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las productoras hablan

¿Cómo afectará la Ley del Cine y Audiovisual al sector valenciano?

20/02/2022 - 

VALÈNCIA. El sector del audiovisual encara en 2022 uno de los cambios más significativos de su historia reciente a nivel legislativo. El pasado martes, la Ley del Cine empezó a andar tras haberse aprobado en la fase de anteproyecto en el Consejo de Ministros. En un cálculo optimista, el texto definitivo no estará listo hasta dentro de un año. Paralelamente, el Ministerio de Cultura negocia con productoras y partidos políticos la próxima Ley del Audiovisual, que espera estar lista en unos pocos meses.

Y entre tanto texto, la pregunta de cuál va a ser la repercusión real sobre el audiovisual valenciano, que vive un cambio de tendencia que aún no es del todo firme y que sigue respondiendo a un contexto muy complejo y singular territorial e industrialmente.

Ley del Cine, una repercusión limitada

El texto aprobado el pasado martes tiene una incidencia muy relativa en el ámbito valenciano, tal y como explican diversas fuentes del sector. A destacar, la exhibición parece ser una de las grandes preocupaciones del texto, si bien las salas se han quejado de la cuota obligatoria de un 20% para cine europeo (la patronal aspiraba a pasar a un sistema de incentivos en vez de cuotas, si bien hasta ahora esta había sido del 25%). Las ayudas a la exhibición es algo que en la Comunitat Valenciana se lleva haciendo desde 2020 y que este año estarán aupadas por los fondos europeos del Spain Audiovisual Hub (en el caso del IVC, se está estudiando como hacerlas convivir).

También será importante para potenciar los laboratorios de creación, en la línea de los eventos de pitch y dirigidos a creadores que se han ido multiplicando en la ciudad de València en los últimos años, a su vez animados por las ayudas a desarrollo que existen en el Institut Valencià de Cultura y no en otros muchos territorios. De esta manera, la Ley fomentará otros procesos de la obra, si bien no se introducen grandes mejoras en las líneas a largometrajes, que ahora jugarán en igualdad de condiciones con las series.

Por otra parte, también cabe resaltar que el texto habla de internacionalización y de fomentar el cine europeo, si bien la gran medida es la de hacer más laxa la calificación de “película española” en las co-producciones europeas que, por ejemplo, dejó fuera de Los Goya a la película Josep, después nominada a Mejor Película de Animación en los Premios de Cine Europeos. Esto permitirá fomentar la fórmula de buscar financiación en diferentes países europeos (por ejemplo, El agua, de Elena López Riera, cuenta con un parte importante de producción suiza).

El texto ha caído bien a las productoras independientes en una cuestión clave y que remite al siguiente texto, el del Audiovisual: la definición misma de productora independientes.

Ley del Audiovisual, lenguas cooficiales sí, productoras independientes no

El texto de la nueva Ley del Audiovisual está más avanzada y se encuentra en trámites parlamentarios, pero también es la que se está encontrando con más resistencias. La más significativa, la de las productoras independientes, porque si bien el texto obligaría a las plataformas a destinar parte de su presupuesto a las producciones propias (5%), del que una parte importante serían a “productoras independientes” (sobre un 3,5%), la definición que propone el Ministerio de Economía en realidad podría hacer pasar por una producción independiente lo que en realidad no lo es. Las grandes multinacionales del audiovisual cuentan en España con filiales o productoras adquiridas en los últimos años que cabrían en esa definición. Y eso, en conjunción con la igualdad entre películas y series, acaba abriendo la puerta a las líneas de ayuda a una serie de empresas “que no solo no lo habían necesitado hasta ahora, sino que ha demostrado tener capacidad de cambiar el paradigma del audiovisual”. Así lo explica a este diario Rafa Molés, vocal de la asociación valenciana de productores AVANT, que a su vez forma parte de PROA (Productors Audiovisuals Federats).

En la opinión de Molés, y ya pensando en el contexto valenciano, la Ley supone una doble amenaza de cara a las ayudas “primero, porque la realidad de la inmensa mayoría del ecosistema de productoras valencianas son independientes, y muchas de ellas incluso unipersonales”; “segundo, por la periferia en la que estamos dentro del contexto estatal”. Es decir, “sería un retroceso al trabajo que llevamos desarollando años para co-producir más allá de nuestro ámbito y poder aspirar a hacer proyectos más grandes”, lo que supondría tener como techo el paradigma financiero IVC-À Punt del que dependen muchos proyectos en la actualidad. Con las plataformas y grandes productoras en igualdad de condiciones, la industria valenciana tendría la línea de meta mucho más lejos de lo actual.

Por otra parte, la Ley también espera institucionalizar una ayuda a las películas rodadas en lenguas cooficiales. Un fondo que en este 2022 depende de presupuestos y que aún no se sabe si se repartirá entre comunidades autónomas (lo que beneficiaría al ecosistema valenciano) o si será una línea por idiomas designada por el ICAA. En todo caso, Antonio Mansilla, productor valenciano, y presidente de la asociación estatal PIAF, destaca en este diario que el conocido como “fondillo” puede ser unnimpulso muy importante para el cine en valenciano: “con ese impulso presupuestario, deberemos demostrar todo el talento que tenemos. Casos como Loreak o Pa Negre podrán ser posibles si sabemos hacer realidad las historias correctas en la Comunitat”.  Molés, por su parte, cree también positiva la medida "porque dará más poder a la productora valenciana dentro de una co-producción estatal para que el proyecto se ruede en nuestra lengua".

Spain Audiovisual Hub: España, el plató

Y aún quedan otros cabos por atar. Entre otros, ya se sabe que las primeras beneficiadas por los fondos del Spain Audiovisual Hub han sido plataformas grabando series y películas en el país. Y es que, el programa diseñado por el Gobierno para “transformar el sector audiovisual” tendrá una incidencia también limitada en el ecosistema local, porque la mayoría de su presupuesto está destinado a financiar fiscalmente rodajes para hacer de España el gran plató de rodaje de Europa. Esto será un importante revulsivo al trabajo de las film offices y al sector de los services, pero no tanto a las producciones locales.

Por otra parte, se están renovando las bases de las ayudas al audiovisual valenciano, que según adelantó el director adjunto del Institut Valencià de Cultura, José Luis Moreno, en una entrevista a este diario, protegería a las producciones “muy valencianas” con una nueva línea de ayuda. Cambios legislativos cruzados que abren la puerta a un nuevo paradigma: parece que lo local se reforzará de puertas para adentro, pero la amenaza de las plataformas más allá de las fronteras autonómicas, parece poner techo a las expectativas de crecimiento valencianas.

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