CASTELLÓ. El vicepresidente segundo y conseller de Vivienda y Arquitectura Bioclimática, Rubén Martínez Dalmau, ha visitado Almassora para asistir al inicio de las obras de derribo del edificio José Ortiz de Almassora. "Hoy es un día muy importante porque se pone fin a un edificio que ha generado muchos conflictos y ahora, gracias a la colaboración de la Generalitat y el Ayuntamiento, se convertirá en un espacio que mejorará la calidad de vida de la gente", ha asegurado.
Martínez Dalmau ha declarado que "tras 22 años de espera se pone fin a un edificio que ha conllevado condiciones de vulnerabilidad y precariedad a este pueblo". En la visita ha estado acompañado por la alcaldesa de Almassora, Merche Galí, y el director general de la Entitat Valenciana d´Habitatge i Sòl (EVha), Alberto Aznar. La Conselleria de Vivienda va a invertir en esta actuación un total de 281.000 euros. Martínez Dalmau ha asegurado que, con esta intervención, "se soluciona un problema que se había perpetuado en el tiempo y que, gracias a la voluntad del Consell del Botànic I y la continuidad del Botànic II, se ha dado respuesta a esta reivindicación histórica del municipio y de sus vecinas y vecinos".
Ha recordado que el último día antes del estado de alarma visitó Almassora y en una reunión con la alcaldesa se comprometió a que, antes de acabar el año, comenzarían las obras de derribo. "Hoy estamos cumpliendo nuestra promesa". El vicepresidente segundo ha explicado que, en estos primeros días, se desarrollarán trabajos menores que dejen libre el armazón del edificio y así también evitar posibles molestias en estos días de fiestas que generarían los trabajos más pesados a los residentes del bloque contiguo.
Concretamente, los trabajos iniciales comprenden el vallado perimetral, señalización de la obra, instalación de medios auxiliares fijos y revisión de instalaciones, para continuar con la retirada de basuras, mobiliario y enseres acumulados en el interior del edificio, continuando con la retirada de elementos de baños y cocinas. Todos estos trabajos se realizan manualmente, minimizando las molestias a los vecinos y vecinas. Además, la Conselleria y la empresa encargada de los trabajos han editado unos folletos informativos sobre el plan de obra y se han comprometido a tener reuniones con los vecinos para detallarles las tareas a ejecutar.
Las obras de demolición tienen un plazo total previsto de tres meses. A mediados del mes de enero es cuando se prevé iniciar los trabajos de demolición de la estructura con maquinaria de demolición. En la actualidad, el grupo está formado por 38 viviendas y se encuentra vacío, tabicado y en estado de ruina económica. Inicialmente constaba de 94 viviendas, de las que 56 fueron demolidas en 1998. Durante años se han producido numerosos conflictos en este edificio hasta que finalmente, la Generalitat y el Ayuntamiento de Almassora lograron una solución consensuada que ha dado respuesta a las demandas de los vecinos.
Esa solución pasa por el derribo de la edificación ya que se encuentra fuera de ordenación urbanística y los estudios realizados mostraron que el coste de rehabilitación integral del inmueble superaba el 50% del valor de una edificación similar de nueva planta. "Se trata de una clara apuesta por la vivienda digna y de calidad, lo que implica acabar con lugares que no cumplen con las condiciones de habitabilidad que cualquier persona merece", ha declarado. Asimismo, ha concluido diciendo que, a partir de ahora, "esta zona será utilizada para un futuro para el pueblo de Almassora, bien luminoso".
Por su parte, la alcaldesa ha agradecido al vicepresidente todas las gestiones que ha hecho para que este derribo sea una realidad y ha asegurado que hoy "podemos decir que nos ha tocado el gordo de la lotería porque este edificio simboliza para nosotros una época de absoluta degradación y ya no tenía ningún futuro".