CASTELLÓ. El Castellón ha cumplido el objetivo de poner fin a su mala racha de resultados, pero no ha logrado lavar la pobre imagen que viene mostrando desde hace casi un mes. El equipo de Sergi Escobar sigue aquejado de los mismos males que le privaron de la victoria en cuatro jornadas consecutivas, si bien este flojo nivel le ha alcanzado para imponerse al filial verdiblanco, que es colista destacado del grupo 2 de Primera RFEF.
El triunfo ante el conjunto andaluz no ha escondido las deficiencias que viene mostrando el Castellón en los últimos tiempos. Y es que los albinegros han reincidido en sus fallos estructurales y errores individuales, ya habituales desde el arranque de 2022. Con un centro del campo sin orden ni ideas y un ataque prácticamente inexistente durante la mayor parte del encuentro, los orelluts incomodaron poco a la peor defensa de la liga. Solo un cabezazo oportuno de David Cubillas permitió al Castellón ver puerta. Fuera de esa acción, los albinegros prácticamente no existieron en ataque, salvo en las galopadas de Koné, que entró en la segunda parte y que fue uno de los pocos focos de inquietud para la zaga local.
Además, el equipo albinegro no faltó a su habitual cita de fallar en área propia. Así, un penalti clamoroso de Campos en la segunda parte al llevarse por delante a un jugador del Betis Deportivo recordó la falta de fiabilidad albinegra en ese apartado. La suerte es que el árbitro no vio la infracción y el juego continuó.
La buena noticia es que el Castellón ha sumado tres puntos que le ayudan a avanzar en la clasificación y a acercarse a los puestos de play off de ascenso. El resultado, pese a la forma poco convincente de producirse, puede ser la medicina que restablezca la confianza del equipo, aunque urge un salto de calidad de consideración de los albinegros si quieren ser competitivos ante equipos de más entidad.