VALÈNCIA. Ejecución de una obra, la introducción de sistemas sostenibles y de eficiencia energética, rehabilitación o innovación en la construcción son solo algunas de las labores y, a su vez, retos que tiene la arquitectura técnica en la edificación. Un papel, a veces no tan reconocido, pero con importantes implicaciones en la culminación de los proyectos con las máximas garantías y calidades. Y esa función como "agente central en el proceso de edificación" es lo que reivindica el sector, que busca visibilizar su profesión y atraer nuevo talento.
Para ello, el Colegio Oficial de la Arquitectura Técnica de Valencia (COAT Valencia) celebró hace unos días su gran noche con la entrega de varios premios a través de cuatro categorías que responden precisamente a esos desafíos que afronta la profesión. Tres importantes obras de edificación y un proyecto de innovación fueron los galardonados. "Nuestra misión es reforzar la visibilidad de nuestra profesión y, para ello, celebramos los premios con los que destacar nuestra labor en la sociedad", destacó Vicente Terol, presidente del Colegio Oficial de la Arquitectura Técnica de Valencia.
Así se puso de manifiesto en un desayuno organizado por Valencia Plaza y el ente colegial en el que participaron algunos de los premiados, quienes reivindicaron el protagonismo de la figura del arquitecto técnico en las obras y su labor como eje vertebrador entre todos los agentes implicados: desde el promotor hasta el constructor y el arquitecto. A la cita asistieron, además de Terol, Federico Esteve, secretario del COAT Valencia; Luis Felipe Rodríguez, arquitecto técnico ganador, junto a Luis García Covisa, en la categoría de Edificación Sostenible y/o Eficiencia Energética por sus seis viviendas unifamiliares pareadas en El Vedat (Torrent).
También, Luis Cortés, arquitecto técnico ganador del premio en la categoría de Rehabilitación Edificatoria por la reconstrucción de la cúpula de la iglesia de Sales de Sueca; Salvador Segura, arquitecto técnico ganador en la categoría de Dirección de Ejecución de Obra por el Caixaforum Ágora en València; y Gleb Y. Blanco, arquitecto técnico gerente de SPANS Building Tech, fabricante del producto ganador en la categoría de Innovación aplicada a la edificación
El debate lo arrancó Vicente Terol, presidente del COAT de Valencia, quien destacó que la tarea del arquitecto técnico es llevar a término lo que previamente ha diseñado el arquitecto y que se ejecute conforme a unos requisitos técnicos y con unas medidas de seguridad. "Al final conseguimos que los edificios existan, por lo que queremos reforzar el valor de nuestra profesión", subrayó.
En este mismo sentido se pronunció Federico Esteve, secretario del COAT Valencia. Incidió en la labor que desempeñan como encargados de la dirección de las obras, su coordinación para que se culminen con unas garantías de calidad, sin costes añadidos y en el plazo previsto. "Somos como un médico para los edificios porque diagnosticamos su estado para darles una solución. Uno de los valores que aportamos es que nos anticipamos a los problemas y nos enfrentamos a cualquier contratiempo, además de dar seguridad a la obra", defendió.
Tanto es así que Salvador Segura, arquitecto técnico ganador en la categoría de dirección de ejecución de obra por el Caixaforum Ágora en València, quiso dejar claro el valor añadido que aportan y cómo en otros países, en donde no está regulada la profesión, buscan perfiles en España para garantizar el buen desarrollo de una actuación. Y es que la figura del arquitecto técnico no existe en otras regiones de Europa ni en EEUU, sino que tienen perfiles que acometen esas labores pero de forma disgregada, pero no es una profesión reglada ni con las mismas competencias.
"Nosotros hemos trabajado para despachos europeos que nos trasladan la necesidad de contar con nosotros para garantizar al máximo la obra", remarcó Segura. Pero, además, relató que hace años llegó tarde a una reunión en Londres y había 10 personas esperando a que llegara sin empezar la cita. "Me dijeron que el más importante era yo y que, por tanto, no podían comenzar. ¿Por qué? Porque nuestra profesión consiste en cómo construir y el proyecto es nuestro leitmotiv. No queremos modificar algo de otro, sino hacerlo realidad. Y, para ello, debemos conocer la técnica y el mundo de la arquitectura para entenderla y plasmarla", reivindicó Segura.
No obstante, admitió que su figura "siempre ha tenido un papel secundario en el mundo de la construcción", pero cuando está detrás una corporación como La Caixa, en su caso para el Caixaforum, se demuestra "que es una profesión en España no solo necesaria, sino imprescindible en Europa", subrayó. Así, detalló que el Caixaforum es una obra "de gran magnitud, densidad y complejidad" que pone de manifiesto "la capacidad del arquitecto técnico de ser resolutivo y trabajar varios campos".
En materia de eficiencia energética, Luis Felipe Rodríguez, arquitecto técnico ganador en la categoría de Edificación Sostenible y/o Eficiencia Energética por sus seis viviendas unifamiliares pareadas en El Vedat (Torrent), puso el énfasis en cómo son "agentes centrales en el proceso de edificación". En su caso, expuso que se dedican más a la gestión de equipos multidisciplinares con perfiles y entornos muy variables, por esa transversalidad del arquitecto técnico.
"Actuamos como correa de transmisión entre la fase de diseño, porque no todo vale en todos los sitios, y la cadena de producción para que la obra se ejecute correctamente", apuntó. De este modo, trabajan con soluciones novedosas como los prefabricados y, en ese marco, muchas veces deben hacer apoyo a los técnicos, proveedores e industriales para ir hacia la sostenibilidad y eficiencia de los procesos.
El campo de la rehabilitación es otro en el que la figura del arquitecto técnico tiene mucho que decir. Bien lo sabe Luis Cortés, arquitecto técnico ganador del premio en la categoría de Rehabilitación Edificatoria por la reconstrucción de la cúpula de la iglesia de Sales de Sueca. En su caso, su misión consiste en recuperar el patrimonio y hacerlo combinando materiales nuevos con otros tradicionales, dándole "una nueva vida" a los edificios. "Tenemos un gran patrimonio histórico que debemos poner en valor sin perder sus calidades", señaló.
Su proyecto consistió en una intervención basada en criterios de sostenibilidad y eficiencia energética, pero teniendo en cuenta la estructura histórica y su legado. Para ello, lo primero de todo fue acometer una investigación sobre los daños y problemas que había que solucionar en la cúpula. "Eres como un médico que resuelve unas patologías", sostuvo. "Aportamos innovación usando láminas actuales con elementos tradicionales. Son materiales contemporáneos y eso aporta valor al edificio. Pero, además, en este tipo de intervenciones, en las que hay detrás relevancia patrimonial, intentamos hacer formación y aunamos universidad-formación con la vida real y el patrimonio", afirmó Cortés.
La innovación es otro reto de la construcción y cada vez son más las empresas que se lanzan al desarrollo de nuevas soluciones. Este es el caso de SPANS Building Tech, fabricante del producto ganador en la categoría de Innovación aplicada a la edificación. En este sentido, el gerente de la compañía, Gleb Y. Blanco, remarcó la importancia de la innovación como fuente de transformación del perfil del arquitecto técnico porque fórmulas como la industrialización obligan a adaptarse a la nueva realidad. También, a la gestión porque se debe trabajar "codo con codo en la planificación de la obra de la mano del fabricante y casar la construcción con los procesos". "Y en esa labor las capacidades del arquitecto técnico son claves", destacó.
Pero, además, Gleb Y. Blanco también puso el acento en la formación y en la necesidad de adaptar las nuevas técnicas y los nuevos formatos de trabajo. "Es muy importante conocer el mundo de la arquitectura, pero no solo eso, sino ser también aliados de los fabricantes, que son los que llevan los proyectos", incidió.
Y es que precisamente la actualización en los planes de estudio para generar nuevos perfiles profesionales es uno de los principales retos del sector. A este respecto, Luis Cortés señaló que el arquitecto técnico tiene que "ser perfecto un perfecto conocedor de los nuevos procesos y materiales", por lo que abogó por rediseñar la formación para adecuarla a la realidad y a las nuevas competencias, con el foco puesto en la sostenibilidad y eficiencia. "Cuando trabajamos con recién titulados o estudiantes encontramos que son tecnológicamente superiores, pero les falta práctica", apuntó Luis Felipe Rodríguez.
En cambio, para Gleb Y. Blanco este es un problema que hay que aceptar porque solo de este modo se buscará "la mejor forma de ser más eficientes y aprovechar los avances tecnológicos como la Inteligencia Artificial (IA). "No vamos a atraer a la gente porque Tik Tok es más atractivo que un encofrado", ironizó para incidir en aprovechar loa avances actuales para conseguir mayores efectos en el sector.
En cualquier caso, Federico Esteve destacó que en el COAT de Valencia este 2023 han celebrado jornadas y cursos de formación en los que han participado 1.500 colegiados precisamente para cubrir esos déficits y atender la falta de mano de obra especializada. "Queremos ante todo poner en valor la capacidad que tenemos para generar atractivo a las nuevas generaciones y asegurar el futuro en la profesión.En demasiadas ocasiones vemos mano de obra poco cualificada pero entre las escuelas y los colegios debemos intentar corregirlo", destacó.
También, inició en la lucha diaria que deben afrontar con los retrasos administrativos en la concesión de las licencias de obra y como desde el colegio quieren ser colaboradores directos con la Administración para desatascar el embudo.
Además, los asistentes quisieron dejar claro su función en materia de rehabilitación, ante un parque inmobiliario envejecido en la mayoría de ciudades españolas, y para hacer frente al reto de la sostenibilidad con procesos vinculados a la circularidad y la eficiencia energética. Y, para ello, como señaló Luis Cortés, es necesario una constate renovación de conocimientos en materia regulatoria, directrices, nuevos parámetros y código técnico, en constante cambio.
También, se apeló a la necesidad de ir más allá del corto plazo en proyectos que aúnen nuevas técnicas y que, a priori, requieren de un mayor coste, pero que en el largo plazo genera retornos y ahorros. "En nuestro caso no se construye una casa de tres habitaciones ni una estructura de hormigón. Estás haciendo un espacio en el que se va a convivir por muchos años, hay un confort, una gestión de recursos, ahorros de consumo de energía y máximas calidad. El ahorro es a largo plazo y ese es su valor añadido", defendió Luis Felipe Rodríguez.
Sobre esta cuestión, Gleb Y. Blanco también quiso destacar que se transfiere una nueva filosofía a la obra porque se utilizan métodos industriales, facilitando el proceso y minimizando problemas. "También aportamos una mayor calidad a la edificación con controles muy superiores a los de una obra tradicional. Quizás la industrialización sea ahora más cara, pero hablando en el medio-largo plazo su mantenimiento es más rentable y el coste es inferior a la solución tradicional. Además, se reduce la siniestralidad y se generan entornos con mayor seguridad laboral", enfatizó.
De esta forma, la industrialización y uso de prefabricados se antojan como el futuro de la construcción, aunque en casos como la rehabilitación la parte tradicional siempre estará presente y habrá una combinación de ambas modalidades. Además, por ahora, señalaron que es una alternativa que poco a poco va despegando pero que se enfrenta a ciertas dificultades como el acceso a la financiación bancaria, lo que obliga a los promotores a asumir el riesgo. "No es la técnica la que va despacio, sino las leyes y la cuestión financiera que frenan el desarrollo de nuevas innovaciones. Los profesionales sí que están preparados para correr más", manifestó el presidente del colegio.
Con todo, los profesionales pusieron en valor su profesión. "Somos solucionadores de problemas", reivindicó Terol. Y, para que se valore, se puso encima de la mesa la posibilidad de expedir un estudio de análisis y proyecto en el que el profesional plasme en un documento lo que puede hacer en una obra para mejorarla y que su trabajo tenga un valor.
"Durante el proceso se sufre porque hay que estar en contacto con el arquitecto y el constructor, atender sus exigencias y darles una solución, pero luego tienes la satisfacción de ver tu obra que perdurará por muchos años", remarcó Salvador Segura. Por ello, a modo de conclusión, el presidente del COAT Valencia incidió en que se va a seguir por el camino actual, reforzando la profesión y reivindicándola y que los profesionales vean en el colegio "una herramienta para el desarrollo de su trabajo", concluyó.