CASTELLÓ. La dirección deportiva del Castellón está apurando todas las opciones para encontrar huecos en su agenda pensando en los dos partidos aplazados por el brote de covid-19 sufrido recientemente por el equipo.
El reto es de cierta consideración, toda vez que esos encuentros, frente al Costa Brava y el Villarreal B, tienen que disputarse antes de empezar la segunda vuelta y el ecuador de la competición está muy cerca (23 de enero).
Además, el calendario se va a intensificar a partir de la próxima semana con el arranque de la Copa del Rey, lo que va a reducir la disponibilidad de fechas para disputar encuentros de Liga entre semana. Asimismo, la RFEF no permite que se jueguen partidos coincidiendo con la Supercopa de España, que se inicia el 12 de enero, por lo que queda descartada otra posible fecha.
En un principio, todo indicaba que enero sería el mes para recuperar ambos encuentros, pero el club de la Plana está estudiando la opción de jugar el partido ante el Costa Brava en diciembre. Y es que, ante la escasez de opciones y con el fin de evitar que los encuentros se disputen muy seguidos y sobrecarguen la actividad del equipo en un periodo muy reducido, el Castellón estudia el 8 de diciembre como posible fecha para jugar el primero de los encuentros aplazados.
Para ello habría que negociar un cambio de día para el partido de Liga que los albinegros tienen previsto esa misma semana, ante el Andorra. Este choque está programado para el viernes, 10 de diciembre. Si se alcanzara un acuerdo para retrasar su disputa al sábado o domingo, habría hueco para recibir al Costa Brava esa misma semana.
De lo contrario, ambos encuentros aplazados se jugarán en enero. Y es que en diciembre no hay más opciones, ya que el 15 hay Copa del Rey y el 19 se disputa la última jornada antes el parón de fin de año.