CASTELLÓ. El marítimo es un sector donde todavía queda mucho por explorar a través de la innovación. Y así lo percibe Carlos Freire, impulsor de Cobs, una compañía que investiga cómo acabar con los contenedores de mercancías hundidos en el fondo del mar. Ingeniero industrial, ha vinculado su trayectoria empresarial a la náutica y el área naval.
Desde Endurance Emotive a la America's Cup, aprovechó una convocatoria de Ports 4.0 para lanzarse con la misión. "Estaba colaborando con Innsomnia y el sector de los contenedores lo conocía de lejos", explica Freire. "Empezamos con gemelos digitales, pero pronto me di cuenta de la problemática que suponía la pérdida de contenedores en el mar".
Con su solución, que pasa por un sistema de geolocalización y tecnología de flotación, buscan resolver tres problemas. En primer lugar, la contaminación marina. Por otro lado, el riesgo a la navegación por posibles accidentes con estos contenedores y, por último, el impacto en la cadena logística. "Esto supone un 1%, pero es como comparar el transporte marítimo mundial y la contaminación, que es un 3% pero se toman muchas medidas".
El proyecto es un sistema de 'hombre al agua', pero de contenedores. Avisa de que el contenedor se ha caído al agua, alerta a la cadena logística de que acaba de perder un efectivo y permite tomar las medidas de contención, ya sea mandar otro material o poder rastrear el contenedor y rescatarlo en última instancia.
Sin embargo, para poder acometer el rescate, no pueden dejar que el contenedor se hunda. "Estábamos solos en el desierto, pero ahora en Europa está en boca de todo el mundo", señala Freire. De hecho, empieza a aflorar la intención de una mayor normativa en este área, impulsada desde la Unión Europea. "Más pronto que tarde acabarán saliendo medidas obligatorias para trazar y recuperar. Esto da impulso al proyecto", reconoce.
El pasado año, la compañía se hacía con el premio de la octava edición de ClimateLaunchpad, la mayor competición de ideas verde de España para combatir el cambio climático, que organiza Avaesen. La tecnológica desarrollaba por aquel entonces la idea de negocio para encontrar el nicho hasta que, definitivamente, las leyes obliguen a no perder los contenedores en el mar.
"Decidimos atacar los contenedores que transportan mercancías peligrosas y de alto valor, porque es interesante que sean rescatadas", explica Freire. Concretamente, la idea es apuntar a las aseguradoras y a las empresas de logística marítima, prestando un servicio de alquiler para este tipo de contenedores, lo que supondría pagar un fee por cada viaje que el contenedor hace, como el GPS de un coche.
Ahora, con la convocatoria de Ports 4.0, la compañía trabaja con un centro tecnológico de Portugal para la parte flotabilidad. "Buscamos un sistema no invasivo en el contenedor y fácil de colocar", explica Freire. Para probar estos sistemas y acceder a los clientes, la Autoridad Portuaria de Castellón se ha convertido en un aliado clave como agente digitalizador.
Mientras desarrollan la tecnología para prestar el servicio, han recibido el apoyo de la compañía tecnológica SittelGroup. Entre sus dueños, se encuentra uno de los fundadores del grupo Orbel, destinado a la gestión de flotas industriales. Para la empresa, el punto clave será enero de 2023, cuando hagan entrega de la convocatoria de Ports 4.0 con el sistema de flotación ya definido.
"A partir de ahí, será lanzarse al desarrollo de producto completo y a la búsqueda de financiación", destaca Freire. "Sabemos que es un camino largo", reconoce. De hecho, Cobs mira como ejemplo a otra compañía incipiente, Navlandis - dedicada al desarrollo de tecnología de contenedores plegables- cuyos impulsores también están apoyando el proyecto. Para la empresa, la clave es atraer apoyos y proyectos europeos y romper la pared del interés para que los contenedores no puedan caer al mar.