CASTELLÓ. La semana de Fira d'Onda acoge esta noche de viernes a uno de los artistas españoles más querido por el público. Coque Malla llega al Recinto Multiusos para presentar su último trabajo, 'Aunque estemos muertos', y para rememorar también algún que otro hit de Los Ronaldos, banda que lideró en los 80.
El rockero lleva meses de gira al tiempo que prepara una tanda de macro conciertos para enero con la que celebrar los 40 años subido en el escenario que ya acumula a sus espaldas. Como él mismo reconoce, la intención de Coque Malla en cada cita es sumergir al público en una experiencia inmersiva y conservar esa estrecha relación que atesora con sus seguidores y que le permite seguir llenando conciertos.
La cita de esta noche arranca a las 23.00 horas, que será cuando actuará el grupo valenciano Los Zigarros, teloneros de lujo para el cantante y actor madrileño.
-Tienen varios formatos de espectáculo en gira dependiendo del lugar del concierto. ¿Cuál es el show que veremos en Onda?
-Veréis el show de una banda que lleva todo el verano rodando sin parar. Es un espectáculo que partió de la gira de invierno, que fue la presentación de 'Aunque estemos muertos', y que estaba muy basada en el disco. Tanto era así que acababa sonando el álbum entero en cada encuentro con el público. Arrancábamos el concierto con la primera canción del disco y luego continuábamos hasta que sonaba entero para acabar con algunos hits. Un poco más tarde preparamos una adaptación de esa gira para el verano, porque no tenía sentido mantenerlo tal cual. Aquel era un espectáculo para pequeño formato, para sitio cerrados o teatros, y este verano hemos estado en festivales, en escenario más grandes, con muchísima gente y con el show recortado en ocasiones por las obligaciones de ajustarnos a los tiempos. Este de Onda es el concierto que todo fan desea, porque en el repertorio incluimos todos los éxitos pero con mucha presencia del último trabajo. Somos una banda rodada como un cañón. El otro día hicimos parada en Málaga en un sitio cuyo espacio no era demasiado apto para conciertos. A mi no me gusta actuar en recintos o casetas de feria, y pese a ello, fue un concierto demoledor, y eso es porque estamos en forma y muy engrasados. Seguro que lo vais a notar esta noche.
-En las imágenes de Málaga se aprecia que la caseta de feria podía no ser a priori el mejor lugar para Coque Malla, por los ruidos y el entrar y salir de la gente. ¿Es clave, como comentas, la complicidad con tus músicos?
-Con los músicos pero también con la gente. No parecía el público habitual que está de paso por una feria. Daba la impresión de que era un público de sala. En cualquier caso, el engrase que tiene la banda es fundamental.
-Esta noche no estaréis solos en el escenario. ¿Afecta ese hecho al guion previsto?
-Compartimos cartel con Los Zigarros y eso nos ha obligado a reducir bastante el espectáculo. Los tiempos no dan para más, y por tanto, el de Onda será un concierto que tendrá una duración aproximada de una hora y poco.
-Aunque hayas tenido que recortar el repertorio para esta noche, ¿habrá espacio para temas de Los Ronaldos?
-Bueno, las canciones de Los Ronaldos no son protagonistas absolutas de esta gira. Tampoco creo que la gente las demande. No creo que el éxito de los últimos años se haya basado en la nostalgia. Después de separarme de Los Ronaldos y de pasar una travesía por el desierto he ido creciendo y he ido recuperando público a base de canciones nuevas. A partir de temas como 'La hora de los gigantes', 'Berlín', 'Hasta el final', 'Me dejó marchar', 'La señal' o 'Un lazo rojo, un agujero' he ido atrayendo a público y llenando las salas. La gente agradece mucho cuando hay un ejercicio de nostalgia con alguna canción de Los Ronaldos, pero no creo que el éxito que estoy teniendo en los últimos años se base en eso. Habrá un guiño a mi ex banda, por supuesto, pero el protagonismo es absoluto para mi repertorio.
-Acabas de publicar disco hace unos meses, están inmerso en la gira y estás preparando unos conciertos de gran formato para celebrar tus 40 años en la música. ¿Cómo logras estar en forma con tantos frentes abiertos?
-No estoy ya tan en forma, te lo aseguro. Los achaques empiezan a asomar, porque a los 55 años no se libra nadie de ellos. Pero es que estar de gira, al contrario de lo que mucha gente piensa, a mi me rejuvenece, me pone en forma y me tiene feliz. No solo me pasa a mi; también le ocurre a compañeros míos que se dedican a la música. No me envejece para nada. Lo que me envejece son otras cosas, como estar en casa parado. Los conciertos no, siempre me apetecen. Pero como te digo, los 55 años por algún lado salen siempre. De todos modos, supongo que hay ahí algo de genética que nos viene de parte de mi abuela y que nos da a todos los Malla un aspecto de menor edad de la que realmente tenemos. Y además, es que todos los que nos dedicamos a aquello que nos gusta estamos muy bien por dentro y eso se nota por dentro y por fuera.
-Es que, ¿cuántas veces te habrán dicho que sigues teniendo cara de niño?
-Si, si. Alguna vez que otra me lo han dicho.
-No sé si te han dicho más veces que tienes cara de niño o que eres la banda sonora de sus vidas...
-Eso también me lo han dicho muchísimas veces. Y es algo que genera mucho orgullo. No puede ser de otra manera. Además, lo notas en los conciertos cuando ves las caras de emoción al empezar a tocar una canción determinada. Te fijas en los ojos de la gente y dices, guau, en la mirada de esta mujer o de este hombre estoy viendo que con esta canción le han pasado un montón de cosas importantes. Igual que a mi me sucede no te creas. Yo no soy solo músico, yo soy también fan. Y me han ocurrido situaciones similares con otros artistas. Entiendo perfectamente lo que es.
-La estética de ‘Cuando estemos muertos’ es preciosa. ¿Siempre te ha interesado invertir en las portadas, el packaging y el resto de material del álbum?
-Mis discos tienen mucho de obra. Tienen algo cinematográfico, teatral, de narración, de pequeño cuento, de pequeña novela. Todo, de una manera más consciente o menos consciente, lo llevo a que participe de la narrativa que yo quiero transmitir con esa historia en concreto. Se ve en 'Aunque estemos muertos' o en 'Revolución' o en 'El último hombre en la tierra'. En este último trabajo quizá pasaba menos porque el concepto era más musical que filosófico, por decirlo de alguna manera. En el que más se aprecia esto que comento es en el último trabajo. En 'Aunque estemos muertos' es donde más he conseguido plasmar esa idea. Para que esa emoción se produzca y para que el que recibe el objeto del disco tenga la sensación de estar metiéndose en un mundo muy particular y que habla de algo concreto, todo lo que participa en la obra tiene que estar cuidado en esa dirección para que nada rompa el clima de obra conceptual que yo quiero conseguir. Y la portada del disco la considero la puerta de entrada a la obra. Aporta todo tipo de información. Es como cuando un escritor cuida la cubierta de su libro. Yo lo cuido todo mucho, pero bueno, el mérito es todo de Roberson, el autor de mi portada. Le expliqué muy bien de qué iba el disco, y el lo cazó perfectamente. Retrató el álbum con esa portada. El único mérito mio ha sido transmitirle a él lo que quería contar y aceptar su obra; pero el trabajo es suyo.