La vida es eso que ocurre mientras los políticos se reúnen para decir que van a traer paz mundial, desarrollo económico y bienestar. Entiendo lo necesario de los símbolos y las imágenes pero esta semana se han ido produciendo situaciones que me devuelven a la idea de que existen dos mundos, el matrix de los políticos-periodistas por un lado y la vida real por otro.
Afortunadamente no todo es así y también estos días me agrada ver como una concejala del ayuntamiento de Elche se ha arremangado y se ha puesto a solucionar un problema que da pocos titulares y fotos, pero que constituye la base de eso que llamamos bienestar social.
Hay lista de espera de más de un año para iniciar los primeros trámites de solicitud de la ayuda de la Ley de Dependencia, (que la propia ley marcó que deben quedar resueltos en seis meses), y otro año para la solicitud de la Renta de Inclusión Valenciana. Es decir, si usted es dependiente y necesita ayuda para su día a día debe esperar un año para comenzar los trámites, que no son sencillos, para ver si le dan la ayuda o no. Y lo mismo si necesita un mínimo ingreso para vivir. No es un año para que se lo den, un año para ver si se lo dan.
No sé si va a funcionar el plan de choque para agilizar la burocracia de Celia Lastra pero me fio mucho de ella porque conoce muy bien el perjuicio para las familias de estar en esa lista o de ni estar. Es lo bueno que tiene haber vivido fuera de matrix y conocer la vida real.
Por otro lado, me llevo el disgusto de que mientras en Madrid había una polémica llenando portadas de toda España (ya saben Madrid es el ombligo del mundo para según qué), a cuentas de una mascletà, tres mujeres han muerto y hay varios heridos en una residencia de ancianos que sufrió un incendio y donde entre otras irregularidades, el edificio tenía las salidas de emergencia bloqueadas. Me recuerda a la discoteca de Murcia sin licencia pero abierta y tantas otras deficiencias que no se inspeccionan o controlan por parte de las administraciones con el suficiente rigor para al menos evitar lo evitable.
Pero no. Estamos más a mascletaes y a “descubrir” la venta de droga en el barrio de Carrús. Y una vez que nos enteramos que en algunos puntos en Carrús hay venta de drogas, (no miremos en otro no sea que encontremos alguno más), vamos a reunirnos con los vecinos a decirles que lo vamos a solucionar y a reunirnos con la policía a decirles que lo solucionen. La vida es eso que pasa mientras se reúnen, ¿no les decía? Y lo que ya termina de enredarlo todo es reunirse por un lado unos y por otro otros para lo mismo.
Afortunadamente los vecinos y vecinas de Carrús tienen problemas más importantes en sus vidas que estar mirando las fotos y leyendo las fantásticas declaraciones, pero como antigua vecina del barrio, no puedo evitar reírme de estas cosas. O llorar, porque entre Carrús el barrio más pobre de España y Carrús barrio de droga, ya les vale.
Ni el alcalde convocando “a pillar” ni el subdelegado, “pues ahora voy yo con el mío” han dado ejemplo de querer solucionar problemas. ¡Qué pena no poder contar en público lo que de verdad piensan los vecinos y la policía de todo esto! No lo pueden contar ellos pero me imagino a Montore y Zaragoza en esas reuniones pensando el tiempo que les hacen perder, (con la faena que tením). Y en el policía de calle contando en un bar que los detienen y los sueltan en dos días, etc. etc.
Matrix ya les digo. Allí estuve yo ayer una hora en la firma del convenio entre el ayuntamiento y la Diputación para construir el palacio de Congresos.