo teniente de alcaldía, Ignasi Garcia, por su parte, celebró seguir avanzando en el Plan General Estructural incorporando todas las cuestiones técnicas que necesita. "Castelló avanza firmemente hacia un nuevo modelo de ciudad urbanística más innovadora que tiene su hoja de ruta en la priorización de las personas y el bienestar ciudadano", ha asegurado. Además, tal como destacó Garcia, "nos permite crear espacios más sostenibles y mayores zonas verdes, así como generar los puestos de trabajo e infraestructuras que necesita la ciudad".
"Hoy entramos en la cuenta atrás para aprobar el nuevo Plan General Estructural y poner fin al Plan Especial de la Marjaleria, una iniciativa de 2006 que solo sirvió para generar falsas expectativas urbanísticas, que no permitió su ordenación y provocó la degradación paisajística de uno de los pulmones verdes de la ciudad", afirmó el tercer teniente de alcaldía, Fernando Navarro. "Con el nuevo Plan General Estructural se recuperará la legalidad de la zona e iniciaremos una nueva gestión socioecológica de la Marjaleria", indicó, destacando que "la ciudad encarará un nuevo planeamiento verde, sostenible y cuidador".
El pleno de noviembre también tuvo espacio para los debates más ideológicos. Una moción de Vox pedía la retirada de libros LGTBI en los colegios de Castelló para lo que contó con el apoyo de PP y la abstención de Ciudadanos. La propuesta (aunque defendida con matices por cada fuerza política) venía a reclamar al Ayuntamiento de Castelló que no "tratara de dogmatizar" con estos libros al alumnado de Castelló.
El Acord de Fadrell vetó la propuesta y salió en su defensa la edil de Compromís, Vero Ruiz, quien dijo que "estos libros son un recurso educativo para los profesores" y anunció que "vamos a seguir en la misma línea, ayudando y apostando por la diversidad aunque a muchos no les guste".
El Partido Popular, además, presentó una moción para que no se modifiquen los nombres del callejero de Castelló. La portavoz popular, Begoña Carrasco, defendió su “no a la eliminación del nombre de castellonenses ilustres del callejero y de infraestructuras que han servido para honrar su memoria. Basta de sectarismos y de reescribir la historia”. La moción que los populares han presentado para dejar el callejero tal y como está, sin que se elimine ninguno de los nombres propuestos por el Catálogo de Vestigios de la Guerra Civil de la Generalitat para su desaparición, fue finalmente rechazada por los socios de gobierno PSOE, Compromís y Podemos.
“No tienen derecho a borrar el legado de ninguno de ellos, solo por el momento histórico en el que les tocó vivir. Todos son Castellón y merecen memoria, dignidad y respeto. Segarra Ribes, Santos Vivanco, Traver Tomás, Fernando Herrero Tejedor, Sánchez Gozalbo Doctor Altava, José Clará o Carlos Fabra Andrés, todos han sido señalados injustamente y solo la reacción de sus familias les ha llevado a rectificar salvando de la quema a una parte de ellos”, señaló Carrasco.
La edil de Compromís, Vero Ruiz, aseguró que "lo que hacemos es cumplir con la Ley y con los que ya se ha aprobado en este pleno, como se hizo en 1979 y en 2012" dijo en el transcurso durante un pleno que fue abandonado por la alcaldesa y el teniente de alcalde Ignasi García para saludar a los manifestantes de la huelga indefinida de la limpieza (y que protestaban a las puertas del Ayuntamiento) y en el que se había ausentado Esteban Ventura de Ciudadanos por enfermedad.