CASTELLÓ. Abelardo Zaragoza, el que fuera cabeza de cartel del PP en la Vilavella en las pasadas elecciones municipales celebradas el 26 de mayo y que, con su ausencia el día del pleno de investidura, hizo que el candidato socialista accediera a la alcaldía contra todo pronóstico, tomó posesión este jueves como nuevo concejal dentro del grupo de no adscritos a raíz de su expulsión del Partido Popular, desde cuya dirección provincial se le venía reclamando el acta de concejal.
El nuevo edil, que en la primera sesión plenario -no exenta de expectación- ejerció el voto ante varias propuestas formuladas por el nuevo equipo de gobierno, salió de la casa consistorial custodiado por dos agentes de la Guardia Civil sin que finalmente tuvieran que registrarse incidentes. Eso sí, no faltaron los reproches y pitos de algunos vecinos concentrados en el lugar, ni tampoco la presencia de otros que acudieron a arroparle y aplaudirle.
Lejos de atender los requerimientos del PP, Zaragoza ya ha venido enrocándose en su negativa a devolver el acta de concejal al considerarse fuera del pacto que habían suscrito los populares con el partido Independients per la Vilavella y que daría la alcaldía a estos últimos. A partir de ahora, el concejal díscolo tendrá la llave para que el equipo de gobierno pueda sacar adelante sus iniciativas, ya que no disfruta de la mayoría suficiente para ello.