El 21 de diciembre y el 4 de enero se mostrarán al público 

El Espacio de Encuentros Rurales La Surera muestra el resultado de su residencia de invierno 

12/12/2024 - 

CASTELLÓ. El Mortero, moler, descomponer, abrir, fragmentar, friccionar, ritmos, transformar, hacer memoria, crear colectivamente, suponer, incertidumbre… son tan solo algunas de las palabras que acompañaron, junto a la mentoría de la artista Camila Kevorkian, a los artistas durante estos cuatro meses. Entretejiendo entre cada proyecto el respeto a la tierra, una escucha situada y atenta y la dificultad como motor, cada proyecto desde su singularidad, se nutrió de procesos artísticos y comunitarios junto a pobladores e infancias locales, árboles de la comarca y cosechadoras.

La crisis provocada por la DANA se convirtió en un punto de inflexión, recordándonos la fragilidad y resiliencia del territorio y seres que lo habitan(mos). Las lluvias torrenciales y los desbordamientos no sólo transformaron el paisaje físico, sino que también abrieron grietas en nuestra percepción del tiempo, al vincularnos con una memoria hídrica y una conciencia de lo impredecible y lo vulnerable a corto, mediano, largo plazo, pasado, presente y futuro. Este tipo de situaciones y con primos en distintas latitudes, (Colombia y Brasil también sufrían de inundaciones casi al mismo tiempo y por fenómenos climáticos similares) son cada vez más frecuentes y empiezan a afectar ahora a otros territorios que antes no se veían afectados por estas problemáticas. Se hace evidente que el cambio climático no conoce de fronteras ni clases sociales.

La simultaneidad de estas crisis climáticas evidencia una urgencia global: es imperativo reconfigurar nuestra relación con el entorno y adoptar medidas que no sólo respondan a los desastres sino que nos convoquen a imaginar y trabajar por otras futuridades sostenibles donde el cuidado mutuo, las prácticas colectivas y constantes, la escucha activa, el respeto por los ciclos de la naturaleza y el cambio profundo en nuestras estructuras de pensamiento, economías y políticas sean los ejes de nuevas maneras de cohabitar la tierra para vincularnos fuera de las formas extractivistas y dominadoras y poder reconocernos como parte de un entramado mayor.

Miguel Chaparro, artista sonoto 

Miguel, artista sonoro con enfoque en nuevos medios, parte su proyecto desde esta pregunta ¿cómo podríamos repensar y resignificar la dinámica de los nuevos medios e involucrar al público directamente con el arte para crear o restablecer un entorno social, natural y comunitario desde la memoria y el símbolo, donde la sonoridad sirva de plataforma de encuentro y compromiso activo?

En la búsqueda de las memorias vivas de Almedijar, La Castañera, árbol milenario con más de 400 años de vida e historias, resultó ser el eje simbólico y punto de partida de esta investigación sonora cargada de analogías y reivindicaciones sobre la importancia del bosque de Espadán y el agua que delinea su presencia, entes vivos narrados por leyendas y mitos que muestran nuestra relación indefinida e imperante con la naturaleza y cómo esta relación siempre presente y vital que a veces por descuido anuncia las catástrofes y los cambios inesperados que de alguna u otra forma dejan de presente la búsqueda de una relación ecocentrista. 

La obra no es más que un acercamiento desde una composición e instalación sonora donde La Castañera se involucra como intérprete y a su vez significado de una armonía que ampara y plantea una relación vital, comprometida y sublime, una memoria viva, resonante y consciente.

Gagou, investigadora socio-antropóloga

Gagou, investigadora socio-antropóloga, consigue a través de esta residencia de creación artística complementar su investigación sobre el acceso a la tierra por parte de mujeres migrantes evidenciando los vínculos entre ecología, feminismos decoloniales, feminismos de subsistencia y migración, con tres proyectos sociales alternativos creados por mujeres migrantes en España y Francia: Rudas, una cooperativa de soberanía alimentaria en el barrio de Nou Barris en Barcelona; El Otro Campo, un huerto comunitario en el norte de París; y la Asociación de Mujeres Africanas de Paterna y de la Comunitat Valenciana, que trabajan colectivamente cuatro parcelas de tierra.

Antes de la comida, Gagou nos invita a ingresar a una instalación entre fotografías, cianotipias y aprendizajes relacionados con los saberes vernáculos y los ciclos de subsistencia recompuestos en el contexto de la migración y de los tres proyectos con los que trabaja, para hacer visible la importancia que tiene la jardinería para cuidar la herida migratoria. La creación de esta instalación ha permitido entrelazar las voces de los participantes en torno a su relación con el trabajo de la tierra y la soberanía alimentaria.

Lina Bravo Mora, escultora e investigadora

Lina, escultora, investigadora y facilitadora inició su proyecto con la búsqueda de arcillas en las proximidades de Almedijar. Al entender su ausencia, se transformó en una indagación de múltiples gestos sobre las pieles de este territorio.

La sequía, la falta de olivas, los cambios de piel pausados del bosque de alcornoque, refugios y trincheras como cicatrices, montañas de piedras coloridas, afilados crestones, profundos barrancos, que filtran y recogen el agua. La buitrera, el deslave, el desastre tras la DANA. La pulsión de muerte de la arcilla. Todo esto junto a mis propias pieles, membranas, piedras, cáscaras, sedimentos y cementaciones. -

La piel de las piedras es una investigación material y poética de envolvimiento y desenvolvimiento. Situada en el entendimiento de que el cuerpo es nuestro primer territorio y que el territorio es un cuerpo del que somos parte, es un testimonio de la multiplicidad y la porosidad que somos. Un acercamiento multiescala a la materialidad y corporalidad del mundo y a su correspondencia con "nuestras" geologías íntimas.

Un agradecimiento especial a los niños y las profesoras del colegio de Almedíjar, quienes, a través de nuestros encuentros filosóficos y artísticos, se convirtieron en guías del proceso. De los diálogos sostenidos con sus corazones y sus manos sabias y curiosas surgió la imagen-pregunta sobre las pieles de las piedras.

En La Surera entienden cada práctica de investigación artística como un hacer mundo, un ensayo para generar otras formas de estar en relación con lo humano y demás especies. En esta ocasión nos invitan a formar parte de los procedimientos y hallazgos recorridos, dejándose atravesar por las preguntas que han surgido a lo largo de estos meses de residencia de los artistas y abriendo la posibilidad de construir colectivamente otras formas de futuro.

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