VALÈNCIA. Sentir, bailar, cantar, besar… ¿Cuántos verbos caben en una sola pista de baile? Para el dúo musical Delaporte todas las palabras se quedan cortas cuando hablamos del techno, su medicina legal “que todo lo cura”. Este género musical se despliega en todas las notas de Aquí y Ahora, su último lanzamiento con el que están girando por toda España. Ahora llega el turno de València, el próximo 24 de febrero y el 2 de marzo estarán en la Sala Moon para presentar su último trabajo y rendir al público a la coreomanía.
Con muchas ganas de “darlo todo”, el dúo, compuesto por Sandra Delaporte y Sergio Salvi, busca generar un concierto que se asemeje más a una experiencia litúrgica. Lejos de la oscuridad que se suele asociar al techno, invaden con sus letras todo el escenario, con temas que podrían salir tanto de una tarde de introspección como de una alocada conversación en un after. A lo largo de trece canciones -y unos 37 minutos-, reflexionan sobre “soltar el control para abrazar las cosas que les gustan”, sin complejos y con mucho cachondeo: “Hemos venido al mundo a ser libres, no a justificar nuestra existencia. Queremos encontrar diversión en la oscuridad y dejar de controlarlo todo, dejar de ser lo que se espera que seamos”, predica Delaporte sobre este álbum, en el que incluyen temas con títulos que evocan a la fiesta como: Me la pegué, El Techno Cura, Besa y algunos más desenfadados aún como Fractal de Coños.
El universo creativo del álbum lo construyen, también, a través de sus videoclips, en los que intentan trasladar a sus fans a lo que será vivir los temas en directo: “Queríamos que todo fuera muy realista, sin ficcionar nuestra realidad para contar lo que estamos sintiendo”, añade sobre vídeos en los que se juntan con amigos para pegarse la fiesta, “la clave es buscar lo más simple y sincero para pasárselo bien”. También creando y produciendo, la músico confiesa que viaja a su pasado para construir este disco con sus obsesiones de hace años.
“La música club siempre me ha gustado, a partir de los 20 me volví loca con este tema y empecé a buscar gente con la que producir. Yo venía del jazz pero quería adentrarme de pleno en la producción electrónica... que no tanto en la escena club, te puedes meter en el tecno sin tocar todos esos universos”, añade, “quiero lo más salvaje, lo que más me apetezca sin seguir una narrativa exacta. Cuando digo que el tecno cura me refiero a que es como una sanación, para mi es muy importante expresar eso desde el amor y de una manera de lo más vulnerable. Estoy orgullosa de haberme permitido crear lo que quería desde un amor genuino, que guste o que sea un éxito es algo que no se puede controlar”, celebra la cantante.
Casi sin quererlo con Aquí y Ahora viaja a un momento en el que no sabía que el tecno le iba a cambiar tanto la vida. La cantante confiesa que la primera vez que escuchó algo de este género fue en el festival Sónar, allá por el año 2017: “Había escuchado música house pero, sin quererlo, mi corazón se fue volcando más al techno. En la pandemia solo me hacía playlists de raves y en confinamiento me lo pasé produciéndolo y escuchándolo”. Para ella, y para Salvi, trasladar esto a un nuevo y futuro trabajo era algo más parecido a un reto, ya que siempre han acostumbrado a trabajar un estilo más “popero”: “El techno es un género que adoro, es como mi diosito personal, pero meterlo en el pop es todo un reto".
"Pensamos que teníamos que hacer hard pop, pero no sabíamos cómo acabaría sonando”, comenta la cantante. Buscando generar la música que les haría querer “subir la radio” intentan conectar con el “aquí y ahora” desde nuevos terrenos. Uno de ellos es la música como una especie de “meditación” que pretenden que se traslade a los directos: “Queremos que lo que suceda sea algo sagrado, algo que salga de muy adentro. En la producción clásica del techno todo es muy oscuro y nadie canta pero nosotros queremos darle la vuelta a esto”, añade la nueva profeta de este género, “queremos transmitir nuestra energía, desde el amor y sin pensar en el éxito. Queremos crear desde los lugares más íntimos y personales, a la vez que contamos lo que nos da la gana y buscamos que reviente el suelo”.
Con todo esto, prometen una noche de lo más parecida a una experiencia religiosa, repleta de Cariñito, con algún que otro Superman y en la que el techno sea capaz de reventar los bafles y el techo. Súbete la Radio, Delaporte.