VALÈNCIA. La tapa de un libro, el envoltorio de un regalo o el marco de una obra maestra. Todo suma, y a veces incluso multiplica. ¿Y si el diseño hiciera del acto de comer una oda? Esa es, precisamente, la razón de ser de Oda un “nuevo concepto de diseño culinario” que aterriza en València de la mano de las diseñadoras Cristina Pérez y Marta Marco.
Las dos forman parte del mundo del diseño y se acercan la gastronomía para proponer un evento que tiene “un alimento de temporada como protagonista, concepto e hilo conductor de toda la experiencia. Un elogio a la belleza que parte del acto de diseñar y se encuentra en el acto de degustar un manjar. Una composición de texturas y técnicas culinarias de un mismo alimento, en compañía de otros, que permitirá apreciar toda su riqueza”.
“Moviéndome por Berlín, empecé a ver movimientos gastronómicos relacionados con el diseño. Cristina estaba más familiarizada y empezamos a probar algunas de estas experiencias en Europa. Fue una idea como tantas que se tienen todas las semanas pero fue muy fácil ponerse a trabajar juntas”, explica Marco. Juntas han ido sumando actores de disciplinas diferentes para generar una cata que se convierta en un homenaje a un alimento de temporada y de proximidad.
Se llevará a cabo una Oda por cada estación del año; comidas o cenas dependiendo de la época y la climatología. Cada Oda tendrá una duración de tres días con un menú único de la mano de un gran chef que solo podrá degustarse en la ocasión. Cada Oda, un alimento, una estética, una ubicación. “Hay propuestas gastronómicas muy amplias. Se han proyectos muy distintos, pero nosotras partimos de sentir que tenemos alimentos que son espectaculares y tenemos una relación tan cotidiana con ellos que acabas estableciendo patrones en vez de explorar sus posibilidades. Tenemos alimentos espectaculares que además admiten diferentes cocciones y técnicas”, explica Marco sobre la naturaleza del proyecto.
La primera Oda (16, 17 y 18 de julio en Russafa) está dedicada al tomate. “A través de este alimento, de sus características, sus texturas, sus diferentes formas de cocinarlo y prepararlo, se elevará a la categoría de manjar”, prometen. Para ello invocarán como eje central el concepto modos de ver (una referencia al pensamiento de John Berger). El chef encargado de elaborar y preparar el menú de la Oda al Tomate es Álex Ordiñana, cocinero desde hace casi dos décadas y vinculado en los últimos años al restaurante Fumiferro.
Se suman además Blasco&Vila, una firma de mobiliario de Moixent; con Cuit Ceramic, una tienda-taller de cerámica, basada en la artesanía y el diseño creada por Patricia Soriano y Celia Collado; y con Sentit, el proyecto de Irene Espert, agrónoma especializada en alimentos e ingredientes claves de la cocina mediterránea como el vino, el queso y sobre todo, el aceite de oliva virgen extra. “La gente se ha mostrado abierta y cálida. Ha sido fácil juntar todas las disciplinas que hacen realidad este proyecto. A lo mejor la parte más complicado ha sido precisamente la gastronomía porque dar con un chef es relativamente difícil. Pero Álex Ordiñana entendió perfectamente el concepto y ha sido mágico poder contar con él”.
¿Por qué coger lo de siempre y auparlo desde un espacio que no es la misma gastronomía? “Si algo nos parece atractivo nos predispone a tener una buena experiencia con ello. En la gastronomía pasa igual: podemos comer la misma elaboración, pero la manera en la que nos aproximamos cuando está el diseño lo cambia todo”, explican las promotoras. “La magia te la da la tierra y nosotras queremos disfrutarlo”, rematan.