El fascismo del PP

No en mi nombre. Rotundamente, no. Ayer escuché al actual presidente de la Generalitat Valenciana diciendo que esta institución se sumaba y apoyaba la convocatoria de concentraciones y manifestaciones promovidas por el PP y Vox. Mazón destacó que la Generalitat, la Comunidad Valenciana, apoyaba 'la igualdad' entre territorios, sin especificar a qué se refería, habló de una amnistía, que no ha llegado, sin concretar. En fin, que aquello por lo que ha convocado el PP y Vox no tiene nada que ver con la realidad en la que habitamos, afortunadamente, la gran mayoría de la ciudadanía.

El uso y abuso de las instituciones públicas para arengar contra el enemigo en el contexto de un juego político diabólico, es delito, es fascismo de ruido y furia que atenta gravemente contra la democracia. La alcaldesa de Castelló también ha usado y abusado del Ayuntamiento, hablando en nombre de toda la ciudad. “Castellón hoy habla, sale a la calle, con la frente muy alta, no llevamos pasamontañas, para decirle a Sánchez no…”. Es muy grave la apropiación de las instituciones para un fin suicida, porque no hay argumentos verídicos, más allá de contextualizar pactos que no incluyen lo que la derecha y su ultraderecha grita en sus exhibiciones callejeras. Porque para esta derecha y su ultraderecha el gran problema es, únicamente, la proclamación de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno con mayoría parlamentaria.

No hay más. Y la historia se demuestra con los pactos de la derecha del PP y su ultraderecha de Vox en la Generalitat, Ayuntamiento de Castelló, València… y otras cuantas instituciones públicas en las que el espacio derechista no ha ganado las elecciones. Sin olvidar que, además, la derecha de Aznar y Rajoy pactó sin complejos con ETA, con Catalunya… Hoy, dan miedo las declaraciones de aquel señorito de la foto de las Azores, un golpista convencido.

Ayer, la Plaza de la Muralla Liberal de Castelló daba mucha vergüenza. Demasiada. Que la alcaldesa de la ciudad proclame el odio y la intolerancia es gravísimo. Que la presidenta autonómica de Madrid hable de dictadura y golpe de estado, que el socio Abascal proclame la resistencia civil, que Mazón y Feijóo sigan el mismo juego, es todo, absolutamente todo, una ignominia y un peligro sin retorno. No saben perder.

Lo más curioso, y lo que les delata, son las consignas de estas manifestaciones y concentraciones con ataques muy duros a la Constitución, al ‘masón del Borbón’, los gritos a favor del dictador Franco, los cánticos del Cara al Sol, los  brazos en alto con esos malditos saludos nazis.

Vox está detrás de estas agresiones a la democracia. Se ha visto en la calle Ferraz de Madrid y se ha visto en la calle Carcagente de Castelló. En primera fila la presidenta de Les Corts Valencianes, Llanos Massó, diciendo, en redes sociales, que se manifiesta por el futuro de sus hijos y reivindicando el franquismo. En primera fila también, el miembro del gobierno municipal de Castelló, Ortolá, concejales y un diputado autonómico de la formación fascista.

Todo muy grave. Es preciso reprobar a la presidenta del parlamento autonómico, así como a concejales castellonenses y diputados autonómicos y nacionales. No pueden ningunear las instituciones públicas. Porque esto sí qué es un golpe de estado en toda regla.

Ayer, mi vecina cocinó un potaje de Cuaresma, delicioso, con sus garbanzos al punto, espinacas, bacalao, huevo duro… Tremendo. El segundo plato fue mi inspiración de huevos rotos con sucedáneo de gula, con sus interminables, laminados y sabrosímimos ajos y sus patatas fritas. Estuvimos muy cabreadas por lo pasado ayer en Castelló. Quién abusa del poder de esta manera se retrata como una dictadora al uso, sin respeto a su ciudad y a la ciudadanía. Cero empatía y un excesivo postureo. Por no hablar de esos mercenarios del ‘periodismo’ que están escribiendo barbaridades en los medios locales y provinciales.

Comimos degustando nuestros manjares, pero con ese poso de rabia y tristeza que no nos abandona. Seguimos muy indignadas contra Israel, mucho. El genocidio contra Gaza no cesa, con el apoyo silenciado e ignominioso de la “comunidad internacional”. La muerte de niñas y niños, de bebés, de madres, padres, abuelas y abuelos, de periodistas, médicos… la violencia mortal contra  la población palestina de Cisjordania, donde no hay Hamás…. es insoportable. Y nadie hace nada, absolutamente nada.

Comimos y degustamos lo poco que nos queda de la absenta de Segarra, de Xert, lamentando el posicionamiento del PP de Castelló, y de su ultraderecha. Aquí, en esta pequeña ciudad, nos conocemos todas y todos. Las fotos del pasado jueves en la calle Carcagente mostraron en toda su dimensión la mentira que hay tras las convocatorias, lo de menos es la amnistía. El único fin es provocar una revuelta de furia y exaltación del ruido contra la votación de esta semana que proclamará a Pedro Sánchez como presidente, desde la mayoría parlamentaria que es la auténtica democracia, y que el presidente Mazón y la alcaldesa Carrasco de Castelló, entre otros y otras, no aceptan. Están propagando los discurso del odio. No nos representan. Brindemos por la democracia.

Buena semana, buena suerte.