VALÈNCIA. Casi cuatro décadas hace desde que lo que hoy es el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) comenzó a tomar forma en el extremo de Guillem de Castro, unas primeras piedras que, sobre la València de pasado, dieron forma a la València del presente y el futuro. El imponente edificio es hoy uno de los centros clave de la vida artística de la ciudad, pero sus tentáculos van mucho más allá. Después del cubo blanco, una plaza, un bosque, un parque. Lejos del goteo constante de visitantes en su sede principal, distintos vecinos y vecinas han mirado con curiosidad qué es eso que hace un puñado de artistas a pocos metros de sus casas. Con el objetivo de superar la centralidad del museo, fue en otoño de 2021 cuando el IVAM diseñó el programa de intervenciones artísticas en el medio rural Confluències, a través del que distintos artistas han llevado a cabo proyectos culturales en poblaciones de menos de cien habitantes.
Con el marco de acción creado llegó el momento de emparejar pueblos y artistas, un listado de participantes en busca de su ‘crush’ cultural que sumó localidades como Torralba del Pinar, Herbers o Benimassot y artistas como Sandra Mar, Bleda y Rosa, LUCE o La Cuarta Piel, entre otros. Desplazar a estas localidades el trabajo de esta selección de artistas contemporáneos y deslocalizar la propia acción del IVAM fue, con todo, una primera fase del proyecto y no tanto un final de trayecto. Ahora toca hacer el viaje de vuelta. Así, el museo inaugurará la próxima semana la exposición Entre el archivo y la intervención, un proyecto comisariado por Eva Bravo y Sonia Martínez que busca dar cuenta de los procesos acontecidos en el programa Confluències, así como , a partir de ellas, plantear nuevas creaciones pensadas para el museo.
“En cierto sentido, desplazar estas localidades y las prácticas allí realizadas hasta el cubo blanco, podría leerse como un fin de trayecto. Sin embargo, la voluntad que opera en esta traslación es la contraria, busca un efecto bumerán y, a la vez, actúa de amplificador de ciertos retos, tanto ecosociales como culturales y relacionales que nos afectan en la vida en común”, explican desde el museo. Esta exposición en el IVAM cierra este doble desplazamiento que va del museo y la ciudad hacia el resto del territorio y de este al museo, un proyecto que propone una reflexión mayor en la que los muros del museo, tanto físicos como intelectuales, sirven para repensar la propia naturaleza de la institución cultural.
Entre los artistas participantes se encuentran Bleda y Rosa, pareja artística formada por María Bleda y José María Rosa, que presentarán las piezas Portería y Res communis IV, obras que suponen el registro fotográfico y escultórico de la intervención artística que llevaron a cabo en Pavías y Torralba del Pinar. La acción consistente en la instalación de dos porterías situadas en terreno forestal y orientadas una hacia la otra, una intervención efímera en el paisaje cuya finalidad es conectar simbólicamente estas dos pequeñas poblaciones colindantes, generando una reflexión en torno al paisaje, lo común y lo compartido.
También forma parte del recorrido LUCE. Con el artista el museo abrió un puente de conexión con la práctica urbana, una relación que se afianzó con Estudio Abierto, a través del que convirtió una de sus salas en un taller efímero. El artista continúa conquistando espacios del museo desde su peculiar perspectiva, una mirada que ahora se traduce en Brújula de Actos, una pieza está compuesta por diez imágenes que corresponden a diez lugares intervenidos en el IVAM, pasando por la azotea del edificio o las salas de máquinas.
Estas imágenes vienen acompañadas por un texto escrito que corresponde a una acción o idea que el artista ha llevado a cabo en la ciudad de València en los últimos años así como una máquina que encontró buscando y descubriendo los lugares más recónditos del museo. Esta máquina, que funcionó como filtro de vapores tóxicos, se encontraba en desuso en la actualidad, y ahora entra en la sala de exposición generando un diálogo que no solo conecta el dentro y el fuera del museo sino que, también, reflexiona sobre la posición como obra artística de aquellos objetos que habitan el IVAM.
Otra de las propuestas que juega con los límites del museo es la que plantea Fent Estudi, una cooperativa valenciana fundada por Eva Raga, Isabel González y Fran Azorín en 2016, que parten de un elemento como son las postales para expandir los límites de la localidad de Herbers. Bajo el lema Corresponem-nos, cada postal fue escrita por una vecina o vecino del municipio, unos envíos que han derivado en la creación de un mapa de desplazamientos, un mapa que crece en Entre el archivo y la intervención, donde el estudio instalará un buzón que amplíe el proceso de correspondencia sumando a los visitantes de la exposición.