VALÈNCIA. La crisis abierta en el Govern del Botànic a raíz de la imputación de la vicepresidenta y referente de Compromís, Mónica Oltra, puede desembocar en una ruptura del pacto entre fuerzas progresistas alumbrado en 2015 y renovado cuatro años después. La posición de la también portavoz del Consell, al menos hasta este lunes, seguía firme en mantenerse en el cargo, mientras que en la Presidencia de la Generalitat dirigida por el socialista Ximo Puig, crecen las voces que apuestan por actuar cuanto antes y, si Oltra se niega a dimitir, proceder a su destitución en el Ejecutivo.
Ahora bien, la secretaria general de Compromís, Àgueda Micó, ya ha avisado públicamente a lo largo de estos días de que una decisión unilateral de Puig de cesar a la vicepresidenta conllevaría "una ruptura" del Botànic. "Una decisión de esta magnitud debería ser acordada colectivamente y el presidente no puede tomarla unilateralmente", comentó la dirigente de la coalición valencianista en una entrevista en À Punt.
Pero, ¿qué supondría la ruptura del Botànic y la marcha de Compromís si Puig decidiera destituir a Oltra sin el beneplácito de la coalición? De no convocar además elecciones inmediatas, los socialistas se quedarían gobernando (ya fuera con o sin Unides Podem) sin la garantía de una mayoría parlamentaria en Les Corts. Ahora bien, el escenario para la coalición valencianista tampoco sería fácil, puesto que de entrada se expondría a perder unos 100 puestos de altos cargos y asesores que ostenta en la Generalitat, y al menos 260.000 euros de ingresos.
Así, atendiendo al organigrama del Gobierno valenciano, existen algo más de 60 cargos designados por la coalición entre consellers, secretarios autonómicos, directores generales y responsables de empresas públicas, a los que hay que sumar los cerca de 40 asesores también nombrados por Compromís. Sin duda, la cartera más importante en representación dentro de la coalición es, precisamente, la Vicepresidencia y Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas que lidera Oltra, que cuenta con 18 altos cargos y 16 asesores designados por esta fuerza política.
De producirse una ruptura en el Botànic y la salida del gobierno de esta formación, lo más probable es que la gran mayoría de estos 100 puestos quedaran vacantes (algunos profesionales independientes quizá podrían seguir). Esta pérdida de empleos de miembros de la coalición derivaría también en un disminución de los ingresos de Compromís en las aportaciones de los altos cargos a los partidos que componen la coalición (Més, Iniciativa y VerdsEquo), lo que popularmente se conoce en política como el "impuesto revolucionario". Una cantidad mensual que los distintos cargos abonan a las patas de la coalición al considerarse que deben su puesto a la formación política que les ha propuesto para la plaza que ocupan.
De esta manera, en la web de Compromís figura la aportación, en el apartado de la Generalitat, de hasta 64 de estos cargos, ya sean consellers, miembros del segundo escalón, asesores o responsables de empresas públicas. Además, existe otra decena de personas que se encuentra en la lista pero sobre la que no aparece información concreta sobre si aportan o no al partido. En base a los datos sí compartidos, la aportación, según las distintas circunstancias e ingresos de los cargos y asesores, se mueve entre los 50 y los 550 euros al mes.
Si Compromís abandonara el Ejecutivo, además de la pérdida de influencia política, dejaría de ingresar esta aportación los 11 meses restantes al menos hasta las elecciones autonómicas que apuntan a celebrarse el 28 de mayo de 2023, lo que supondría una pérdida que rondaría los 260.000 euros; todo ello sin contar que pudiera haber más aportaciones de cargos en la Generalitat que no están reflejadas en la web. Un agujero importante para la coalición, dado que supondría el 30% del total de dinero que ingresó en 2020 en el apartado de aportaciones de altos cargos, que en ese ejercicio se situó en 866.471 euros.