CASTELLÓ. Presión en la parte inferior de la pelvis, dolor o escozor al orinar, aumento del número de micciones, así como dolor al mantener relaciones sexuales, son algunos de los síntomas que manifiesta la cistitis. Una infección del tracto urinario (ITU) muy frecuente en las mujeres entre los 15 y los 30 años, según detalla la Asociación Española de Urología (AEU), que tiene su origen en la alteración de la flora y sus mecanismos de defensa a causa de las bacterias que se introducen en la uretra colonizando la vejiga y generando una infección.
Esta patología, provocada en un 80% por la bacteria Escherichia coli, aumenta considerablemente durante los meses de verano y afecta especialmente a las mujeres quienes sufren diez veces más cistitis que los hombres. Tal como explica la doctora Sandra Ortega, ginecóloga de Vithas Castellón, “existen varios factores típicos de la época estival que favorecen este tipo de infección y que aumenta en un 20% la probabilidad de cistitis en las mujeres como son el calor y sudoración, lo que hace que sea el caldo de cultivo perfecto para que proliferen las bacterias; el contacto directo con el agua fría de playas y piscinas y también la humedad permanente que se queda en la zona vaginal con la ropa de baño mojada”.
Sin embargo, existen otras causas atemporales como el estreñimiento o las relaciones sexuales que pueden favorecerla. Por ello, la especialista subraya “la importancia de no automedicarse y acudir al médico ante los primeros síntomas para someterse a un análisis de orina y averiguar si la Escherichia coli es el germen responsable o no, y por lo tanto a qué antibióticos es sensible la bacteria que la provoca, de esta manera también evitaremos las cistitis de repetición”.
Para prevenir la cistitis es clave según la profesional, “beber mucha agua para mantener limpio y en perfecto estado todo el tracto urinario, no permanecer largos periodos de tiempo con el bañador mojado y regular la temperatura del aire acondicionado para que no sea excesivamente frío. Además, es fundamental no retener la orina y mantener una higiene adecuada de la zona vaginal con el uso de jabones neutros con el fin de mantener el pH de la zona vaginal”.
Respecto a la alimentación, el tratamiento preventivo con arándano rojo americano, además de estar exento de efectos secundarios, contiene una sustancia llamada proantocianidina (PAC), que tiene una acción bactericida específica sobre la Eschirichia coli en el intestino, evitando que ésta llegue hasta la vejiga. “También los espárragos, peras o apio por su potente acción diurética son alimentos idóneos para la prevención”, comenta la especialista
La doctora Ortega hace especial hincapié en las relaciones sexuales “es muy importante antes de cada relación sexual que la pareja se lave bien la zona perianal y sobre todo orinar después de cada relación sexual, con el fin de eliminar posibles bacterias que hayan podido pasar a la uretra. En el caso de usar lubricantes o espermicidas siempre adquirir productos de farmacia lo más naturales posibles”.
Según detalla la Asociación Española de Urología (AEU), el riesgo de cistitis en mujeres menopaúsicas se incrementa por cuatro si la mujer ha tenido ITU antes. Existen características propias de esta etapa que facilitan el desarrollo de esta patología. Tal como explica la especialista, “durante el climaterio las paredes del tracto urinario en la mujer se vuelven más débiles lo que facilita la adhesión de las bacterias como la Escherichia coli y a la vez el déficit de estrógenos produce que el pH de la vagina se altere y esta quede más vulnerable ante la colonización de patógenos” y resalta la importancia del fortalecimiento del suelo pélvico “ya que durante la menopausia su fortaleza disminuye, lo que da lugar a una pérdida del tono muscular de la vejiga que incrementa el volumen de orina posmiccional”.