Disculpen las molestias, nos están asesinando

Disculpen las molestias, nos están asesinando. Este grito de guerra recorrió ayer las redes y los grupos sociales de todo el país. En 24 horas han sido asesinadas seis personas por la violencia machista. Nunca antes la violencia de género había cometido 6 asesinatos en un día, cuatro mujeres, una era la madre de una de ellas y dos menores hijos de una de estas mujeres. Es indignante, repulsivo. Y, lo más grave, negar la realidad de este terrorismo machista, de esta lacra contribuye a invisibilizar a los asesinos, empoderando el machismo ambiental que la ultraderecha está promoviendo, bajo el silencio de la derecha de toda la vida.

Este año, en los seis meses que llevamos, han sido asesinadas una veintena de mujeres, así como hijas e hijos, en esta espiral diabólica que sentencia la existencia del terrorismo machista. Un terrorismo que parece seguir invisible para la sociedad, un terrorismo que está campando a sus anchas frente a las nuevas políticas ultras que gobiernan en comunidades autónomas, ayuntamientos y diputaciones del Estado.

Sufrimos tiempos difíciles y fascistas, aunque la derecha oficial se llene la boca, sumándose a ideales que no cumplen. Gobernar junto a la ultraderecha desemboca en imposibles declaraciones y resoluciones. Cuando VOX se niega a reconocer la violencia de género, cuando se niega a guardar minutos de silencio, está promoviendo el poder del maltratador, de los asesinos. Si la derecha oficial no hace nada al respecto, la complicidad es evidente.

La lucha por la igualdad y contra la violencia de género ha superado infinitos obstáculos, interminables murallas. Gracias al gobierno del presidente Zapatero se aprobó una Ley Integral contra la Violencia de Género. Esa normativa, que nos ha situado como un país pionero, precisa constantes acciones políticas y recursos económicos, además del compromiso firme de los gobiernos autonómicos.

El tiempo ha ido confirmando la urgencia de aunar estrategias institucionales para combatir esta lacra, este machismo. Porque se trata de machismo, del maltrato y muerte de las mujeres por el hecho de ser mujeres, pero los avances de la derecha y su ultraderecha se están dedicando a desdibujar esta realidad, esta macabra realidad.

Cuando en un Pleno del Ayuntamiento de Castelló, como el pasado jueves, escuchas a un concejal de VOX vomitando contra la lucha LGTBI, escupiendo sobre los derechos de las personas, de todas las personas, acogiéndose de manera indigna a la Constitución con eso de que todas las personas somos iguales y no hay porque distinguir a nadie, entiendes que el fascismo habita profundamente en el gobierno municipal. Y cuando ese mismo grupo político de la ultraderecha habla de los derechos de las mujeres, de la violencia de género, del maltrato y de la muerte, la piel se eriza profundamente, y sobre todo porque no entiendes que la derecha oficial pueda gobernar con estos fascistas.

Paseo por el Parque Ribalta a las 06.30h de ayer, domingo, tras una noche tropical y con exceso de ruido ambiental. El sábado, en estas calles lindantes a la Plaza Tetuán de Castelló, sufrimos un evento mortificante, con una duración del mediodía hasta la noche. Sin saber si era una boda o un mega encuentro de amistades, el día resultó insoportable. Ayer madrugamos. Pancho acusa el calor a lo bestia. Articula su paso y se detiene, la lengua le cuelga hasta sus patas, el agua que le ofrezco es insuficiente, así que los paseos son mínimos.

Pancho lleva días tendido en la mejor posición de la dirección del chorro del aire acondicionado. Asoma en algún momento al balcón pero se agobia con la tremenda temperatura que estamos viviendo en Castelló.

Mi vecina Carmen cocinó ayer un gazpacho para chuparse los dedos. Le añadimos taquitos de sandía. Un placer fresco para combatir el calor. Para el segundo plato aporté una sepia grande, congelada, que es más económica, cocida y, después, asada levemente a la plancha. Trozos grandes de sepia con mayonesa casera. Un manjar valenciano que mi abuela Pepica bordaba en esos vermuts del verano en la vieja casa de Gavarda.

Ayer comimos rápido, para llegar a la Plaza Mayor a las seis de la tarde a la concentración frente al Ayuntamiento contra la violencia machista que se ha cobrado la vida de seis personas, cuatro mujeres dos niños. Horroroso.

Buena semana. Buena suerte.