VALÈNCIA. Tan solo unos días de diferencia pasaron desde el inicio del contrato de Daniel Méndez como director de GloVAL, la Oficina de difusión exterior del audiovisual valenciano, y el comienzo del Marché de Film en Cannes, su primera misión. Este nuevo ente, creado por la Acadèmia Valenciana de l'Audiovisual y financiado por el Institut Valencià de Cultura, nace con el entusiasmo de las dos instituciones y para que se convierta en un verdadero espaldarazo para el audiovisual valenciano, tanto a nivel internacional para facilitar co-producciones, como a nivel estatal, para estrechar la brecha que hay con otros cines como el catalán, el gallego o el andaluz.
Méndez atiende a Culturplaza entre cita y cita en el evento profesional Promercat, que se ha celebrado esta semana en el IVAM.
- Llevas apenas unas semanas dirigiendo esta oficina de nueva creación. La primera pregunta es obligatoria: ¿Qué te encuentras ya hecho en el audiovisual valenciano? ¿Desde qué contexto parte tu trabajo?
- El sector audiovisual valenciano tiene una trayectoria ya importante, de mucho antes de que GloVAL fuese siquiera una idea. Hay productoras importantes que están haciendo proyectos y películas muy interesantes, el sector de la animación es muy puntero, por ejemplo. Hay un terreno ya fértil y abonado y con frutos ya desarrollados. GloVAL lo que viene a hacer es apoyar todo eso que ya existe: darle un poquito de empuje de cara a la promoción internacional, y a nivel estatal. Pero, en todo caso, partimos de una industria importante y establecida.
- ¿Cuál es el margen de mejora, entonces?
- Yo no creo que haya tanto un margen de mejora porque se estén haciendo las cosas mal, sino que la industria ahora mismo está pasando por una crisis y sufriendo cambios muy importantes. Aunque es bastante habitual sentir que estamos en crisis. Estamos en un momento en el que es verdad que es muy importante abrirse hacia otros mercados, que desde el desarrollo de los proyectos ya se tenga en cuenta las audiencias, los potenciales mercados, etc. Y para ello es importante asistir a mercados de co-producción, forjar alianzas con co-productores, tanto nacionales como internacionales para tener mejor y mayor acceso a esos mercados, y así tengan un recorrido comercial y de distribución mayor.
- Una pregunta casi como aquello de qué fue primero, si el huevo o la gallina. ¿Es un sector potente el que genera la necesidad de una oficina como GloVAL o es la propia oficina la que posibilita que el sector se desarrolle hasta cierto nivel?
- Si, es como el huevo o la gallina. Creo que no es más que el talento que ya hay y los proyectos que existen y toda la trayectoria que ya se ha consolidado de muchas empresas se puedan beneficiar de una ayuda extra que les proporcione apoyo.
Para cada proyecto, cada productora, y cada agente del sector va a ser diferente el apoyo que le vamos a poder brindar. No todo es igual y no todo necesita del mismo apoyo. GloVAL va a capitalizar lo que ya hay y lo va a intentar ampliar.
- La primera acción de la oficina, a pocas días de tu incorporación, fue ir a Cannes. El contexto además es muy relevante: por una parte, la Comunitat Valenciana tenía experiencia en Berlín pero no en este festival; y en segundo lugar, España era el país invitado en el Marché du Film. ¿Qué ocurrió en Cannes?
- Como bien has dicho, fue todo algo apresurado y tuvimos que preparar la visita con poquito tiempo. Aún así, creo que fue muy positiva y muy productiva: tuvimos reuniones con organismos semejantes, también tuvimos ocasión de presentarnos al ICAA y al ICEX… Por otra parte, a nivel internacional, también se nos ha recibido con cierta alegría. Tuvimos una agenda bastante apretada, con muchas reuniones y era para darnos a conocer, básicamente: presentar la oficina y nuestras intenciones, metas y objetivos. En general ha sido bastante positivo todo el feedback que hemos recibido.
- También estuvieron presentes productoras valencianas…
- Sí, nosotros llevábamos el catálogo de películas en desarrollo y ya finalizadas, en total había 36 producciones. Algunos de los representantes de las productoras de esos proyectos estaban allí presencialmente. Como bien has dicho, Suica Films tuvo en el Cannes Docs un pitch delante de agentes de ventas que fue muy bien. Estuvo también Jaibo, con su proyecto de animación Rock Bottom, que también tuvieron la ocasión de presentar, y Dacsa Produccions estuvo también en el Spanish Screenings Goes to Cannes con Llobàs… Todos ellos con bastante éxito y buena recepción. Aparte de eso, en el propio stand que este año gestionamos nosotros dentro del pabellón, se produjeron bastantes reuniones entre gente interesada que ellos habían gestionado por su parte.
- ¿Entonces se han vuelto las productoras con buenas noticias de Cannes?
- Con las que yo he hablado, sí.
- Se ha impuesto en estos últimos años, gracias a las ayudas del IVC, un modelo que ha facilitado que una productora con una idea y un equipo creativo no-valenciano se alíe con otra productora más pequeña valenciana, rueden aquí y, de esta manera, conseguir ayudas tanto del IVC como de À Punt. ¿Este modelo, en principio, es positivo o negativo?
- Yo creo que todo lo que contribuye a dinamizar la industria es positivo. El cine es parte cultura y parte industria. Que se ruede más en la Comunitat tiene sus beneficios porque ese tipo de co-producciones que has mencionado requieren también de un equipo local y parte del beneficio económico del rodaje se queda aquí. A medio y largo plazo, también es beneficiosa la formación de los técnicos, que van adquiriendo más experiencia, mejorando en su campo, y eso ayuda también a que la industria cada vez sea más eficiente y mejor.
Ser parte como co-productor minoritario de una película también tiene su valor porque eso significa que tú también eres co-partícipe de la propiedad intelectual de esa película y eso genera valor a medio y largo plazo. Evidentemente, cuanto más grande sea la participación, mejor, pero es una forma también de dinamizar y de mejorar en muchos aspectos.
- ¿La oficina va a facilitar ese contacto para producciones que no son ideas 'primitivamente valencianas'?
- Eso también lo tiene que facilitar la oficina. Recibiremos a todo aquel que esté interesado en venir a rodar a la Comunitat y exprese su interés por saber con quién puede aliarse, ya sea en forma de co-producción o como service.
Nosotros no podemos entrar a decidir por ellos, pero estamos abiertos a dinamizar el tejido industrial y eso incluye también apoyar este tipo de contactos. Aunque primordialmente estamos para apoyar la obra hecha en la Comunitat, para que viaje y tenga difusión.
- El audiovisual valenciano tiene un problema importante: tiene poco peso incluso dentro de las esferas de influencia del cine estatal. Siempre se habla de la dificultad de llegar a los Goya o festivales el de San Sebastián. ¿Es también vuestro trabajo hacer lobby en el cine español?
- Absolutamente. Realmente GloVAL nace como oficina de apoyo a la promoción y difusión. Lo de la internacionalización tiene mucho peso, pero a nivel estatal también vamos a trabajar para que tengamos más presencia en los festivales nacionales, para que haya más coproducciones con otras regiones del Estado.
- ¿Cuál es la hoja de ruta de ese ámbito estatal?
- La estrategia confluye con los pilares de la internacionalización porque en el fondo lo que queremos es que circulen las obras. Es el mismo objetivo pero a diferente escala.
Acabamos de empezar y estamos aún diseñando la estrategia, pero evidentemente pasa por la presencia en los festivales importantes y, en ese sentido, actuaremos para que GloVAL no sea la forma en que las obras lleguen más allá. Buscaremos la manera de colaborar con los festivales, hablaremos con programadores, buscaremos alianzas con otros organismos parecidos de otras comunidades, como Catalan Films, etc. Son alianzas que estamos buscando y que más adelante podremos anunciar.
- En los últimos años se ha generado alrededor de Valencia una red de eventos profesionales, como Promercat, que se está celebrando estos días. ¿Estas iniciativas, que sin duda facilitan que los proyectos salgan adelante, no pueden -a la vez- generar cierta endogamia en la industria?
- No, porque, si hablamos específicamente del cine, la forma que se tiene de desarrollar y financiar un proyecto pasa por muchas fases. Un buen comienzo puede ser, quizás a nivel local, buscar apoyos como puede ser À Punt o el IVC. Con esos apoyos locales tú ya vas con más herramientas y mejores armas hacia afuera, a otros eventos, de la misma naturaleza pero en otros entornos, para buscar co-productores. Es muy difícil salir fuera si tú, desde tu propia región, no tienes financiación. Lo primero que siempre que te preguntan en un mercado fuera es “¿cuánto tienes ya? ¿Con porcentaje de la financiación llegas aquí?”.
- Las productoras cuentan que cada año se hace más imprescindible buscar co-producciones, y eso hace agónica la fase de búsqueda de financiación. ¿Cuál es tu análisis de este modelo?
- Bueno, yo no sé si se hace más agónica, porque el proceso de financiar una película siempre lo ha sido. En un proyecto de película, desde que empieza a germinar con la idea inicial hasta que llega a las pantallas (si tiene la suerte de llegar, porque no todas llegan), pueden pasar perfectamente 5 o 6 años fácilmente.
Ahora estamos en un momento en el que sí que se está potenciando más la co-producción porque no hay otra manera realmente de financiar al 100% una película sino es buscando fondos de diferentes regiones y países, con preventas, mínimos garantizados de distribuidores… Es un puzzle que hay que ir armando y requiere su tiempo, pero no hay otra manera de hacerlo.
- ¿Es inevitable entonces? Y más allá de que sea inevitable, ¿es positivo que se esté migrando hacia ese modelo?
- Totalmente. Se ve claramente, por ejemplo, en que el hecho de entrar en co-producción con otra región o país te abre a un mercado, que tú, si no tuvieras esa alianza, tendrías que pelear mucho por entrar ahí. En las co-producciones con Alemania, ellos exigen en sus ayudas que haya una distribuidora, de una manera similar a España. Eso significa que esa película se va a estrenar sí o sí allí. El co-productor valenciano ha abierto una ventana para su película a la vez que conseguía más financiación.
- Tanto con el cierre de Canal 9 como con la apertura de À Punt, siempre se ha hablado mucho de lo vital de la radiotelevisión pública para garantizar el buen funcionamiento del sector. ¿Esta ultradependencia de un único agente es positiva para el sector?
- Utilizamos mucho el concepto de productores independientes, pero yo creo que los productores son dependientes. Dependientes de ayudas, de distribuidoras, de agentes de ventas internacionales, de televisiones, de plataformas… Los productores dependen de que todos estos actores les compren la idea y aporten un porcentaje de financiación.
No es que sean excesivamente dependientes de À Punt en este caso, porque es solo un paso más en la financiación. À Punt, como otras televisiones regionales y estatales, tiene ese mandato de apoyar el tejido industrial y la cultura local.
- Pero es un hecho que, cuando cerró Canal 9, el sector audiovisual no levantó cabeza hasta que no se reabrió como À Punt. Que la salud de un sector audiovisual dependa de este factor lo hace tal vez más frágil, ¿no?
- Es cierto que, en general, el sector audiovisual está sometido a unos vaivenes y eso afecta muchísimo al tejido general, pero es que el modelo es el que es y es el que está instaurado en toda Europa, en este caso. No es que seamos aquí especiales ni dependamos, todos dependen de sus televisiones.
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