CASTELLÓ. A tenor de la evolución en las tierras cultivadas de cítricos en las distintas autonomías, se constata, según el senador de Compromís, Carles Mulet, "cómo debe ser un cultivo rentable, cuando las grandes intereses de autonomías como Andalucía no dejan de plantar más y más hectáreas anualmente en grandes latifundios, mientras paralelamente se abandonan en el País Valenciano y se arrancan por falta de rentabilidad". Para el senador, esta dinámica que podría circunscribirse a la propia del mercado, evidencia que "puede ser rentable" y que "la actual política está pensada para favorecer la de los grandes propietarios y latifundistas y no la de los pequeños propietarios que, como en el caso valenciano, han visto como se han perdido en pocas décadas de forma drástica unos ingresos imprescindibles para muchas economías domésticas, pueblos y cooperativas que trabajan con naranjas, mandarinas o pomelos".
Para la coalición valencianista el ministro, con estos datos oficiales en la mano, no puede ignorar la realidad valenciana del sector citrícola ni un día más. "Es inconcebible que, después de haberle preguntado por activa y por pasiva sobre la cuestión, de haber aprobado mociones sobre problemas fitosanitarios, denunciado el descontrol en las fronteras con las plagas a raíz de los tratados con países terceros y haberle trasladado el malestar de los agricultores, haya eludido liderar acciones más contundentes en Europa y siga sin hacer nada para revertir esta pérdida de superficie destinada a los cítricos, con el País Valenciano como gran damnificado", ha remarcado el portavoz de Compromís.
Así, los territorios con superficie citrícola plantada han experimentado evoluciones bien diferentes en 20 años. Mientras Andalucía ha pasado de 35.000 a 58.000 hectáreas de naranjos y doblado la superficie de mandarina, el País Valenciano ha reducido en casi 30.000 las hectáreas de estos dos cultivos (70.000 hectáreas de naranja y 71.000 de mandarina); mientras en el total de España ha pasado de 291.000 hectáreas a 297.000 en 20 años.
Esta pérdida de superficie conlleva una pérdida en el paisaje, abandono de campos, falta de relevo generacional, peligro de incendios y un cambio cultural por la pérdida de activos económicos. "Frente a esto poco o nada se está haciendo. Nada para fomentar el consumo de cítricos como pedíamos en una moción que se aprobó hace tres años. Se trabaja para desmantelar sin ningún criterio los laboratorios especializados en citricultura de nuestra tierra para llevárselos a Galicia, para desposeernos de todo aquello que nos hacía fuertes, mientras desde Sudáfrica y otras latitudes entran productos contaminados con total impunidad", ha recordado el senador.
Compromís pide al Gobierno que "trabaje para todos" y revierta una línea de trabajo "contraproducente" para los intereses valencianos, pues "benefician al gran capital mientras dejan al pequeño agricultor abandonado". "Desde Compromís queremos reivindicar un campo con futuro si se aplican políticas muy distintas a las que se aplican ahora", ha concluido Mulet.