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Ciencia e innovación para la reconstrucción

25/11/2024 - 

Estos momentos tan complicados que estamos viviendo nos están obligando a replantearnos muchas cosas. La Dana es un recordatorio doloroso de nuestra vulnerabilidad ante las catástrofes naturales. Más de 200 personas han perdido la vida, y los daños personales y materiales son incalculables.

Esta tragedia nos afecta profundamente como sociedad. Es imposible no vivirlo desde el dolor y no emocionarse con la implicación de todos para superarlo, pero también nos obliga a reflexionar sobre nuestra protección ante emergencias climáticas y ante los grandes desafíos a los que nos enfrentamos cada día.

Desastres climáticos como éste no afectan a países lejanos: lo vivimos aquí y ahora. El resto del planeta nos mira con empatía y nos brinda su ayuda. Saben que también les podría haber pasado a ellos. Las recientes inundaciones son un ejemplo de cómo una tragedia local tiene raíces y consecuencias globales. Frente a esta realidad, debemos actuar con urgencia y determinación. Valencia y su área metropolitana necesitan reconstruirse no solo con infraestructuras y ladrillos, sino también con ideas innovadoras y el talento de quienes buscan un futuro mejor.

En un mundo donde los problemas globales son tan abrumadores y difíciles de acotar, es clave reconocer que las soluciones deben comenzar a nivel local. Este enfoque no solo es más tangible y efectivo, sino que permite que las acciones inmediatas generen impacto a mayor escala. Es aquí donde la innovación y el talento juegan un papel fundamental.

La reconstrucción de Valencia no puede limitarse a volver al estado anterior, debe ser una reconstrucción que nos permita prevenir futuros desastres y, al mismo tiempo, ser ejemplo para otras ciudades del mundo. Para ello, necesitamos aprovechar el talento, también el joven, ese que siempre ha sido motor de cambio en cualquier época y sociedad.

Por eso me gustaría poner valor que este fin de semana hemos vivido un momento de gran simbolismo: en medio de este difícil contexto, Valencia ha podido celebrar el Sigma Squared Summit, un congreso que reúne a los emprendedores menores de 26 años más talentosos e influyentes del mundo. Más de 300 jóvenes de 33 países que nos han transmitido no solo su solidaridad, sino su implicación para ponerse manos a la obra para cambiar las cosas.

Contribuyen recaudando fondos para los afectados de la Dana, pero también han traído ideas disruptivas para prevenir desastres climáticos como este y soluciones para impulsar la reconstrucción. Nos han presentado, por ejemplo, una tecnología para medir vía satélite las lluvias y prevenir desastres o una app internacional para recaudar fondos con seguridad y transparencia. Tienen claro que la reconstrucción debe ejecutarse de manera urgente, pero también que se deben establecer estrategias a largo plazo para garantizar el éxito. Y nos quieren acompañar en el camino.

Los jóvenes vuelven a ser ejemplo, plenamente conscientes de que el mundo de los negocios se debe reinventar: la principal métrica no debe ser solo la ganancia, sino el impacto positivo que son capaces de generar. El talento necesita oportunidades, pero también un entorno que lo valore, potencie y lo conecte con los retos actuales.

Nuestra ciudad ha demostrado su capacidad para atraer iniciativas globales de alto nivel incluso en los momentos más difíciles. Este encuentro representa un soplo de aire fresco que nos ha cargado las pilas de ilusión para seguir trabajando en la difícil tarea que tenemos por delante y para mostrar al mundo que, hasta en la adversidad, Valencia es tierra de talento, innovación y emprendedores.

Desde el Ayuntamiento de Valencia, estamos comprometidos en crear un ecosistema que impulse estos valores. Como administración, debemos ser agentes activos que propicien estos foros, ofreciendo recursos, espacios y plataformas para que las ideas con impacto positivo puedan desarrollarse y convertirse en soluciones reales.

Todos somos necesarios. Recientemente la alcaldesa María José Catalá se ha reunido con los Rectores de la UPV y de la UV para que desde la ciencia ayuden a los retos a los que nos enfrentamos. El binomio Ciudad-Universidad adquiere ahora mayor protagonismo y una nueva hoja de ruta: la reconstrucción se hará de la mano de la ciencia o no se hará. El Ayuntamiento no soltará la mano de la ciencia para este camino tan desafiante al que nos enfrentamos.

La Dana ha dejado una huella imborrable en Valencia, pero también nos obliga a demostrar nuestra capacidad de superación. La reconstrucción será un proceso largo y complejo, pero si algo ha demostrado nuestra ciudad, es su fortaleza, solidaridad y creatividad. Por eso, podemos convertirnos en un modelo de ciudad preparada para los desafíos del presente y del futuro, desde la unidad y el liderazgo.

Todos debemos de ser capaces de sumarnos a este movimiento: ciudadanos, empresarios, instituciones y entidades. No podemos dejar que los problemas nos definan. Debemos definirnos por las soluciones que somos capaces de crear. Es el momento de actuar localmente para impactar globalmente y de demostrar que, con el talento y la innovación, no hay desafío imposible de superar.

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