CASTELLÓ. El descenso del Castellón a la Primera RFEF no solo arruina el proyecto deportivo que emprendió el club hace diez meses, sino que afecta de forma extraordinaria a su tesorería.
Al conjunto albinegro le queda un partido para dar por concluida esta corta etapa en Segunda División. Una vez finalizado ese encuentro, ante el Málaga, afrontará una nueva realidad, marcada, entre otras cosas, por los recortes en sus ingresos.
Así, la entidad que preside Vicente Montesinos no dispondrá de los cinco millones de euros que le correspondían este curso por los derechos de televisión. En la nueva categoría percibirá una cantidad netamente inferior, que aún no se ha determinado, pero que podría estar en torno a los 300.000 euros.
Para amortiguar el golpe que supone esta notable reducción en los equipos descendidos, LaLiga facilitará una ayuda de 1,2 millones de euros a repartir entre los cuatro equipos que caerán a la nueva categoría.
Se trata de una dotación que puede dar algo de oxígeno a la entidad de la Plana para encarar un proyecto ambicioso la próxima temporada, pero que no evitará una disminución significativa de los ingresos que tenía este año. Así, los albinegros podrían pasar de los cinco millones de esta temporada a una cifra aproximada de 600.000 la próxima, lo que equivale a una rebaja de 4,4 millones.
Los traspasos podrían suponer un recurso económico de mayor cuantía para el Castellón que los ingresos de LaLiga y la RFEF. De hecho, el club albinegro podría cerrar en los próximos días la venta de Álvaro Fidalgo al América de México, club que lo incorporó hace cuatro meses en calidad de cedido con opción de compra. Esa propiedad podría cerrarse próximamente a cambio de un millón de euros.
Además, el Castellón dispone de jugadores con mercado en su actual plantilla y algunos podrían permanecer en el fútbol profesional a cambio de una cantidad para las arcas del club.
