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investigación de la upv, ivia, csic y una universidad inglesa

Determinan el gen que inhibe la floración en los cítricos y abren la vía a regular las cosechas

30/09/2019 - 

VALÈNCIA (EFE). Investigadores valencianos y británicos han determinado el mecanismo epigenético a través del cual el fruto inhibe la floración en los cítricos, lo que abre una nueva vía para acabar con la alternancia de cosechas que provocan pérdidas millonarias.

El trabajo, publicado en la revista New Phytologist, ha sido desarrollado por investigadores de la Universitat Politècnica de València y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en colaboración con el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) y la Durham University (Reino Unido).

Según ha informado la UPV en un comunicado, este descubrimiento es esencial para conocer la alternancia de cosechas, un fenómeno que afecta a un gran número de las variedades de cítricos más cotizadas y que representa globalmente en el mundo unas pérdidas anuales del orden de 20 mil millones de euros.

El hallazgo de los investigadores valencianos y británicos abre además una vía para solucionar este problema y poner freno a las pérdidas que genera al sector. "Gracias a este estudio, disponemos de nuevos datos que nos ayudan a conocer qué ocurre en los naranjos por la presencia del fruto, qué es lo que incide en esa producción alternante, y cómo florecen estas plantas" y "abre una puerta a solucionar la alternancia de cosechas en los frutales", explican los investigadores Manuel Agustí (de la UPV) y Miguel Blázquez (del CSIC).

Por la presencia de fruta

El trabajo ha comprobado que la presencia del fruto es la que impide que la hoja pueda responder a las señales ambientales que inducen a la floración y han hallado el gen responsable de esta inhibición (el CcMADS19) y cómo se regula. "Este gen es el represor del gen inductor de la floración CiFT2. Con las bajas temperaturas se inactiva y deja que el inductor actúe, pero el fruto borra la señal del frío y mantiene al gen activo, inhibiendo entonces la expresión del gen CiFT2. Así se explica el efecto inhibidor del fruto y, por tanto, la alternancia de cosechas", explica Agustí.

Los investigadores inciden en que lo más relevante del estudio es el descubrimiento del papel del fruto en el proceso de la floración, ya que han comprobado que "la presencia del fruto provoca cambios epigenéticos directamente relacionados con la función del represor floral CcMADS19, lo que impide la activación del promotor floral".

"Al saber cuál es el gen responsable de ese frenazo en el desarrollo de la planta, podemos actuar sobre él, impulsando nuevas prácticas que puedan atenuar el problema", señala Blázquez.

Actualmente en todo el mundo se producen 130 millones de toneladas de cítricos, de los que España genera cerca de 8 millones, informan desde la UPV.

"Muchas de las variedades comercializadas más apreciadas, como por ejemplo la Nadorcott, Tango, Leanri, Orri, por poner unos casos, se ven afectadas por la alternancia" y el estudio abre una vía de gran importancia para el sector, ya que "podría atenuar mucho las pérdidas que se derivan de este grave problema citrícola", añade Agustí.

Aumento de la cosecha del 30%

Los investigadores proponen además algunas soluciones, como que, el año que florece la planta se lleve a cabo una poda que corte por la mitad los brotes que tienen flor.

"En grandes explotaciones hemos conseguido, mediante poda mecánica, aumentar la cosecha media en un 30% a lo largo de un ciclo de 6 años de alternancia", explica el investigador.

El objetivo, señala Agustí, es "adaptar ahora esta técnica al minifundio, para lo que ya estamos trabajando".

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