CASTELLÓ. Los 'monstruos' de Alejandro Ocaña no se van, se quedan más tiempo en Castelló. Post Lux Tenebras, la que ha sido la primera exposición de este joven artista de Vila-real, ha logrado captar, desde que desembarcara el pasado 22 de diciembre en la Sala San Miguel, a más de doce mil personas que se han acercado hasta este espacio artístico para ver qué había en esa muestra que prometía comida, desfase y oscuridad. Ya lo decía el creador, en una conversación con este diario, sus monstruos -figuras dentadas con miles de puntas- podían atraer a público muy variado. "Sé que igual a una persona de cinco años le puede causar gracia mi trabajo. Mientras que a una persona como a mi abuela le va a alucinar". Y así ha sido. Ante el éxito de convocatoria, la Fundación Caja Castellón ha decidido prolongar la exposición que debía haber cerrado el pasado 2 de marzo, hasta el 13 de abril.
En el centro del espacio, un enorme monstruo preside una mesa que sale desde su propia lengua de 10,55 metros de largo. Y junto a él, otros monstruos observan desde la lejanía la cantidad de pecados que se configuran dentro de la sala de la Fundació Caixa Castelló, aunque es la gula el elemento central. "Esta exposición es un viaje a través de la oscuridad. Un recorrido vital que nos abre las puertas a la contemplación de aquello que nos incomoda y que, sin embargo, nos atrae. Porque existe en la monstruosidad de las cosas una fuerza invisible que nos empuja a contemplarlas. Quizá porque los monstruos somos nosotros. Nos reconocemos en la fealdad de aquello que nos rodea y no podemos evitar recrearnos en nuestra propia morbosidad", señala el creador Rubén Rodríguez.
Pero el mes de prórroga se acompañará, además, de nuevas actividades de mediación artística. Entre ellas, el espacio espera recibir un dj set de música experimental a cargo de la artista Kanno, el próximo día 14 a las 19:30 horas. Una sesión que, en la misma línea de trabajo de Ocaña, promete gritos, melodías disonantes y sonidos inquietantes.
Parasomnia es la sonorización de un terror nocturno, un dj set de electrónica experimental con el que se viaja por un "dulce" descanso que más tarde es profundamente perturbado. Se entrelazan sonidos propios de películas de terror, del dark ambient, el industrial y el hardcore techno. Distorsiones, texturas inquietantes, ritmos frenéticos, gritos, melodías disonantes… Una experiencia agresivamente oscura que propone habitar el terror, la sudoración y la taquicardia para habitar, abrazar y bailar con nuestros propios monstruos.
Kanno (Laia Caballero Cano, 1999) es una artista transmedia de Barcelona, especializada en tecnología, audiovisuales y sonido. Es graduada en Bellas Artes por la Universitat de Barcelona y actualmente cursa un máster en Artes Visuales y Multimedia por la Universitat Politècnica de València. Su investigación y producción comparte influencias del 'Hacktivismo', el 'Net.Art' y el 'Post-Internet', abordando planteamientos creativos, críticos y contemplativos sobre la tecnología, la ciberseguridad y la cultura de Internet. Mediante la instalación, el sonido, la creación digital y la programación, presenta metodologías, así como discursos alternativos sobre los fenómenos sociales online, el hacking y la disidencia.
Aunque suelan habitar la esfera digital, sus producciones han sido expuestas en festivales y exposiciones como ArtNou, dedicado al arte emergente de la capital catalana, y SenseTítol, una exposición organizada por la Universidad de Barcelona en la que presentan una selección de los mejores trabajos de investigación y producción de la promoción. Además de participar en exposiciones, también se ha involucrado en equipos de producción para eventos como LlumBCN y Sónar Tribute de Haus of Color (HOC), en los que además ha sido invitada a realizar un DJ set para los mismos. Su trabajo fue presentado en el programa de radio Rastros de Carmín de Pilar Talavera, en El Prat Radio, quien junto a Víctor Ramírez en la sección Noise/Punk/Abstracción, presentan a la artista y uno de sus trabajos sonoros, Not Anymore, en el que se elabora un discurso paralelo entre la muerte y la desconexión digital.
A partir de aquí, la artista está preparada ahora para enfrentarse a los monstruos de la gula.