El cambio de Gobierno frena las medidas para regenerar los caladeros castellonenses de pesca

2/11/2018 - 

CASTELLÓN. La negociación para implantar una serie de medidas con las que tratar de regenerar los caladeros de pesca de la provincia, y los de todo el Mediterráneo español, ha quedado paralizada con el cambio de Gobierno. Esto, que es perjudicial para el sector, sobre todo a largo plazo, también ha dejado en suspenso la intención del anterior Ejecutivo de aumentar hasta 100 metros, frente a los 30 actuales o separarse al menos tres millas de la costa, el fondo mínimo en el que pescar para las barcas de arrastre, algo que afectaría gravemente a las embarcaciones provinciales, que se deberían desplazar mucho más que en otros lugares, para encontrar estos calados.

Más allá de esta polémica, la necesidad de regular los caladeros sigue siendo una urgencia para una rama de la actividad económica que vive una crisis perenne. Y, para tratar de mejorar su gestión, la Federación provincial de cofradías de pescadores acaba de acordar que las barcas de arrastre reduzcan, de forma obligada, las horas semanales que tienen para faenar en el mar. Frente a las 50 con las que habían comenzado la campaña (en octubre), se ha decidido reducir a 40 las horas de jornada para una semana. Lo han hecho en una votación en que, como siempre, las cofradías exhibieron su división en este aspecto. Finalmente, Castellón, Peñíscola y Benicarló votaron a favor de la medida. 

Con ello, desde ahora la mayoría de las naves de arrastre de la provincia optarán por trabajar diez horas durante cuatro días de la semana, con el previsible descanso para el viernes, a no ser que por inclemencias meteorológicas no puedan salir a faenar algún día. Y es que ocho horas son muy pocas para obtener una buena jornada de pesca. Con esto se busca reducir la sobreexplotación de los caladeros, pero también aumentar el precio del pescado, muy bajo desde que se inició la temporada. El presidente de la Federación provincial de cofradías, Miguel Castell, reconoce que el hecho de no salir a faenar un día, los viernes, "se notó mucho el año pasado", cuando los precios de venta del pescado fueron mejores. 

En cuanto a la regulación de los caladeros, desde la Federación están tratando de extender las 40 horas semanales de Castellón a las provincias limítrofes. Sobre todo a Tarragona, ya que alrededor de una veintena de buques de Sant Carles de la Ràpita se suelen desplazar hasta aguas provinciales para llenar sus redes. Y es que, aunque Valencia tampoco reduce sus jornadas, solo alguna nave de Sagunto se aventura hasta aguas provinciales y entra en conflicto con las barcas de Burriana. Con este objetivo, Castell se ha reunido recientemente con la la directora general de Recursos Pesqueros del Ministerio, Isabel Artime, a quien le ha trasladado la necesidad de concertar una reunión con los directores generales de la Generalitat Valenciana, Roger Llanes, y la catalana, Sergi Tudela. A la cita también acudirían las cofradías de Castellón y Tarragona. Las gestiones por parte del Ministerio ya han comenzado. 

Viejos problemas

Este es un asunto que se repite en el argumentario del sector pesquero provincial, de los más activos a la hora de la autorregulación, en sus conversaciones con la Administración. Como también el precio del gasóleo. Y es que actualmente los armadores están pagando 54 céntimos de euro por un litro de combustible... e incluso más. Esto supera las cotizaciones de hace trece años, que llevaron a los marineros a la huelga y a cerrar el puerto de Castellón, de lo que se derivaron múltiples sanciones. 

Y es que, como señala Castell, "el precio del gasóleo está muy caro... y el pescado muy barato". Como muestra, recuerda que esta misma semana, en la lonja de Peñíscola, se ha pagado 16 euros por un kilo de langostinos. 

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