VALÈNCIA. "Ni el guionista más creativo de Hollywood hubiera diseñado una campaña como la que estamos viviendo, que es un película de suspense y terror", aseguró hace un año el director general de Anecoop, Joan Mir. Sin embargo, a la vista de que el contexto económico mundial no mejora, la inflación sigue disparada y este último ejercicio fue para el sector muy adverso, lamentó que la situación ha pasado de algo puntual a "convertirse en una serie". Tanto es así, que la pasada campaña 2021-2022, pese a mantener ventas y facturación, fue la "más dura y compleja" que ha tenido que afrontar la cooperativa valenciana.
"Hemos cerrado de las campañas más difíciles de la historia de Anecoop", admitió Mir en la rueda de prensa de presentación de los resultados de la cooperativa, acompañado por el presidente del grupo, Alejandro Monzón. Un contexto marcado por una "tormenta perfecta" en la que se sumaron las incidencias climatológicas -periodos prolongados de precipitaciones, la calima o heladas en el Valle del Ebro-, con plagas, problemas logísticos, y la invasión de Ucrania que, según expuso Mir, "ha sido un factor con un efecto multiplicador negativo" sobre todo lo anterior.
Unas circunstancias que generaron que la producción se redujera y que los costes se hayan disparado. El golpe más duro fue la invasión de Ucrania que provocó el cierre de su filial rusa, en donde su negocio de vinos iba al alza; la desaparición de su mercado bielorruso; y un incremento de la morosidad de los clientes afectados por el conflicto, que generaron una deuda de 3,6 millones. No obstante, tras el cierre de su auditoria se ha ido cobrando y hasta febrero únicamente quedaban pendientes de cobro 98.600 euros.
"Estas dificultades han hecho que tengamos una campaña compleja, dura exigente, muy difícil de gestionar e impredecible", admitió el director general de la cooperativa. No obstante el grupo y sus empresas asociadas consiguieron mantener sus resultados y alcanzar el millón de toneladas comercializadas y una facturación consolidada de 998 millones de euros, lo que supuso un crecimiento del 0,4%. Eso sí, su beneficio se resintió con un descenso del 54% al pasar de los 5 millones de euros a los 2,3 millones debido a la falta de producto y a la subida de costes.
Por lo que respecta a las cifras individuales de la enseña, estas se situaron en unos ingresos de 823,6 millones de euros, un 4,2 más, y un volumen de 759.882 toneladas comercializadas, un 10% menos. Un descenso consecuencia de la menor producción en muchos momentos, principalmente por las incidencias climáticas. Pero también, por el menor poder adquisitivo del consumidor que ahora mismo está priorizando precios.
Y todo ello con un aumento de los costes de producción y confección que han azuzado duramente a toda la cadena de valor. En este sentido, Monzón puntualizó que las vicisitudes del ejercicio han provocado resultados desiguales para los distintos productos. "Los altos precios pagados por el consumidor no se corresponden, en general, con lo que percibe la producción. El encarecimiento de los costes dentro de la cadena de valor impide que al agricultor le llegue un pago justo por el trabajo que realiza", remarcó.
Pero, pese a ello, el director general de Anecoop señaló que se ha intentado "no perder la calma" ni olvidar sus objetivos que pasan por "obtener la máxima rentabilidad y sostenibilidad para los socios, con precios justos y dignos, y construir una red de cooperación y beneficio mutuo con los clientes". De hecho, aseguró que se ha pagado a los socios hasta un 13% más, lo que les ha permitido paliar el importante incremento de los costes de producción, de hasta un 30% más que en los últimos ejercicios, y el impacto de las incidencias climáticas de este año, que ha supuesto en muchos casos una notable merma de la cosecha.
Una menor oferta mientras la demanda iba al alza lo que, según detallaron, es culpable de la subida de precios de la cesta de la compra. "Vivimos una situación anómala que nunca antes habíamos vivido. Estamos ante un proceso inflacionario brutal, en el que aparece la guerra y eso se acelera y escasean ciertas materias auxiliares. Además, entra en juego la ley de la oferta y la demanda con gente haciendo acopio mientras algunos países productores deciden dejar de producir, lo que genera más presión y una oferta más reducida frente a una demanda brutal. Ha sido una tormenta perfecta", detalló Mir.
No obstante, afirmó que si no hay ninguna alteración en el mercado, los precios se recuperarán y los precios se irán ajustando, un escenario que consideró que se producirá este mes de marzo. "En el momento que entren las producciones en cantidad normales, los productos bajarán y esto será en cuestión de semanas. Creo que en marzo debe de bajar un poco la inflación de los alimentos", manifestó para descartar que vaya a haber desabastecimiento en Europa, aunque sí apuntó que pueden existir momentos de escasez puntuales en países como Reino Unido.
En cuanto a las medidas para paliar la subida de precios que se están poniendo encima de la mesa como el bono consumo de la Generalitat Valenciana, Mir cree que será "difícil" topar los valores, aunque se mostró prudente sobre la posibilidad de establecer una cesta de la compra como en Francia. "Quien lo necesite habrá que ayudarlo, una sociedad no se puede desarrollar manteniendo desigualdades", señaló para remarcar, eso sí, que lo que no se puede es "poner trabas y sistemas" para evitar "perder eficiencia ni competitividad".
Y más teniendo en cuenta que existen algunos productos que esta campaña han tenido que sortear varios retos. Así, para los vinos el ejercicio ha sido especialmente complejo por la espiral inflacionista, al tratarse de un sector con un consumo intensivo de gas y electricidad. Además, la invasión de Ucrania ha tenido efectos "devastadores", ya que la pérdida en embotellado y granel ha sido de un 17% y 10%, respectivamente. Pese a ello, se comercializaron 24,6 millones de litros frente a los 29,2 millones del ejercicio anterior.
En cítricos se registró un aumento del 10% en volumen que fue acompañado de una subida del 12,6% en facturación, por el empuje de las mandarinas y el limón. En cambio, las frutas mantuvieron la pasada campaña la facturación en 260 millones de euros, pero descendió un 24,5% el volumen comercializado hasta las 231.060 toneladas. Por su parte, las hortalizas volvieron a crecer superando los 243 millones de euros por el incremento del 5,20% de la facturación. Sin embargo, bajó el volumen comercializado por la finalización de la colaboración con Agrícola Villena, adquirida por el fondo ProA Capital.
Por otro lado, los productos de cuarta y quinta gama sufrieron un descenso tanto a nivel de comercialización como en facturación, un hecho que ha llevado a la cooperativa a adaptar su oferta a las necesidades del consumidor a través de la innovación. El producto ecológico siguió creciendo, mientras que los 'Bio' se ha resentido, ya que ahora el cliente busca productos más baratos ante la caída de su poder adquisitivo.
Con todo, los responsables de Anecoop hicieron un llamamiento al sector en general y a las instituciones, en particular, para apoyar la promoción del consumo con "potentes campañas de publicidad" para que la agricultura "vuelva a ocupar el sitio que le corresponde". "La agricultura española tiene que hacer frente al cambio climático, el problema del agua y la falta de mano de obra con los que nos jugamos ser el sector más potente de Europa. Tenemos la obligación de seguir con la guardia alta, trabajando para ser cada vez más competitivos y conseguir una rentabilidad mayor", defendieron.