CASTELLÓ. El interior de la provincia de Castellón alberga una gran riqueza de manantiales. Los sistemas de la CHJ del Palancia-Los Valles, Cenia-Maestrazgo se encuentran en estado de emergencia por la sequía. Sin embargo, esta circunstancia no está afectando a la mayor parte de acuíferos, de forma que el grueso de las empresas de agua embotellada de Castellón han escapado de la sequía e, incluso, han incrementado su producción. Solo se ha resentido el manantial de Agua de Benassal, que en este caso ha firmado una alianza con la empresa asturiana Agua de Fuensanta para cubrir su déficit.
"A primeros de verano temíamos un impacto en los pedidos por la sequía, pero no ha sido así; no solo han llegado con regularidad sino que han crecido en estos meses", destacan desde una firma suministradora de la capital de la Plana que trabaja con las principales embotelladoras de Castellón.
Agua de Cortes, Agua de Bejís, Agua de Chóvar, Orotana de Artana, Agua de Benassal o Aigua de l'Avella de Catí son plantas embotelladoras que existen en el interior de Castellón, un número importante de empresas que siguen creciendo pese al déficit de lluvia y que se presentan como una opción económica para frenar la despoblación.
Así, la escasez de precipitaciones no está impactando en la mayoría de acuíferos, lo que está permitiendo a las embotelladoras continuar con sus planes de expansión con la captación de nuevos recursos.
Agua de Cortes destaca que los parámetros de su manantial, procedente del Penyagolosa, no han sufrido ninguna variación y resalta que trabaja en un sondeo para "garantizar el desarrollo a largo plazo de la planta, y generar más empleo y dinamismo en la comarca".
De hecho, la compañía, que está participada al 69% por la empresa valenciana de Importaco y el 19% por el Ayuntamiento, ha experimentado un alza de sus ventas en los últimos años. En 2023 llegó a los 27,6 millones de euros, cinco más en que en 2022, lo que representa un crecimiento de un 22%. Y su facturación desde 2017 ha mejorado un 64%
La embotelladora es uno de los principales referentes de la provincia. Inició su actividad en 1991 de la mano del consistorio para combatir la despoblación. En 2008 entró Importaco, que la gestiona a través de su sociedad Bebidas Naturales.
Orotana, de Artana, se nutre de acuíferos del Alto Mijares y desde la misma destacan que no han registrado una merma y que en estos momentos su producción "está por encima de lo habitual". En 1995 su agua fue reconocida por un certamen de aguas mineral nacional y en 2014 asumió las riendas el Grupo Castel, que logró reflotarla tras sufrir dificultades económicas. En este sentido, en 2021 y 2022 sus ventas aumentaron un 6% y el pasado año se estabilizaron, con una facturación de 3,8 millones de euros.
Por su parte, Agua de Chóvar también quiere realizar una nueva extracción de agua para ampliar su producción hasta los 12 millones de euros. La embotelladora, que tiene a Consum entre sus principales clientes, trabaja desde hace años en la ampliación del caudal de sus acuíferos de la Serra d'Espadà.
Asimismo, tampoco se ha resentido Aguas de Bejís, que depende del Ayuntamiento. Fuentes municipales afirman que sus recursos hídricos se encuentran intactos. La planta envasadora, situada en el nacimiento de los Ploticos, es uno de los principales motores de la comarca, con una plantilla de una treintena de personas, que trabajan a turnos rotarios para permitir el empleo a los vecinos que lo deseen.
Por último, Agua de Benassal, con una producción anual de 10 millones de litros al año, ha tenido que buscar la colaboración de una empresa de Asturias para garantizar su viabilidad, ya que su manantial ha visto caer su caudal por la ausencia de lluvia y tiene necesidad por ello de suplir su déficit de agua.
En virtud a esta alianza, la asturiana Fuensanta fabricará los formatos PET de Agua de Benassal de 1.5 litros, 500 y 330 mililitros hasta que se recupere su manantial, mientras desde el municipio castellonense se desarrollarán los modelos de vidrio y sostenibles.