CASTELLÓ. El partido del pasado sábado ante el Logroñés puso a prueba la capacidad del Castellón de manejar registros de juego diferentes a los que acostumbraba. El conjunto albinegro, que basa su fútbol en la posesión del balón, tuvo que reinventarse frente a los riojanos con un patrón distinto debido a las exigencias del rival y al mal estado del terreno de juego.
Así, los orelluts recurrieron al trabajo sin balón y al buen hacer defensivo como sustentos principales para tratar de llevarse los tres puntos. El método funcionó hasta la expulsión de Rafa Gálvez, a poco del final, lo que incluyó en que el Logroñés marcara en la última jugada del partido y privara al Castellón de un triunfo que ya acariciaba.
Pese a este desenlace, el técnico del Castellón se ha mostrado satisfecho al comprobar que su equipo es capaz de competir con armas distintas a las que muestra habitualmente. “Hemos tenido que hacer otro tipo de intervenciones y hemos sido capaces de hacerlo. Por lo tanto, hay que ponerle un diez al equipo y valorarlo en el aspecto defensivo”, ha comentado el granadino, que ha incidido en que su equipo solo sufrió cuando quedó en inferioridad numérica.
En esa misma línea se ha mostrado el central Adrián Lapeña, que ha subrayado la importancia de saber exponer diferentes procedimientos en una categoría tan exigente como la Segunda División. “Hemos trabajado bien sin balón y ese es un punto a favor del equipo porque venimos de una categoría en la que hemos llevado la iniciativa en el 90% de los partidos”, afirma el defensa, que advierte de que “ahora estamos en una división con equipos de mucho nivel que también quieren llevar la iniciativa y tenemos que mentalizarnos de que no siempre vamos a poder disfrutar de la pelota”.
La prueba de fuego de Las Gaunas podría repetirse más veces esta temporada, aunque el Castellón ya dispone de un punto de referencia para comprobar que puede ser competitivo lejos de su patrón habitual.