Foto: ANTONIO PRADASCASTELLÓ. Otro tipo de motores espaciales son posibles. Al menos eso es lo que pensaron los cuatro fundadores de Arkadia Space, la startup ubicada en el aeropuerto de Castellón encargada de diseñar los motores del futuro en este campo, el astronáutico. Es decir, para aquellos objetos que lanza el ser humano al espacio y que, ya allí, necesitan moverse en la órbita terrestre.
La firma castellonense, nacida en 2020, es una de las pioneras en innovar para que los sistemas de propulsión de satélites y otras plataformas espaciales sean mucho más sostenibles y asequibles. ¿Cómo? Utilizando nuevos materiales para su funcionamiento y también para su propio diseño. Por una parte, impulsando la utilización de combustibles 'verdes'. Y por otro, introduciendo el uso de materiales cerámicos -tan presentes en la industria de la provincia de Castellón- para su construcción.
"Nuestro mercado es el de satélites o plataformas espaciales", explica Francisco Espinosa, cofundador y director de Ingeniería Mecánica, quien diferencia entre los motores que usan los cohetes para despegar y salir de la Tierra de los que se emplean ya en la órbita. Estos segundos son su segmento de trabajo. "Una vez en el espacio, esos satélites necesitan moverse en órbita para hacer cambios de plano, evitar posibles colisiones, etcétera, y por eso necesitan tener motores para ello".
Así, una de las mejoras en las que trabaja para ellos Arkadia Space es la de la sostenibilidad, con el empleo de combustibles menos contaminantes. En ese sentido, otro de los fundadores y director de Propulsión, Ismael Gutiérrez, subraya que actualmente los motores que se emplean son "iguales que los de hace 60 años y están basados en combustibles tradicionales, que son tóxicos y cancerígenos". En cambio, los ingenieros de la compañía castellonense trabajan con combustibles verdes.
Se trata, por ejemplo del peróxido de hidrógeno, que puede funcionar por sí solo o en combinación con otro combustible para dar mayores prestaciones. "Con el uso de estos nuevos combustibles, al final queremos romper la barrera de entrada de este tipo de productos", explica Gutiérrez al respecto, quien resalta este "valor diferencial" junto al de la cerámica como nuevo material para los motores, concretamente para las cámaras de combustión.
"Hasta ahora se suelen usar como materiales las aleaciones de metales preciosos como el platino", expone el ingeniero, pero la idea de aplicar materiales cerámicos ayudará a reducir el coste de producción de los sistemas de propulsión. "Tiene un gran desafío tecnológico porque estos materiales tienen propiedades características", subraya, de manera que su implantación es un trabajo "muy complejo" pero también muy novedoso: "La única vez que se han usado fue en unos prototipos de la Agencia Espacial Japonesa, así que somos pioneros en Europa y a nivel mundial".
Sus investigaciones en este sentido también podrían utilizarse en el sector aeronáutico, teniendo en cuenta también su implantación en el aeropuerto de Castellón. Así, aunque Guitérrez admite que no se trataría de una "aplicación directa" de su tecnología, dado que es "bastante diferente", sí que "se estudia el uso de materiales cerámicos en turbinas de aviación en lugar de las aleaciones típicas; todo eso sí que se puede adaptar".
Las labores de la startup ya han dado sus frutos: ya cuentan con piezas y prototipos con las que han realizado pruebas en motores reales. Para ello, los ingenieros se han asociado con una firma austriaca, Lithoz GmbH, encargada de diseñar las máquinas que producen estas piezas cerámicas. Un proyecto para el que han logrado financiación de la Comisión Europea. "Si esto funciona, nuestra intención es implantar ese tejido industrial en la Comunidad Valenciana", asegura Espinosa. Este mismo año, sin ir más lejos, la firma espera tener listo el producto comercial.
Desde diciembre de 2020, el crecimiento de la startup ha sido exponencial. Sólo hay que mirar al equipo de trabajo para darse cuenta. "Cuando empezamos, éramos cuatro y estábamos en una pequeña oficina", asegura Espinosa. Ahora mismo son ocho y las buenas expectativas hacen prever una ampliación de la plantilla hasta las 15 o las 20 personas a final de este mismo año. "Ahora mismo somos fundamentalmente ingenieros y una persona con más formación en economía, pero el proyecto va a necesitar todo tipo de perfiles", subrayan sus cofundadores.
Lo cierto es que el sector ofrece muchas posibilidades de expansión. De hecho, los proyectos en los que trabaja la startup "están creciendo en número" y además, se tratan de proyectos con "un gran valor porque los motores tienen un coste considerable, por lo que el mercado es bastante atractivo", expone Guitiérrez. Por eso, admite, tienen "bastante atracción" y han experimentado una "curva de crecimiento exponencial: al principio vas poco a poco y cuando coges le momento, todo crece muy rápido; ahora tenemos que controlar ese crecimiento".
Las vías de apoyo y de financiación de la compañía son diversas. Desde el apoyo del propio Aeropuerto de Castellón hasta la colaboración del Centro Europeo de Empresas e Innovación de Castellón para la orientación al mercado pasando por diferentes líneas de subvenciones públicas y financiación privada. Algunos inversores son de Castellón. "Parte de la financiación es privada pero también contamos con muchas ayudas como regionales, nacionales y europeas", explica Gutiérrez.
Sin ir más lejos, recientemente el Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI) adscrito al Ministerio de Ciencia e Innovación les ha otorgado una subvención de 325.000 euros a fondo perdido. La ayuda pertenece al programa Neotec, "la más prestigiosa para startups del sector tecnológico; y es un sello de confianza de cara a recibir inversión", explica Espinosa. De esta manera, el año 2023 se presenta con optimismo para la firma.
