MADRID (EFE). La situación provocada por la covid-19 ha paralizado el mercado de vivienda vacacional en un 25% de las zonas de costa, fundamentalmente Canarias, Baleares y Castellón, mientras que con una caída significativa de la actividad se encuentran el 66,7%, sobre todo Málaga, Alicante, Valencia, Cádiz y Barcelona. Así se desprende del informe Vivienda en Costa 2020 de Tinsa, que indica que la paralización de operaciones ha provocado una congelación en los precios, a la espera de ajustes en los próximos meses.
Durante 2019, los precios de la vivienda vacacional mostraron un ligero incremento en la mayoría de las zonas analizadas por la tasadora, con una tendencia alcista que la crisis del coronavirus ha interrumpido. La previsión actual es de un ajuste retardado y de intensidad moderada, pero con gran diferencia de descuentos en precio por zonas, según las necesidades de liquidez de los propietarios, sean estos particulares o grandes tenedores, y la afectación de la crisis al perfil de demanda al que está dirigido el inmueble.
El informe recoge que el stock heredado de la crisis anterior se ha ido drenando paulatinamente durante los últimos años y en un 25% de las zonas se estima que no hay excedente. Aún hay stock en las zonas de Castellón, Alicante y Valencia, mientras que las ubicaciones con mayor ritmo de absorción se localizan en Baleares, Canarias y Málaga.
La oferta de vivienda vacacional en España es mayoritariamente de producto de segunda mano, con un 79,2%, frente a un 8,3% de las zonas donde se apunta que la obra nueva es la predominante (Mallorca y Gran Canaria) y un 12,5% que presenta un equilibrio entre oferta de obra nueva y segunda mano. El alquiler vacacional, que se presenta como una preferencia a la ocupación hotelera, debido a la menor cercanía a otros usuarios, adquiere más relevancia que el mercado de compra en el 58,3% de las zonas analizadas; se encuentra equilibrado con el de compra en un 25% y se posiciona por detrás en el 16,7 % de las zonas.
La irrupción de la covid-19, en cuanto a la oferta del mercado de los alquileres vacacionales, ha provocado una paralización en el 41,7% de las zonas estudiadas y un trasvase de oferta al alquiler tradicional en más de un tercio de las ubicaciones, con un 37,5%. Un efecto que se está produciendo en zonas como Barcelona, Valencia, Cádiz y Canarias.
En cuanto a la actividad promotora, presente en un 79,2% de las zonas estudiadas tras cuatro años de incrementos sostenidos, presenta un perfil dominado por el gran promotor tradicional en un 41,7% de las zonas, seguido por los promotores locales respaldados por capital extranjero en un 20,8% y promotores locales con recursos propios en un 16,7%.
El informe señala que en el último año donde más han subido los precios (por encima del 5%) es en la zona del El Maresme: Malgrat de Mar-Montgrat (Barcelona), Mallorca, La Axarquía: Nerja-Rincón de la Victoria (Málaga) y Gran Canaria: San Bartolomé de Tirajana y Mogán.
La tasadora prevé que las mayores caídas de precios (superiores al 15%) se registren en El Maresme y la Costa del Garraf: Castelldefels-Cubelles (Barcelona), seguidas de bajadas de entre el 5% y el 15% en la Costa Brava, entre Portbou y Sant Feliú de Guixols; Mallorca, la Axarquía y Gran Canaria.