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EN PRIMERA PERSONA / OPINIÓN

Democracia en venta

19/04/2022 - 

Quizás es que están donde siempre quisieron estar, que se han liberado de complejos y ya no necesitan fingir. Quizás es que la Constitución les viene resultando incómoda desde hace más de 40 años.

O quizás lo que le pasa al PP de Feijóo es que ha encontrado en Vox su nuevo socio preferente, el camino de vuelta hacia aquello que no quieren renunciar a ser. Quizás es solo que siguen prefiriendo vender derechos por votos, y nuestra democracia por una presidencia autonómica.

Puede que por muchos años que pasen esta derecha nostálgica que ahora ‘lidera’ Feijóo no sea capaz de convertirse en una derecha europeísta y moderna, que defiende la democracia y aplica cordones sanitarios a la extrema derecha.

Ni complejos, ni valores, ni respeto constitucional. El PP de Feijòo ha borrado las líneas rojas de nuestra democracia para extender a Vox la alfombra roja del gobierno de Castilla y León.

Y debemos decir basta. Basta de plegarse a quienes quieren dinamitar nuestra convivencia, debilitar nuestra democracia, y dinamitar las instituciones. Basta de un PP sumiso con quienes niegan la violencia machista, el cambio climático, los derechos de los trabajadores y nuestras libertades esenciales. Basta ya de un PP sometido al dictado de los ultras para mantenerse en el poder, de pactos de la vergüenza que mercadean con nuestra democracia.

Foto: Photogenic/Claudia Alba/EP

Porque eso es lo que ha perpetrado Feijòo en Castilla y León. Un pacto de la vergüenza que ha causado estupor en el PP europeo. Mientras en Francia se aplica un cordón sanitario a Le Pen, en España el PP defiende un gobierno ‘sin complejos’ con Vox en Castilla y León. Un gobierno autonómico del PP con quienes quieren eliminar las autonomías, con quienes suponen un peligro para las mujeres, un gobierno del PP con quienes no quiere gobernar sino amasar poder.

Castilla y León es, lamentablemente, un espejo en el que se miran ya muchos ‘barones’ del PP. Supone una alerta democrática para quienes trabajamos cada día por una sociedad igualitaria, donde podamos convivir desde la diferencia y seguir avanzando sin dejar a nadie atrás. Una alerta que las socialistas y los socialistas valencianos hemos frenado en Rocafort al expulsar a la extrema derecha del gobierno local. Se lo debíamos a la ciudadanía de Rocafort, y ahora tenemos la obligación de lograr que en 2023 la ultraderecha no forme ningún gobierno.

Nos costó mucho reconstruir la democracia, restituir derechos y libertades tras la dictadura franquista. Nos costó demasiadas vidas y sacrificios esa dictadura como para sentar hoy en las instituciones a quienes no la condenan. Y esa ha sido la primera decisión del ‘moderado’ Alberto Nuñez Feijòo: someter a su partido a la extrema derecha.

Que el PP haya decidido gobernar con Vox  es una mala decisión para su partido, para la democracia y para el conjunto de la ciudadanía. Pero el PP ha decidido compartir las decisiones que marcarán la vida de la ciudadanía de Castilla y León, con un partido que quiere imponer el pensamiento único, dañar la convivencia democrática, y hacer del machismo su gran reivindicación ideológica.

Ese es el nuevo PP, un partido sometido a la ultraderecha con un líder que no da la cara. Hace poco más de un año decía Feijóo antes de las elecciones gallegas que no pactaría con Vox. Hoy le regala la vicepresidencia y tres consejerías en Castilla y León. Hace menos de un año Galicia reconocía la violencia vicaria como violencia machista. Hace unos días, el mismo Feijóo asumía ya los postulados de Vox al defender que la violencia vicaria no es violencia de género sino violencia intrafamiliar.

No me gusta lo que veo en el PP de Feijóo porque si algo ha demostrado en los pocos días que lleva al frente del PP es que su palabra no vale nada, que su aportación política es decir una cosa y hacer la contraria. Un modelo que daña nuestra democracia y que debemos dejar atrás. El PSOE dice lo que hace, y hace lo que dice. Dijimos que nadie se quedaría atrás en esta crisis y estamos cumpliendo. Otros, mientras, andan más ocupados en vender a pedazos nuestra democracia.

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