CASTELLÓ. El Centro Cultural Melchor Zapata de Benicàssim abre agosto con la exposición de la joven artista Elvira Carrasco y su proyecto enmarcado en el arte corporal o body art. Un nuevo lenguaje artístico de carácter efímero en el que el cuerpo se convierte en un lienzo donde aplicar, no solo pintura, sino otros elementos en una acción performativa.
La serie de autorretratos artísticos nació en 2015 con una vocación vitalicia de reflejar el paso del tiempo. En su paso por Benicàssim, se expondrán dos piezas escultóricas urbanas. Como ha explicado el concejal de Cultura, Javier Alonso, “pueden contemplarse en los jardines del Espai Cultural de la Mar Villa Ana; para así, llevar el arte a más espacios culturales del municipio”.
La muestra podrá visitarse hasta el próximo 5 de septiembre en horario de martes a domingo de 18.00 a 21.00 horas. La alcaldesa, Susana Marqués, ha añadido que “la inauguración de Elvira Carrasco llega a Benicàssim en una semana en la que la cultura late con intensidad con el Festival Lírico que se desarrolla estos días en Villa Elisa y en el Teatro Municipal". Además, continúa en marcha la exposición del artista Juan Ripollés que ya suma más de 1.900 visitas.
En cuanto a la obra de Elvira Carrasco, las piezas que el espectador puede contemplar en el Centro Cultural Melchor Zapata corresponden a su último periodo y todas ellas están firmadas entre 2019 y 2021. En ellas, igual que ocurrió con sus hermanas más jóvenes, el rostro de la artista centra la composición cubierto de pintura. Y es que el rostro es uno de los elementos más expresivos que existen, especialmente la mirada. Así mismo, en los últimos tiempos la pintora también ha incorporado otros elementos como las manos en diferentes posturas.
El body art que desarrolla Elvira Carrasco tiene mucho de ritual. “Es como una energía que te recorre el cuerpo y que sale sola. Como un éxtasis. En ese momento sé qué color debo usar y cómo. Elijo si quiero mayor o menor relieve, los surcos. Las manos se mueven solas, como si necesitase expulsar la pintura desde mi interior. Cada sesión es seguida, sin interrupciones. Es una pintura rápida, de acción, con movimientos rápidos y contundentes”, explica la autora. Será por ello que el 90% del pigmento lo aplica con sus propias manos, y el resto con pinceles o brochas para marcar detalles o efectos.
Los fondos, en un principio blancos y neutros, han dado paso a colores negros, grises y otros tonos más arriesgados como rojos, amarillos o verdes en una investigación y evolución constante. En los rostros la artista emplea una serie de colores agresivos que la caracterizan.